Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

En redes sociales, un chiste recurrente que involucra a la generación millennial es el de que todos están esperando a que la “burbuja inmobiliaria” explote para poder adquirir una vivienda propia a un precio accesible. Es cierto que ahora mismo las condiciones para que una gran parte de esta población se haga de una propiedad son complicadas, pero también es cierto que este esperado “crack inmobiliario” difícilmente sucederá; yo añadiría que va a ser prácticamente imposible que se dé, en realidad.

No me malinterpretes: no lo digo como si no quisiera que la gente consiga una propiedad, pero analizando las condiciones del mercado mexicano, es muy improbable que una situación como el crack inmobiliario de 2008 en Estados Unidos se dé en nuestro país.

La principal razón es que en México no existen las hipotecas subprime, el principal factor que produjo la conocida crisis inmobiliaria de Estados Unidos, misma que desencadenó una crisis financiera a escala global. Además, después de este acontecimiento, los bancos e instituciones financieras han trabajado para blindarse contra otra crisis de este tipo, haciendo más difícil que se produzca una situación en donde los precios de la vivienda se desplomen.

Teniendo esto en cuenta, ¿qué pueden hacer los millennials, y cualquier otra persona en general, para poder adquirir una vivienda? ¿Existen opciones viables para poder hacerse de un bien inmueble? Vayamos a esto.

Un cambio de perspectiva necesario

Para enfrentar la situación inmobiliaria actual es necesario hacer un cambio en el switch sobre nuestra perspectiva general en cuanto a la vivienda. En primer lugar, se trata sobre los hábitos financieros para alcanzar a comprar una vivienda: tienes que ahorrar una gran cantidad de dinero, y tienes que empezar más temprano que tarde.

El enganche para la compra de una casa es uno de los gastos más fuertes que se pueden hacer, y también una de las barreras más difíciles de superar para muchas personas, quienes no logran ahorrar esta cantidad por su cuenta. Si de verdad quieres comprar un inmueble, debes hacer ajustes significativos en tus gastos corrientes, lo que puede significar sacrificar ciertos “lujos” por un tiempo (como pueden ser viajes y bienes no necesarios).

Claro que es más fácil decirlo que ponerlo en marcha, sobre todo si tomamos en cuenta que para muchas personas el manejo del dinero ya es un tema complicado en sí mismo. Por ello hablo de un cambio en la perspectiva que tenemos al respecto: hay que ver el proceso de ahorro para la vivienda como una inversión a largo plazo, en donde el fruto de este trabajo será adquirir un patrimonio del que podrás gozar el resto de tu vida y que puedes heredar a tu descendencia.

Un segundo cambio en nuestra perspectiva sobre la vivienda tiene que ver con las condiciones ideales que deseamos para la misma, y las que están disponibles en el mercado. Nos parece una broma, pero en Japón es muy común que la gente viva en departamentos muy pequeños, que en nuestra percepción parecerían no viables para habitar.

Sus condiciones y la cultura local los ha hecho adoptar esta realidad, y a pesar de todas las críticas que pueda tener, lo cierto es que a muchos les funciona. Cambiar espacio de vivienda por estar más cerca de un centro de trabajo, y con ello ahorrar tiempo y dinero en traslados, a muchas personas les ha funcionado para equilibrar su calidad de vida; no quiero decir que consideres vivir en una cápsula para toda tu vida, pero sí que evalúes qué es más importante para ti en este momento de tu vida, y respecto a ello, tomes tus decisiones en cuanto a vivienda.

El papel de los desarrolladores y las autoridades

Tampoco podemos dejar de mencionar la responsabilidad directa que existe desde la industria inmobiliaria y sus desarrolladores en cuanto a las condiciones actuales del mercado. Actualmente percibo un desequilibrio entre la oferta y la demanda, los desarrollos que hay se concentran en un grupo económico, pero hace falta atender las necesidades de la población y crear proyectos que respondan mejor a ellos. 

La demanda de vivienda accesible sigue creciendo día a día, pero los proyectos inmobiliarios en las grandes ciudades (que albergan a los centros de trabajo de un gran porcentaje de la población) en muchas ocasiones se inclinan hacia proyectos en el segmento medio-alto, y hay poco movimiento para invertir en  proyectos residenciales más económicos. Confío en que vamos a ver el reaprovechamiento de suelo y proyectos que combinen mejor estas tendencias de microespacios, pero también con el objetivo de abrir a opciones más accesibles. 

Las autoridades reguladoras y gubernamentales, por su parte, necesitan ser más conscientes sobre los permisos que conceden a los desarrolladores inmobiliarios, para fomentar el desarrollo de vivienda económica. Por otro lado, deben invertir también en planeación urbana e infraestructura urbana, de forma que las ciudades puedan seguir creciendo de manera planificada y hacia arriba, las ciudades densas no son un problema si la infraestructura es adecuada.

Puedes ver que esta situación nos involucra a todos, y el trabajo para que la vivienda digna sea una garantía universal todavía tiene mucho camino por delante. Como inversionista y posible comprador, ¿qué puedes hacer?

La apuesta por los nuevos modelos de inversión y de vivienda

Como mencioné en una participación pasada, la inversión inmobiliaria se ha abierto a más personas gracias al uso de tecnología, con modelos como el crowdfunding, que permiten a los pequeños inversionistas tener una participación en un gran proyecto de desarrollo inmobiliario. Pero la tecnología también ha impulsado a que las empresas fintech desarrollen opciones interesantes para, por ejemplo, otorgar más créditos sin caer en la trampa de las hipotecas subprime.

Por otro lado, la vivienda vertical cada vez gana más terreno en las grandes ciudades, como la CDMX, debido a la alta demanda que existe por parte de las personas. Las nuevas generaciones, además, están rompiendo con el esquema de vida clásico de “termina la escuela, consigue un trabajo, cásate y consigue casa”, pues ahora ya no buscan casarse tan jóvenes, sino que buscan salir del hogar familiar, buscan roomies para compartir renta, y en general buscan vivir solos más tiempo.

Como mencioné antes, los desarrolladores deben adaptarse a estos nuevos perfiles de compradores para ofrecer opciones accesibles a las circunstancias que viven. Brindar espacios que se adapten a este estilo de vida (donde una sola habitación puede ser suficiente para alguien que busca vivir solo) sin convertirse en una deuda de por vida, deben ser una apuesta de la industria.

Millennials esperando el crack inmoviliario

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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