- Al menos 8 de cada 10 ciberataques se realizan a cajeros automáticos, el resto son eventos ligados al ransomware y a desviar fondos por transferencias electrónicas.
- Banxico también señaló que está añadiendo nuevas dimensiones para medir el choque que representará el cambio climático para las instituciones financieras.
- Hasta un 35% de la cartera crediticia podría estar expuesta al impacto climático lo que representaría un factor de inestabilidad financiera en el futuro.
Además del entorno internacional y los indicadores financieros del sistema bancario, ahora los ciberataques y el cambio climático se suman a la lista de riesgos que monitorea el Banco de México (Banxico); estas podrían afectar la estabilidad del sistema financiero mexicano, de acuerdo con su último reporte semestral sobre este tema.
Desde ataques a cajeros automáticos hasta casos de secuestro de información con ransomware, el instituto central advirtió que en el último semestre aumentaron los riesgos para las instituciones financieras de México.
Los ciberdelincuentes están aprovechando vulnerabilidades —como utilizar software considerado obsoleto— en los programas que controlan la entrega de billetes. Banxico indicó que al menos 8 de cada 10 ataques cibernéticos se dan en contra de cajeros automáticos. El resto se trata de ataques con ransomware y modificación de software para alterar transferencias bancarias.
Banxico está encargado de supervisar la continua operación de la transferencia de efectivo, tanto en cajeros, como del sistema de envío electrónico SPEI. Al cierre de marzo de 2021, el banco central informó que el 99.9% de los cajeros automáticos están en funcionamiento. Esto después de atravesar un periodo de mantenimiento. Mientras que el SPEI actualmente opera 24/7.
A pesar del caos generado por la pandemia, Banxico reportó que no se han registrado ataques significativos que pongan en riesgo la operación del sistema en su conjunto. «En este sentido, los sistemas de pagos no han tenido interrupción en sus servicios derivados de algún incidente».
Sin embargo, los ataques por medio de ransomware, esto es, ataques por medio de software que encripta información y se solicita un rescate para devolver el acceso, continúa siendo un foco de preocupación. Banxico señaló que existe una coordinación estrecha a través del Grupo de Respuesta a Incidentes Sensibles de Seguridad de la Información (GRI).
Futuras pérdidas económicas considerables por el cambio climático
Además del riesgo inmediato de los ciberataques, el instituto central ahora considera que el cambio climático generará importantes pérdidas a las instituciones financieras. Este es un factor de riesgo «para el sistema financiero en general». Banxico informó que actualmente se está llevando a cabo un esfuerzo de coordinación internacional para analizar cuáles serán los canales de afectación por esta crisis global.
«La intención es contribuir a desarrollar un marco adecuado para que las instituciones financieras puedan gestionar dichos riesgos. De esta forma movilizar capital para inversiones verdes y bajas en carbono, en el contexto más amplio del desarrollo ambientalmente sostenible», señaló Banxico.
El problema de estos riesgos es que generan una elevada cantidad de incertidumbre. Banxico advirtió que hay una fuerte relación histórica entre los impactos climáticos y sus consecuencias económicas. Esta es la primera vez que Banxico analiza nuevas dimensiones para abordar esta problemática. Esto incluye agregar sectores emisores de gases invernadero e industrias que no habían sido consideradas con anterioridad y que pueden verse afectadas.
Uno de los efectos sobre estas industrias afectadas podría ser la pérdida de financiamiento, lo que impediría el pago de su deuda. Esto a su vez representa un impacto para las instituciones financieras. Los sectores expuestos a esta problemática son aquellas con altas emisiones contaminantes, aquellos expuestos al uso de insumos, como las altas consumidoras de energía, y aquellas expuestas a choques de demanda.
Las empresas con altas emisiones contaminantes expuestas a riesgos de transición climática representan hasta el 14% de la cartera crediticia. Pero al agregar a aquellas expuestas por choques de demanda, el porcentaje aumenta a 35% del crédito otorgado. Por lo tanto, un choque este conjunto representaría un riesgo financiero para el país.
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