• Comprar ropa es una de las actividades que necesitamos realizar.
  • Sin embargo, hay algunos casos en las que las prendas aún pueden utilizarse y las tiramos a la basura, lo que perjudica al planeta.
  • ¿Qué podemos hacer para no dañar más nuestros ecosistemas? Te contamos.
  • ¿Ya conoces nuestra cuenta en Instagram? Síguenos.

Nuestra ropa es parte de nuestra vida. Si vamos al trabajo, estamos en pijama o queremos nuevos calzones, cada prenda que elegimos es un pilar para el día a día.

Y es no es solamente porque el vestuario es necesario a nivel social, sino por la repercusión que tiene en el medioambiente.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de las más de 13,000 toneladas de desechos, 1.4% son ropa usada y trapos.

Al día, en la Ciudad de México se generan 182 toneladas de residuos textiles y solo se reciclan entre 0.2 y 0.5% de ellos.

«El daño ambiental que se ocasiona debido a la incineración, descomposición de prendas, sabemos que ocasiona la liberación de sustancias tóxicas, gases como el metano, que contamina suelos y (abona) al efecto invernadero (…)», declaró Carolina Mijares, gerente de Marketing Regional para Vanish México e impulsora del programa Hilos Rosas, en la conferencia «¿Cómo ser parte de la moda circular desde el lavado de las prendas?”, de Fashion Digital Talks.

En su participación, la diseñadora Natalia Silva, quien también es fundadora de Long: Clother Rehab, comentó que los desperdicios en textiles equivale a llenar 231 el Estadio Azteca.

Ante este panorama, ¿qué podemos hacer con nuestra ropa? ¿De qué manera podemos contribuir a proteger el planeta? Te mostramos.

El camino de la ropa

Comprar ropa es necesario, pero desecharla solo porque tiene un pequeño agujero, se manchó de tinta o se deshilachó, afecta al mundo mucho más de lo que imaginas.

Ahtziri Magaña, cofundadora y directora de Vinculación en Biosis Hub, expuso que el cuidado arranca desde la realización de las prendas.

«En el cuidado de (estos productos), la responsabilidad es compartida: comienza con el productor de la materia prima, pasa por la marca que la utiliza y recae en el consumidor que le adquiere. Mientras más información exista en cada etapa, el ciclo de vida de ese producto será más largo», puntualizó.

Una cuestión de hábitos

Silva recordó que en su proyecto han recibido desde ropa que alguien ya no quiere por motivos sentimentales hasta piezas que solo tiene algunos detalles estéticos.

«Es cierto: para que las marcas puedan ofrecerte precios (accesibles), se baja mucho la calidad (de las telas). Pero si llevas la prenda a tu casa y no le das el cuidado ideal, se desgastará y despintará más rápido», precisó.

Para ello, recomendó poner atención en los hábitos de tratamiento de la ropa.

«El tema de reparar y cuidar no es lo mismo con tu computadora. Cuando vemos que la prenda se agujeró, pensamos en tirarla a la basura, (aunque no ocurre lo mismo con el aparato). Entiendo que no están en el mismo rango de precios, pero parte del (conflicto a) nivel industria es que la ropa no cuesta lo que tendría que costar; debería tener un precio mayor. Este problema hace que consideremos a la ropa desechable, que se puede sustituir muy rápido. Estamos siendo muy descuidados y descuidadas en hábitos de cuidado de ropa», afirmó.

El lavado

Para la fundadora de Long: Clother Rehab, la pandemia de Covid-19 aceleró el desgaste de las prendas, esto debido al temor de contagios por esta enfermedad.

«El sanitizar tu prenda no es necesariamente lavarla después de cada uso que le das. Eso también aplica en el empleo de productos agresivos que, muchas veces, (los textiles) no lo necesitan», expuso.

Esto también va de la mano con el tipo de trabajo o actividades que realices en tu día a día. No es lo mismo ser médico que tener un profesión que se desarrolla en oficinas.

Paloma Patlán, gerente de programas sociales en Sarape Social y cofundadora de Bestiario, expuso que en este aspecto se relacionan el cambio de cultura de las industrias y las personas consumidoras.

«Es algo complejo que lo logras entender y adaptar a través de experiencias (…). En la medida en que reconoces que hay personas (que se dedican a elaboración de prendas), que tiene un valor cultural, simbólico y económico (a estos objetos), es cuando comienzas a cuidarlos desde el lavado», aseveró.

Mientras tanto, Magaña hizo énfasis en alargar el ciclo de vida de la ropa, ya que abona a la economía circular.

«Una vez que comprendes que no es ajena a ti, que no es impersonal y tiene un vínculo contigo, le das (la atención necesaria) (…). También de ti depende cómo termina en el siguiente paso y no en un basurero. Como puede ser circular y mantenerse infinitamente en este circuito, más allá de que termine descartada de mal forma», señaló.

Entonces, ¿qué hago con mi ropa?

Mijares destacó que no se trata solo del cuidado que le des al usarla o lavarla, sino de tomar en cuenta que, accidentalmente, todas las personas podemos dañar nuestra indumentaria.

Sin embargo, si quieres «rescatar» tu blusa favorita o esos pantalones que alguna vez se dañaron, las expertas mostraron sus tips al respecto.

1. Usa potenciadores de lavado

Estos te ayudarán a cuidar las prendas mientras las limpias en la lavadora.

«No solo únicamente sirve para las manchas. Con la ciencia, tecnología y nuevas fórmulas. Ya no son solo para ello», ponderó la impulsora de Hilos Rosas.

Los potenciadores de lavado evitan también que el color se pase a otro. ¿Recuerdas esas toallas blancas que se mezclaron con tu suéter verde y ahora son de ese tono?

«Simplemente si le agregas una cucharada, te ayuda a prevenir la transferencia de color y no lo permite», explicó Mijares.

2. Trata las manchas al instante

Sea tinta, café, pasta de dientes o lo que sea, lo más sencillo es enjuagar en agua fría en el instante.

Para ayudar a quitarla, puedes emplear el potenciador de lavado y nunca pasarla por agua caliente. Además, puedes usar vinagre blanco y detergente para lavar trastes, esto especialmente en un restaurante o en una casa que no sea tuya.

Sin embargo, esto dependerá del tipo de textil del que esté compuesta tu prenda.

3. Toma en cuenta tu estilo de vida y tus finanzas

En su participación, Silva ahondó en que, antes de revisar cuántas veces y cómo debes lavar tu ropa, es observar tu estilo de vida y tus necesidades.

«Es muy difícil llegar con reglas cuando no todos tenemos el mismo contexto (…). Por otro lado, como consumidores, hay que hacer una radiografía del mejor cuidado de mis prendas. ¿Qué producto utilizamos? Hay que hacer una pequeña investigación de cuáles son los más eficaces para no dañar el medioambiente y qué corresponde a mi bolsillo porque se vuelve un mensaje que pudiera segregar», puntualizó.

4. Evita el poliéster

Patlán y Magaña indicaron que se debe evitar el poliéster, tanto en la fabricación de prendas como en su adquisición.

«Esto es por los microplásticos (…). El textil de poliéster, aunque no lo veamos, se tritura y hace pequeño, pero no desaparece. Sus pequeñas partículas de plástico son casi imposibles de eliminar (…). En términos de reciclado, se puede hacer de manera infinita», ponderó la directora de Vinculación en Biosis Hub.

5. Lee las etiquetas de tu ropa

En ocasiones, lavamos nuestras prendas sin fijarnos en cuál es el método adecuado para limpiarlas. Solamente ponemos atención en si es de tintorería o no.

Para que su vida se extienda, lo ideal es revisar y seguir «al pie de la letra» las especificaciones para tratarlas.

6. Usa prendas de segunda mano

Hay bazares y tiendas especializadas en vender vestimentas que otras personas ya no quieren, pero que se encuentran en buen estado.

Es más: entre tus seres queridos puedes encontrar alternativas para renovar tu guardarropa.

AHORA LEE: 3 consejos de la cofundadora de Ecolana para aprender a reciclar

TAMBIÉN LEE: Merecoy busca cambiar la industria de la moda con la piel de nopal

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en FacebookInstagramLinkedInTwitterTikTok y YouTube

AHORA VE: