- El confinamiento derivado de la pandemia de coronavirus provocó que millones de personas tuvieran que renunciar al contacto con otros.
- El interés en el cibersexo está aumentando a medida que la pandemia ha dejado a las personas sujetas a confinamientos que les impide buscar intimidad de la manera habitual.
- Raspberry Dream Labs crea experiencias de cibersexo multisensorial que permiten a las personas disfrutar de momentos íntimos juntos incluso aunque no estén en el mismo lugar.
El confinamiento derivado de la pandemia de coronavirus provocó que millones de personas tuvieran que renunciar al contacto con otros. Si bien al principio de la cuarentena la venta de juguetes sexuales tuvo un boom, la realidad es que el tema de las relaciones sexuales se vió afectado a la larga por las prohibiciones de contacto. Sin embargo, existe el cibersexo.
El interés en el cibersexo está aumentando a medida que la pandemia ha dejado a las personas sujetas a confinamientos y prohibiciones de viaje y no poder buscar intimidad de la manera habitual. Esto de acuerdo con la diseñadora de experiencias Angelina Aleksandrovich.
Al mismo tiempo, la pandemia también ha elevado a un nivel sin precedentes la disposición de las personas a recurrir a soluciones tecnológicas.
Aleksandrovich dirige al colectivo Raspberry Dream Labs, que crea experiencias de cibersexo multisensorial. Estas permiten a las personas disfrutar de momentos íntimos juntos incluso aunque no estén en el mismo lugar.
«Gracias al Covid, mucha gente entendió cómo podemos usar la tecnología y la realidad virtual de formas emocionantes y ampliadas», dijo Aleksandrovich a Reuters.
La realidad virtual (RV) solía ser descartada como algo solo para los gamers, pero ahora se ha generalizado y se está utilizando en la intimidad y las citas, agregó.
Las experiencias de cibersexo que ofrece Raspberry Dream Labs son totalmente inmersivas
En una unidad industrial en el norte de Londres, dos voluntarios demuestran su experiencia de prototipo que combina RV, realidad aumentada e, incluso, olor, entregada a través de un collar que se coloca alrededor del cuello, un dispositivo para la cabeza y sensores para las manos.
Los voluntarios se ven entre ellos como formas humanas delineadas a través de sus auriculares y pueden acariciarse sin siquiera tocarse.
La experiencia involucra estimuladores hápticos colocados sobre zonas erógenas, algo que eventualmente podría incorporarse en ropa interior robótica blanda, dijo Aleksandrovich.
Según argumenta, si estamos tan felices permitiendo que la tecnología se incorpore a muchos aspectos de la vida diaria, como la salud o las finanzas, deberíamos incluirla también en el dormitorio.
Un informe en 2019 de la firma de investigación de mercado Arizton dijo que se espera que el mercado global de productos de bienestar sexual alcance alrededor de 39,000 millones de dólares para 2024.
Al preguntarle sobre qué opinaba de su experiencia de cibersexo, la voluntaria Victoria Gillett dijo: «Me encanta, definitivamente es una experiencia».
«Están sucediendo muchas cosas y se necesitas un tiempo para asimilarlo todo. Cuando terminó, casi que no estaba listo», dijo el compañero voluntario Aaron Vandeyar.
Con información de Reuters.
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