- Cal Henderson, cofundador y director de tecnología de Slack, trabaja desde su casa en San Francisco.
- Esta aplicación es básica para gran parte de las empresas a nivel mundial.
- Pero, ¿cómo se pueden desconectarse de esta herramienta? Henderson te ayuda en ello.
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Incluso antes de que la pandemia desencadenara la revolución del trabajo remoto, la plataforma de mensajería instantánea Slack obsesionaba a los empleados, hasta el punto de que alguien se volvió viral por disfrazarse de notificación en Halloween.
Es una herramienta muy útil para unas 100,000 organizaciones y ayuda al 77% de las firmas de Fortune 100 a mantenerse en contacto en la era del empleo híbrido, según asegura la compañía.
Pero sus notificaciones emergentes, acompañadas de su característico sonido, pueden distraerte.
En una entrevista con Business Insider, el cofundador y director de tecnología de Slack, Cal Henderson, reconoció que la cantidad de información que ofrece la aplicación puede abrumar a la gente.
Su comunicación laboral por escrito está tan integrada en Slack que el cofundador asegura no haber enviado un correo electrónico a un compañero en más de una década.
Un consejo de «oro»
El truco es dejar de usar Slack como si fuese el correo electrónico, afirma Henderson, donde «tienes una bandeja de entrada en la que todo lo que hay en ella está destinado a ti».
Por el contrario, en esa plataforma, «tienes acceso a un montón de cosas, pero no necesariamente tienes que leerlas todas.»
«Para cualquier organización de tamaño considerable, nunca leerás todas las que están disponibles para ti», añade. «Seguramente pone más carga en el lector que en el emisor para decidir qué información quieres leer».
Para aprender a gestionar de forma eficiente Slack y no agobiarte en el intento, Henderson comparte tips de cómo él aprendió a estar al tanto de los mensajes y a alejar el ruido, «para poder ver la información, pero no estar abrumado por ella».
1. Ordenar los canales por los que son más importantes y activar las notificaciones solo de algunos
Henderson tiene miles de grupos, o «canales», en su tablero de Slack. Para evitar la sobrecarga, los coloca por niveles de importancia en su barra lateral.
«A grandes rasgos, pongo los canales en categorías de cosas que realmente necesito leer a medida que suceden», explica Henderson. «Por ejemplo, un proyecto particular en el que estoy o mi canal personal».
Recibe las notificaciones en su teléfono de los canales que son relevantes para su empleo en ese momento.
A continuación, clasifica de manera tajante el resto entre los que leerá regularmente y los que puede revisar cuando tenga tiempo, afirma.
Pone los canales más importantes, dependiendo de en qué esté trabajando, en la parte superior de su barra lateral. Cuanto menos relevante es el canal, más abajo lo coloca. «Nunca voy a leer todo», confiesa.
El cofundador también ajusta la configuración de las notificaciones de los canales para poder ignorar los mensajes menos importantes para su trabajo diario y volver a ellos si lo necesita.
2. Decidir cuándo no responder a los mensajes y programarlos para respetar el horario de trabajo de los demás
Henderson asegura que no tiene paciencia con los jefes que envían correos electrónicos por la noche, como fue el caso de Elon Musk.
«¿La expectativa es que todo el mundo esté trabajando todo el rato? Eso suena terrible», afirma.
Añade que él establece «límites saludables» y que no responde a los mensajes por la tarde o por la noche en días laborables o en fines de semana.
Ese es el tiempo que le corresponde a la familia o al sueño, a menos que haya una emergencia laboral, señala.
Si trabaja hasta tarde o en el fin de semana y necesita enviar un mensaje a un compañero, lo programa para enviarlo a una hora normal para evitar molestar o «establecer una expectativa de que deben responder».
3. Experimentar con videos para sustituir las reuniones
Henderson comenta que empezó a sentir «fatiga de Zoom» unos dos años después de la pandemia, y añade que su calendario estaba lleno de «espacios seguidos de sesiones en esa plataforma de 30 minutos».
El personal de Slack trabaja en diferentes zonas horarias, por lo que no era posible programar una reunión a la que pudieran asistir todos, asegura Henderson.
O bien varias personas se quedaban fuera o él tenía que organizar las reuniones dos veces, lo que califica de «pérdida de tiempo de todos».
El cofundador utiliza Slack Clips para grabar videos cortos que sustituyen a las reuniones para compartir información.
Si necesita que le informen sobre un cliente antes de una reunión, prefiere que quienes se la transmitan le envíen un video, en lugar de programar una reunión.
También se anima al personal a publicar actualizaciones en el canal de Slack dedicado a un proyecto concreto para reducir las reuniones.
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