Ana Peña

Ana Peña

Tech Talk

Cuando somos niños la vida nos da curiosidad. Todo nos atrae, todo nos hace tener dudas, para todo queremos encontrar un qué, cómo y por qué. Y es curioso, porque tenemos tantas dudas e ideas y al mismo tiempo el mundo no es complicado. Una vez que crecemos, perdemos un poquito de eso porque una vez que entendemos cómo funcionan las cosas no nos hacemos tantas preguntas como antes, y las ideas que tenemos se nublan con nuestros razonamientos, pero tal vez deberíamos regresar un poco a nuestra niñez. Te cuento por qué.

A los niños se les ocurren ideas locas y absurdas, tanto que a la hora de que una de estas ideas sale a la luz, nosotros ya estamos predispuestos a tomarlo como un juego pero, ¿qué pasaría si no fuera así? Hace poco me salió un video en YouTube de niños inventores que me causó mucha intriga. Estos son niños a quienes un día se les ocurrió una solución para un problema que identificaron, y tuvieron una red de apoyo lo suficientemente grande para traerla a la Tierra y hacerla realidad.

Te voy a dar algunos ejemplos de inventos hechos por niños:

  • Pulsera salvavidas: Danny Sarsfield, de 9 años, lo sabía mejor que nadie. Por eso se le ocurrió crear una pulsera salvavidas para que las personas que están aprendiendo a nadar se sientan más seguras. Esta funciona con un botoncito que, al oprimirlo, se infla un salvavidas que te lleva a la superficie del agua.
  • “Hot Seat”, el asiento para bebés: hay varias historias de padres olvidando a sus bebés en un auto caliente, terminando en resultados fatales. Tomando eso en cuenta, Alissa Chavez, a los 14 años, creó un asiento de autos para bebés llamado “Hot Seat”. Este asiento tiene un sensor que se conecta al celular de los papás. Si el sensor identifica a este celular alejarse mientras el bebé sigue en el asiento, lanza una alarma.
  • Sistema Braille: sí, aunque parezca irreal, el alfabeto Braille que utilizan las personas con problemas visuales fue creado por un niño. Louis Braille era un niño francés que quedó ciego a los 3 años por un accidente. Al crecer, no existía algún modo para leer o escribir para él, por lo que memorizaba todo lo que decían sus profesores en la escuela, pero a sus 13 años aprendió de un sistema utilizado por los militares para pasarse códigos llamado “lectura nocturna”, el cual adaptó a sus necesidades y creó el alfabeto Braille, como hoy lo conocemos, a sus 15 años.
  • Las motos de nieve: un adolescente de 15 años llamado Joseph-Armand Bombardier estaba jugando con un viejo motor de un coche de su papá. Al ver la nieve pensó: “¿qué pasaría si lo pego al trineo para ir más rápido?” Fue así como creó la primera moto de nieve. Esto fue el inicio de la empresa canadiense “Bombardier” que se expandió mundialmente y extendió su oferta de productos.

La innovación tiene mente de niño

Hoy existen iniciativas y programas que convocan a los niños a presentar sus innovaciones tecnológicas, y han salido cosas maravillosas de ahí. Por ejemplo, el AI Global Impact Festival reconoció a un grupo de menores entre 13 y 17 años, que presentó un sistema que ayuda a las personas con baja capacidad motora a comunicarse a través de los ojos y una plataforma de aprendizaje de lenguaje de señas, que capta movimientos en tiempo real y da retroalimentación.

Los ejemplos que te di se basan en niños que identificaron un problema e idearon una solución, ya que para ellos no existen los límites. ¡Así deberíamos funcionar todos! La tecnología es capaz de modificar el mundo y mejorar la vida de todas las personas en el planeta. Pero la innovación detrás de este impacto tiene mente y corazón de niño: creativo, curioso, sin medio al error, ni a lo absurdo. Fearless innovation.

Algunos de los mejores inventos nacieron a partir de ideas que –en su momento– parecían imposibles, como el volar, tener electricidad o conversar con computadoras. Los grandes inventores, además de no tener miedo al qué dirán, también son personas súper resilientes al fracaso.

Thomas Alva Edison fue rechazado por su escuela a sus 8 años por ser un mal alumno, pero su mamá le ocultó la verdad, le dijo que lo expulsaron por ser brillante y no tener la capacidad de poder enseñarle. Ella educó en casa al que se convertiría en uno de los inventores más afamados del mundo. Éste fue el primer fracaso, pero le siguieron más para poder crear o perfeccionar inventos como el fonógrafo o los focos de luz, pero de los errores se aprende. Fail fast, learn faster.

Es cuestión de regresar a las bases de tu infancia, pero también el fomentar esta fearless innovation en tu equipo de trabajo. No tengamos miedo de qué van a pensar las otras personas, ni de qué pasará si sale algo mal. Gracias a la gente que tuvo ese valor en el pasado estamos donde estamos, imagínate a dónde podríamos llegar si todos pensáramos como niños. Esto es sólo una prueba más de cómo la innovación está en manos de todos.

Fearless innovation. Ana Peña

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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