- Según una encuesta con perspectiva de género realizado por FuckUp Nights, 22.89% de las mujeres aceptó que oculta aspectos de su personalidad para encajar en su trabajo.
- 28.51% de las mujeres dejaron de proponer ideas en su lugar de trabajo por miedo al rechazo y a fracasar.
- Erik Jiménez, gerente de FuckUp Nights afirmó que asociamos el fracaso con la vulnerabilidad, y que la sociedad considera esto una debilidad que se atribuye directamente a las mujeres.
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Según la encuesta «Fracaso y género en espacios laborales 2022-2023”, realizada por FuckUp Nights, 28.51% de las mujeres dejaron de proponer ideas en su lugar de trabajo por miedo al rechazo y a fracasar.
Además, el reporte revela que 22.89% de las mujeres aceptó que oculta aspectos de su personalidad para encajar en su trabajo.
La encuesta busca ser una guía para las empresas que desean entender y afrontar el fracaso con un enfoque de DEIA (Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad); además, apunta a que las mujeres pueden sentir presión acerca del fracaso en sus empresas.
36.9% de las mujeres que comete un error busca resolver por su cuenta antes de pedir ayuda, aunque la situación esté por encima de sus capacidades.
Cuando un tema no queda claro, el 40.48% de las mujeres intenta entenderlo de manera independiente, sin preguntar a otra persona.
En 2022, esta tendencia para resolver los temas que no están claros era ligeramente mayor entre los hombres, con 46.81%, respecto a las mujeres con un promedio de 45.78% y las personas no binarias 33.33%.
Los estereotipos sociales en las empresas merman la seguridad de las mujeres
En 2023 las cifras disminuyeron para hombre y mujeres, debido a que pudo haber un cambio gradual hacia el entorno de apoyo en las empresas; excepto en el caso de personas no binarias, donde el porcentaje aumentó 50% más, con las personas binarias sintiéndose aisladas.
Eric Jiménez, gerente general Global de FuckUp Nights dijo que las mujeres temen al fracaso debido a estereotipos sociales y que otros las consideren “más débiles”.
También dijo que «las mujeres y personas no binarias reportaron niveles más altos de incomodidad al momento de mostrar vulnerabilidad en el trabajo, lo cual es esencial para la seguridad y para el pleno desarrollo profesional».
“La cultura empresarial, que, históricamente, ha castigado esta debilidad, necesita un cambio para reconocer que el fracaso no es malo, ni mucho menos está intrínsecamente vinculado a un género, dijo.
Jiménez afirmó que asociamos el fracaso con la vulnerabilidad, y que la sociedad considera esto una debilidad que se atribuye directamente a las mujeres. “Esto conduce a un doble estándar cuando ellas fracasan, y hay que decirlo, estos prejuicios son discriminatorios”, concluyó.
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