• Científicos hallaron microplásticos en las nubes, que contribuyen al cambio climático.
  • Los investigadores hallaron varios tipos de polímeros y caucho en el agua de las nubes que rodean los montes Fuji y Ōyama en Japón.
  • Entre sus posibles fuentes están los cosméticos, los fertilizantes y la degradación de envases y bolsas de plástico.
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El planeta está asfixiado por la presencia de microplásticos y nanoplásticos. 

Estas diminutas partículas anteriormente se encontraron en lugares tan dispares como el Polo Norte y Sur, lo alto del Everest o la nieve derretida en la Antártida. En el cuerpo humano se detectaron en la sangre humana, lo más hondo de los pulmones, la placenta e incluso la leche materna.

Un equipo de científicos encontró polímeros en las nubes, los cuales podrían estar contribuyendo al cambio climático e implican el riesgo de contaminar “lo que comemos y bebemos”, según un estudio publicado en la revista Environmental Chemical Letters.

En concreto, se hallaron varios tipos de partículas y caucho en el agua de las nubes que rodean el Monte Fuji —la montaña más grande de Japón— y el Monte Ōyama. «Hasta donde sabemos, este estudio es el primero en detectar microplásticos en el aire en el agua de las nubes tanto en la troposfera libre como en la capa límite atmosférica», señalan sus autores. 

Según reporta Euronews, la muestra del agua de nubes se tomó en las cumbres de las dos montañas japonesas, a altitudes de entre 1,300 y 3,776 metros. La cumbre del monte Fuji se encuentra en la troposfera libre, mientras que el monte Ōyama alcanza su punto máximo en la capa límite atmosférica. Ambos están dentro de la capa más baja de la atmósfera terrestre.

Los científicos emplearon técnicas de imagen avanzadas que les permitieron hallar nueve tipos diferentes de polímeros y un tipo de caucho en los microplásticos transportados por el aire. 

Las nubes contenían hasta 14 trozos de plástico por litro de agua, cuyo tamaño oscilaba entre siete y 95 micrómetros; ligeramente por encima del ancho promedio de un cabello humano de 80 micrómetros.

Los polímeros pueden afectar el clima

Estos microplásticos a gran altura podrían contribuir a la contaminación global y también a la alteración del clima. Aunque son hidrófobos, se vuelven hidrófilos tras una exposición prolongada a la luz ultravioleta.

Su abundancia indica que desempeñan un papel de núcleo de condensación de agua y de hielo: estas son partículas diminutas sobre las que se condensa el vapor de agua en la atmósfera.

«Si la cuestión de la ‘contaminación del aire por plásticos’ no se aborda de manera proactiva, el cambio climático y los riesgos ecológicos pueden convertirse en una realidad, causando daños ambientales graves e irreversibles en el futuro», apunta Hiroshi Okochi, de la Universidad de Waseda.

¿Cómo llegan los microplásticos a las nubes? Entre sus posibles fuentes destacan los cosméticos, los fertilizantes o la degradación de envases y bolsas de plástico. También podrían llegar a la atmósfera partir de vertederos; sus posibles puntos de entrada terrestres son los neumáticos, el polvo de carreteras o césped artificial.

«Esto implica que los microplásticos pueden haberse convertido en un componente esencial de las nubes, contaminando casi todo lo que comemos y bebemos a través de la ‘lluvia plástica'», concluye el comunicado de la Universidad de Waseda.

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