Roberto Báez

Roberto Báez

Juego de Percepciones

Esta semana fue muy complicada en el mundo laboral. Los titulares de las noticias de negocios se los llevaron las grandes compañías, principalmente tecnológicas, con sus olas de despidos masivos.

No es para menos, ver a los gigantes de las redes sociales tosiendo en el último trimestre, después de que todo el año el fantasma de una recesión económica nos ha perseguido, pone a temblar a otras empresas con ese famoso refrán que dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…”

Por otro lado, para las personas que se encuentran actualmente empleadas, escuchar este tipo de noticias es un recordatorio de que así es el mundo laboral donde nadie es imprescindible, aunque a veces las empresas hagan sentir lo contrario. Es crudo, pero es real. 

Además del evidente impacto en las personas que pierden su empleo, estas situaciones son un golpe para la reputación de la empresa. Si bien ya están pasando por un momento complicado económicamente, tener que reducir plantillas demuestra hacia el exterior con sus grupos de interés, que algo no anda bien, y es aquí donde la manera de comunicar juega un papel crucial. 

Malas noticias

A las empresas les encantaría estar comunicando buenas noticias todo el tiempo, números felices que ayuden a reforzar la confianza de los stakeholders y sean la base de un clima laboral con certidumbre. Desafortunadamente no siempre puede ser así y es el momento de enfrentar la situación de la mejor manera posible.

Comunicar un despido nunca es fácil, comunicar miles de ellos en un solo anuncio es todo un reto. En los últimos años se ha hablado mucho de tratar de buscar la humanización de las empresas, sobre todo durante la pandemia en la que tuvieron que dar muestras de solidez y resiliencia pero, ¿cómo decirle a alguien de la mejor manera posible que es su último día de trabajo?

Si han seguido esta columna quincenal, notarán que una de mis palabras favoritas es “empatía”, la uso frecuentemente al referirme a las características de una comunicación efectiva. El problema es que a veces se nos olvida que el mundo sería mejor si tratáramos de ser un poco más empáticos en nuestra manera de conducirnos y en la comunicación.

¿Cómo les digo?

Las razones que propician un despido pueden ser variadas, pero hablando en el caso de estos grandes recortes que vimos esta semana, el punto aquí no es si fueron adecuados o no — esas son decisiones de negocios que requieren otro tipo de análisis —, sino la manera en la que fueron comunicados. Tomemos como ejemplo los casos que causaron revuelo esta semana. 

Si introduces las palabras “Elon Musk despidos Twitter” en un buscador, te arrojará cientos de noticias de lo ocurrido en estos días en esa empresa, con actualizaciones y distintos ángulos que extienden la percepción negativa de lo que está pasando. Desde el pesado clima laboral y los despidos por regiones, incluyendo el equipo de México, hasta las demandas masivas, las noticias corrieron toda la semana. ¿Alguien notó un destello de empatía en los hechos narrados por estas notas?

Esta misma semana, Meta anunció planes para despedir al 13% de su fuerza laboral. El anuncio a los empleados fue hecho por el mismo Mark Zuckerberg a través de un video donde explica las razones y se dice triste por la decisión. Incluso hubo algunas voces de empleados que decían respetan la transparencia y responsabilidad del CEO de la empresa.

Otro caso sonado fue el anuncio de Beat global, que informó el cierre de sus mercados en América Latina. Aquí en Business Insider se reportó una conversación con una persona empleada de Beat México que fue despedida, en ella mencionaba que «Beat siempre fue una empresa humana y no dejó de hacerlo hasta el último momento. La calidez y la cercanía siguen estando presentes en estos momentos de crisis para quienes perdimos nuestro empleo”. Dentro de lo malo, la opinión del ex empleado suena bien para la empresa. 

¿El mismo resultado?

Tampoco se trata de engañarnos, te lo digan bonito o feo, un despido es una situación que tiene un fuerte impacto en las personas, desde los económico hasta lo emocional. El resultado final no cambia, desafortunadamente hay mucha gente que perdió su empleo esta semana.

Pero para las empresas, las formas definitivamente sí pueden alterar el resultado en cuanto a reputación corporativa. La ola de mala publicidad, que además se sigue alimentando con las demandas y declaraciones de ex empleados molestos, repercute en la moral del equipo, por ende en el desempeño y ni que decir del impacto en el mercado financiero. 

Por otro lado, el valor de una marca empleadora sólida que maneja con dignidad temas tan delicados, marca una diferencia en la atracción y retención de talento, un reto al que se enfrentan las empresas hoy en día. No solo las compañías piden referencias de los candidatos, el talento también investiga cómo se comporta su futuro empleador.

Esperemos que en breve se detenga esta ola de despidos y que las personas que hoy se encuentran desempleadas, puedan encontrar un sitio de trabajo de pronto. Mientras tanto, cada quien desde la posición en la que estemos, tratemos de practicar la empatía, es el primer paso para ayudar a que las cosas mejoren.

despidos | Business Insider Mexico

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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