- La Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos está dando un gran paso hacia nuevas reglas para la IA generativa.
- Está abriendo un periodo de comentarios públicos para cubrir cuestiones de uso legítimo, infracción y responsabilidad.
- Un periodo de comentarios suele ser el último paso antes de proponer nuevas reglas.
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La Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos está cada vez más cerca de crear regulaciones en torno a la IA generativa.
Desde ahora hasta el 18 de octubre se abre un espacio para «informar» más su estudio en curso sobre herramientas de IA como Midjourney, ChatGPT de OpenAI y Google Bard.
La Oficina estudia posibles normas federales debido al «amplio debate público sobre lo que estos sistemas pueden significar para el futuro de las industrias creativas».
La dependencia busca información sobre si se necesitan nuevas reglas o regulaciones para la IA generativa.
Junto con las cuestiones relacionadas con el uso de «obras protegidas por derechos de autor para entrenar modelos de IA, los niveles apropiados de transparencia y divulgación con respecto al uso de obras protegidas por derechos de autor, y la estatus legal de los productos generados por IA».
Autores ya han demandado a empresas de Inteligencia Artificial generativa
Autores, artistas visuales e incluso desarrolladores de código fuente ya demandaron a empresas como OpenAI, Microsoft y Meta.
Lo anterior porque su trabajo original se ha utilizado sin su consentimiento para entrenar algo que, en última instancia, puede competir contra ellos.
En el proceso de elaboración de normas gubernamentales, normalmente ocurre un periodo de comentarios públicos antes de que se proponga y adopte una norma final.
A principios de este año, se realizaron una serie de «sesiones de escucha» con las partes interesadas.
Estos modelos necesitan contenido generado por humanos de alta calidad para funcionar bien
Las herramientas de inteligencia artificial generativa, incluidas ChatGPT, Bard y Meta’s Llama 2, se desarrollaron utilizando cantidades masivas de información y datos recopilados por rastreadores web automatizados, que absorben todo lo que pueden en línea.
Las principales empresas de tecnología detrás de estas herramientas de IA generativa utilizan los datos rastreados para entrenar sus modelos sin pagar a los creadores que produjeron el contenido original.
Poco a poco, cada vez más empresas en línea se están dando cuenta del grado en que se está eliminando la web en beneficio de la IA generativa.
Medios de comunicación han usado herramientas para evitar el rastreo
Empresas como Amazon, Airbnb y Tumblr, junto con medios como The New York Times y CNN, están bloqueando cada vez más a los rastreadores web a través de una herramienta antigua y relativamente débil conocida como robots.txt.
Por el momento, casi no hay forma de evitar que el contenido sea rastreado y la ley de derechos de autor no aborda el problema actualmente.
La Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos señaló que ya se pronunció sobre algunos problemas de contenido de IA en el último año.
En un caso, se negó a registrar los derechos de autor de una obra de arte generada por IA. En otro, un libro de un autor humano que incluía imágenes generadas por IA, la Oficina solo concedió derechos de autor al texto del autor.
Ahora, la Oficina pretende ir más allá para proteger los autores
La Oficina quiere resolver varios problemas que ha identificado con respecto a los derechos de autor y la IA.
Incluido si el material generado por IA es para derechos de autor y cómo tratar los resultados de la IA que «imitan la identidad de artistas.»
Esta última cuestión parece ser nueva para la Oficina.
Aunque este se ha convertido en otro tema ampliamente discutido debido a los estudios podrían utilizar IA generativa en lugar de escritores e intérpretes humanos.
«Tanto en nuestras sesiones de escucha, la Oficina escuchó a artistas e intérpretes preocupados por los sistemas generativos de IA», escribió la Oficina .
«Aunque estos atributos personales generalmente no están protegidos por la ley de derechos de autor, su copia puede implicar diversos derechos estatales de publicidad y leyes de competencia desleal».
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