- Veerle Veldhuis, de 24 años, dejó la universidad y regresó a la casa de sus padres en marzo de 2022.
- Después de buscar opciones para encontrar su propia casa, decidió comprar y renovar una pequeña.
- Ahora vive en el patio trasero de sus padres y no tiene que pagar renta.
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Este ensayo se basa en una conversación transcrita con Veerle Veldhuis, una joven neerlandesa de 24 años que compartió su vida en una pequeña casa en el patio trasero de sus padres. Fue editada por su extensión y para dar claridad.
Vivo en una pequeña casa de siete metros cuadrados en el patio trasero de mis padres.
Regresé a su casa en marzo de 2022 después de vivir en la universidad durante aproximadamente dos años y medio. Había luchado con mi salud mental. Me di cuenta de que permanecer en la universidad ya no era beneficioso y que me estaba esforzando mucho más allá de mis límites. Era tiempo de un cambio.
Después de dejar la universidad, regresé a la casa de mis padres. Siempre pensé en esto como una solución temporal.
La terapia me ayudó a darme cuenta de cuánto necesitaba un espacio para mí. Primero comencé a mirar casas cercanas. Busqué asociaciones de vivienda y alquileres privados, pero eran caros y no había muchos disponibles en el área.
El verano pasado estuve de vacaciones en Inglaterra y disfruté mucho quedarme en una casa pequeña durante cuatro noches. A partir de ese momento, la idea de vivir en una casa pequeña estuvo en el fondo de mi mente.
El pasado mes de noviembre encontré por internet una minicasa de segunda mano y la compré con la ayuda económica de mis padres por 1,963 dólares.
Algunas personas que vivían en la zona me dijo que el gobierno local era bastante estricto con las casas pequeñas. La opción más sencilla era ponerla en tu propia propiedad, así que mis padres y yo decidimos dejarla en su patio trasero.
Llevo viviendo aquí unos 11 meses. Viene con algunos desafíos, pero ha sido agradable.
Intentamos renovar la pequeña casa lo más barato posible
Pensé que la pequeña casa sin muebles era asequible, pero resultó cara para su estado. La estructura exterior estaba bien, pero el suelo estaba completamente mojado y un poco podrido.
Había empezado a planificar cómo se vería desde dentro antes de comprarla. Mis padres y yo investigamos los materiales que necesitaríamos comprar y ellos, junto con algunos amigos, me ayudaron a renovar la casa.
Intentábamos renovarla lo más barato posible. Al principio pensé que me gastaría unos 1,000 dólares, pero al final fue más del doble.
Usamos muchos materiales que teníamos a la mano e intentamos conseguir cosas que no teníamos de segunda mano o gratis. Usamos madera que encontramos en un contenedor de basura para hacer el marco de la ventana e instalamos una encimera de cocina de madera que habíamos almacenado en el cobertizo.
Nos llevó unos dos meses completar la renovación y me mudé a principios de enero.
Un día, me desperté y el té sobrante de mi taza se había congelado. Realmente no estaba acostumbrada a vivir en un espacio tan frío durante el invierno. También estaba acostumbrada a apagar la calefacción por la noche. Ahora también enciendo la calefacción por la noche, si hace frío.
Tengo una cocina, una cama y una sala de estar, pero no tengo baño ni regadera. En la pequeña casa de mis sueños, tendría un baño porque no siempre me gusta ir a usar el de mis padres, especialmente de noche.
No tengo que preocuparme por no tener suficiente dinero para pagar la renta
Tener mi propio espacio ha sido útil para mi salud mental porque no siempre tengo que prestar atención a quienes están a mi alrededor y puedo hacer lo que quiera.
También disfruto tener a mis padres cerca y no vivir completamente sola.
En Instagram, he visto a algunas personas decir que piensan que en realidad no vivo de manera independiente y que básicamente tengo una casa de juegos en el patio trasero de mis padres. Sin embargo, yo diría que la reacción a mi contenido ha sido mayoritariamente positiva.
Creo que tengo mucha suerte: no todo el mundo tiene padres con un gran patio trasero donde poner una casa pequeña.
Cuando dejé la universidad pagaba unos 450 dólares al mes de renta. No pago renta a mis padres, pero hemos acordado que les daré 65 dólares al mes para cubrir gastos como luz y agua.
Puedo ahorrar más dinero y no tengo que preocuparme por pagar la renta.
Ahora trabajo en una granja donde las personas con discapacidad pueden vivir y trabajar junto con los agricultores, y planeo terminar mis estudios el próximo año académico. Estoy pensando en mudarme más cerca de mi universidad con mi pequeña casa.
En general, estoy cómoda. Creé mi propio espacio y lo renové, para que realmente se sienta como mi casa. Vivir en un espacio pequeño se siente muy acogedor y seguro.
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