• Existen todos los ingredientes para que el resultado de la elección presidencial en Estados Unidos se determine en los tribunales, de acuerdo con varios expertos.
  • Se prevé una batalla legal en estados con importancia electoral y que concluyan la jornada con un resultado poco preciso.
  • La Suprema Corte de Estados Unidos tiene una mayoría conservadora, debido a que al menos tres jueces fueron nombrados por Donald Trump.

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos tienen todos los ingredientes para derivar en una lucha judicial sobre su resultado.

Estos factores incluyen un electorado polarizado, un número récord de votos por correo y algunos jueces de la Suprema Corte de Estados Unidos que parecen dispuestos a intervenir en una contienda reñida.

El único elemento que falta para que el partido Demócrata y el Republicano vayan al tribunal sería un resultado muy ajustado en un estado en disputa.

«Si se trata de Pensilvania y Florida, creo que estaremos en una lucha legal histórica», de acuerdo con Jessica Levinson, experta en derecho electoral de la Escuela de Derecho de Loyola en Los Ángeles.

Las disputas electorales no son inusuales, pero generalmente se limitan a las contiendas locales o estatales, según los expertos.

Covid-19 complicó el panorama electoral

Sin embargo, en los meses previos a la elección entre el presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden, la pandemia de Covid-19 incrementó las impugnaciones legales en todo tipo de cuestiones. Desde firmas de testigos, sellos postales y el uso de buzones para las papeletas electorales.

Recientemente se dieron dos fallos judiciales sobre los plazos para el recuento de los votos por correo. Esto aumentó la probabilidad de que haya pugnas judiciales postelectorales, debido a que exista controversia sobre el conteo de votos que se reciban después de la elección.

Este escenario es posible sobre todo si hay resultados reñidos en Pensilvania o en otro estado crucial, como Minnesota, según expertos en leyes electorales.

El Tribunal de Apelaciones del octavo Circuito de Estados Unidos dictaminó el 29 de octubre que el plan de Minnesota de extender el plazo para el recuento de los sufragios por correo fue una maniobra inconstitucional del secretario de estado de Minnesota, el demócrata Steve Simon.

Después del 3 de noviembre, se instruyó a los funcionarios de Minnesota «separar» las boletas recibidas por correo.

Simon indicó que los funcionarios no apelarán a la Suprema Corte. Aunque litigios posteriores en los tribunales inferiores determinarán si se cuentan esas papeletas.

El 28 de octubre, la Suprema Corte dejó en pie un fallo del máximo tribunal de Pensilvania. Este permitía a los funcionarios contar las boletas de voto por correo con sello hasta el día de los comicios y hasta tres días después de recibidas.

Los jueces dijeron que no había tiempo suficiente para revisar el fallo del tribunal estatal. Como en Minnesota, los funcionarios de Pensilvania separarán esas papeletas. Esto prepara una posible batalla judicial en caso de una elección reñida.

Un mayoría conservadora en medio de la lucha por las elecciones

Si alguna batalla postelectoral llega a la Suprema Corte, tendrá una mayoría conservadora de 6-3. Esto debido a que la jueza Amy Coney Barrett fue confirmada el 26 de octubre. De esta forma, Trump ya nombró a tres jueces del tribunal supremo estadounidense.

El presidente dijo en septiembre que quería que su candidata fuera confirmada porque la elección «terminará en la Suprema Corte». Por ello, el mandatario citó la importancia de contar con nueve jueces.

Los especialistas en leyes electorales dijeron que la probabilidad de que la Suprema decida el próximo presidente requeriría un empate en un estado que incline la elección hacia un candidato u otro.

«Algunas de las declaraciones del presidente sugieren que él piensa que la Corte Suprema simplemente tendría que decidir quién ganó la elección», dijo Adav Noti, director principal de litigios de juicios en el Centro Legal de Campañas. «No es así como funciona el litigio electoral».

En los últimos 140 años, los tribunales solo decidieron una elección. En el 2000, el republicano George W. Bush derrotó al demócrata Al Gore. Él concedió la victoria después de perder una sentencia en la Suprema Corte de Estados Unidos tras el recuento de Florida.

Las elecciones se rigen por leyes estatales y las disputas suelen desarrollarse en los tribunales de cada estado. Ahí es donde las campañas se pelean por los recuentos y la validez de las inscripciones de los votantes.

Pero jueces conservadores podrían intervenir

Sin embargo, en decisiones recientes, una minoría de jueces conservadores de la Suprema Corte parece estar preparando el terreno para revisar agresivamente los fallos de los tribunales estatales cuando interpretan las protecciones constitucionales del voto.

El 26 de octubre, la Corte mantuvo la política de Wisconsin. Esta exige que las papeletas de voto por correo lleguen antes del día de las elecciones.

El juez conservador Brett Kavanaugh, nombrado por Trump, escribió en una opinión que acompañaba la actuación del tribunal, que «bajo la Constitución de Estados Unidos, los tribunales de los estados no tienen un cheque en blanco para reescribir las leyes electorales estatales para las elecciones federales».

Algunos académicos dijeron que el tono reciente podría alentar a los candidatos a llevar un desafío electoral al máximo tribunal del país.

«Es una invitación a desafiar cualquier cosa que se haga para administrar una elección en un estado que no esté en consonancia con lo que la legislatura dijo que se hiciera», dijo Joshua Geltzer, director ejecutivo del Instituto de Defensa y Protección Constitucional de Georgetown Law.

«Y eso abarca prácticamente todo», añadió.

Con información de Reuters.

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