• Este 18 de mayo se cumplen 10 años desde que las primeras acciones de Facebook comenzaron a cotizar en el Nasdaq estadounidense.
  • A lo largo de la década, la compañía de redes sociales, que ahora se llama Meta, ha atravesado circunstancias adversas.
  • Estos son los principales desafíos a los que debe enfrentarse la compañía de Mark Zuckerberg.
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Este 18 de mayo se cumplen 10 años desde que Facebook comenzó a cotizar Nasdaq. La oferta pública de venta de la compañía de redes sociales (ahora conocida como Meta) se conoció en febrero de 2012 y se materializó apenas tres meses después, con un precio de salida de 38 dólares por acción. Hoy las acciones cotizan en torno a los 200 dólares.

Hace una década Facebook anunciaba que tenía 845 millones de usuarios activos mensuales. A cierre del primer trimestre de este año, la compañía reportó que tenía 2,940 millones de usuarios mensuales. Por el camino se incorporaron populares aplicaciones como WhatsApp o Instagram.

Sin embargo, no toda esta travesía ha sido miel sobre hojuelas. A finales de 2021 el CEO y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció el cambio de nombre de la compañía a Meta para responder mejor a un nuevo enfoque: la creación del metaverso.

Meta (que en Nasdaq conserva todavía su abreviatura, FB) trata de esquivar muchos de los problemas que arrastraba Facebook. Desde que se descubrió el escándalo con Cambridge Analytica, a finales de la década pasada, la imagen de la compañía se ha ido desplomando insondablemente, siendo el remate la filtración el año pasado de ‘los papeles de Facebook’.

Una cosa es indudable: la capacidad de influencia de Zuckerberg y Meta. Fueron ellos los que el año pasado pusieron de moda el término metaverso; sin embargo, también es cierto que actualmente la idea de lo que será sigue siendo muy poco tangible.

Tanto, que en la última presentación de resultados financieros de la compañía, al cierre del primer trimestre del año fiscal 2022, Zuckerberg recordaba ante los accionistas que todavía pasaría una década antes de ver que esta nueva división de negocio fuese rentable.

Hasta la fecha, Reality Labs —el laboratorio de Meta enfocado en diseñar ese futuro digital y los dispositivos que serán necesarios para adentrarse en él— reporta pérdidas cada vez mayores. Esto es lógico, dada la enorme inversión que recibe el departamento responsable de las gafas de realidad virtual Oculus Quest (ya Meta Quest) o los guantes hápticos de los que solo se conoce un prototipo.

El año en el que Meta cumple 10 años cotizando en bolsa es el mismo año en el que la multinacional tecnológica cumple 18 años de existir. Estos son algunos de los grandes desafíos a los que se enfrenta la firma tras este hito.

10 años de sobrevivir a una industria cada vez más rápida

En 2011, cuando la compañía todavía no cotizaba en la bolsa, Facebook todavía se entendía a sí misma como un servicio de computadoras de escritorio. En aquel entonces, ya habían pasado cuatro años desde el lanzamiento del primer iPhone; sin embargo, no fue hasta 2012 cuando Zuckerberg fue consciente de que el número de usuarios de smartphones crecía rápidamente.

Así lo ratificaban varios expertos en este análisis de Business Insider en el que se desglosan las verdaderas razones por las que Zuckerberg cambió el nombre de la compañía a Meta. Facebook llegó tarde a la revolución de los celulares; sin embargo, no quiere repetir ese error con el metaverso.

Zuckerberg en 2004 fue un visionario, cuando desde su habitación universitaria construyó The Facebook, un portal para conectar a sus compañeros de clase y de facultad. Lo que después se acabaría convirtiendo en Facebook no sería la primera de las redes sociales, pero sí una de las mejor consolidadas.

De Zuckerberg en 2022, en cambio, no está tan claro qué se puede decir. Quizá su visión de lo que debe ser el metaverso y de cómo esta idea puede posicionar a Meta como líder en la industria tecnológica no rinda frutos. Entre tanto, la única realidad es que en febrero de este año la multinacional registró la mayor caída en bolsa de la historia de Estados Unidos.

Meta perdió más de 200,000 millones de dólares en un solo día. Los análisis de entonces plantearon lo evidente: el mundo ha cambiado, los reguladores vigilan más de cerca a la compañía, y Meta, en lugar de fortalecer su principal plataforma (Facebook) se ha puesto a construir un mundo que quizá no acabe entusiasmando a nadie.

Lo único que parece claro es la obsesión de Zuckerberg por el metaverso, que genera malestar incluso a sus empleados. 

El metaverso como línea de vida para Meta

Zuckerberg es consciente de que el metaverso podría ser una de las últimas cartas que puede jugar para salvar a su compañía del declive. La generación Z no tienen buena imagen de Facebook. Muchos siguen usando Instagram, también propiedad de Meta; sin embargo, alternativas como TikTok están haciendo mella en su negocio.

El golpe bursátil de inicios de año no es el primero que sufre Meta. Uno inmediatamente anterior tuvo lugar en octubre de 2021. El problema es que la situación de crisis alrededor de la tecnológica ya no es puntual, es coyuntural.

Mark Zuckerberg, CEO de Facebook
REUTERS/Leah Millis

Los escándalos de privacidad llevan a Zuckerberg al límite

El CEO de Meta es habitual en los pasillos del Congreso estadounidense. Sus comparecencias ante comisiones de investigación del legislativo norteamericano ya son varias. La Cámara de Representantes, con mayoría demócrata, dejó claro que Facebook se había convertido en el «monopolio» de las redes sociales atacando y comprando competidores.

De hecho, en mayo de 2022 un exejecutivo de WhatsApp se lamentaba de haber vendido la aplicación de mensajería instantánea a Facebook. «Nadie sabía que se convertiría en un Frankenstein que devora datos de los usuarios», expuso entonces.

Los escándalos de privacidad que comenzaron a conocerse con el caso Cambridge Analytica —sumados a las filtraciones de los Papeles de Facebook el año pasado— han puesto a Meta en una posición muy incómoda, pero no nueva. Todavía hoy surgen documentos internos de la compañía que revelan que no sabe bien cómo se gestionan los datos de sus propios usuarios.

Entre esos papeles aparecían por ejemplo revelaciones sobre cómo Instagram estaba causando malestar psicológico a los usuarios más jóvenes. Ante dichas revelaciones, Facebook anunció medidas para que sus usuarios menores de edad no se obsesionen con Instagram; también canceló una versión para menores de 13 años.

Además, los directivos de Meta saben desde hace años los efectos que tienen los algoritmos de recomendación de contenidos de sus plataformas en dividir a la población. La polarización y un auge de noticias falsas también le han valido criticas a la compañía, especialmente porque no ha hecho un buen trabajo para frenarlas.

Esto se evidencio particularmente en enero de 2021, durante el asalto al Capitolio. Magnates y empresarios tecnológicos como Elon Musk o Tim Cook no dudaron en criticar a Facebook por ello.

Mark Zuckerberg en el 'metaverso'.
Mark Zuckerberg en el ‘metaverso’. Reuters

El futuro incierto de Meta

Frente a tanta polémica, el futuro de Meta es incierto. El propio Zuckerberg es consciente de esto. De hecho, le ha hecho saber a sus trabajadores que, de no contar con el control total de la compañía, los accionistas ya lo habrían despedido.

La compañía ha hecho tímidos intentos por abrir negocio en otros mercados, como es el ejemplo del audio. Solo un año después de su lanzamiento, retirará una funcionalidad para subir y alojar podcasts en sus plataformas. Las pocas cartas que Zuckerberg pueda tener bajo la manga ya tienen que ver con el metaverso y el auge de las tecnologías inmersivas, como la realidad virtual o aumentada.

Irremediablemente, los ingentes desafíos macro —incentivados por el conflicto bélico en Ucrania— han hecho que los planes del metaverso de Meta se compliquen más de lo esperado. En mayo de este año se supo que la multinacional estaba paralizando sus contrataciones, algo que sucedió en los meses previos a la pandemia.

El objetivo de esta medida no es otro que recortar gastos, después de que en las últimas reuniones con los accionistas las preguntas se tornasen cada vez más suspicaces cuando se le preguntaba a la dirección de la compañía sobre el futuro del metaverso. La prioridad, eso sí, seguirá siendo Reality Labs, la división que se encarga de imaginar tecnologías para este mundo virtual.

En el ámbito regulatorio, la Unión Europea ya dibuja en su horizonte inmediato la entrada en vigor tanto del Reglamento de Servicios Digitales como del Reglamento de Mercados Digitales. Estos podrían ser normas reales y en funcionamiento tan pronto como termine este año o arranque el próximo. Serán todo un desafío para Meta.

El último gran episodio que Facebook/Meta protagonizó a cuenta de su situación en el mercado europeo tuvo lugar hace unos meses, cuando en el reporte anual que hace a la Comisión de Bolsa de Valores estadounidense (la SEC) volvió a recordar lo que ya había dicho ejercicios anteriores: si no se alcanzaba un nuevo acuerdo entre EU y la UE para transferir datos, tendrían que irse del continente.

La necesidad de ese acuerdo no afecta únicamente a Facebook; incluso Google ya hizo un llamamiento al respecto a finales de marzo en una comparecencia con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acompañada del presidente de EU, Joe Biden.

Von der Leyen y Biden se pusieron de acuerdo en crear un nuevo marco jurídico que amparase esas transferencias de datos de Europa a EU. Específicamente, este permitiría que los datos de los ciudadanos de los 27 países que pertenecen a la UE se puedan procesar en los servidores de Facebook estadounidenses.

Hay intención en ambas partes del Atlántico en cerrar ese acuerdo; sin embargo, eso no eliminará los ingentes desafíos que Meta tiene con la futura regulación europea, sin mencionar la mayor conciencia en el mundo sobre la privacidad y los desafíos comerciales que debe enfrentar.

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