• De origen griego y que deriva del nombre de una ninfa, Calista también es el emprendimiento de joyería de las hermanas Laura y Regina Hernández.
  • Con tan solo seis meses dentro del mercado, los confinamiento por la pandemia les obligó a cerrar sus puntos de venta físico y no sabían si continuar.
  • Sin embargo, Calista supo cómo adaptarse a las nuevos canales de venta y ya tiene en la mira ir al exterior

Los sitios que dan el significado de los nombres coinciden en que el nombre de Calista atrae, es creativo y sociable.

De origen griego y que deriva del nombre de una ninfa, Calista también es el emprendimiento de joyería que las hermanas Hernández decidieron realizar.

Como su nombre lo dice, las piezas de joyería de Calista atraen a quien las mira y ese es motivo de orgullo para Regina, quien contó la historia del emprendimiento que sentó bases en medio de la pandemia.

Calista inició como un camino separado que logró volverse a juntar

Regina antes de entrar al mundo del emprendimiento, ejercía como ingeniera química en administración, carrera que le dio las herramientas necesarias para empezar con Calista.

Mientras que su hermana, Laura, estudió diseño industrial y realizó su especialidad en joyería en la ciudad de Nueva York.

«Cada una empezó por un camino diferente y llegamos en un punto en común y arrancamos Calista», dijo Regina.

Pero el camino se empezó a construir a partir de las inquietudes de las hermanas. Por un lado, Regina quería iniciar un emprendimiento y, por el otro, Laura experimentaba al crear su propia joyería.

Y a pesar de que Laura también trabajaba para un taller de joyería, ella quería hacer sus propios diseños, mismos que fueron populares dentro de su círculo de amigas y las piezas terminaban por agotarse.

«De nuestras frustraciones y planes queríamos hacer una marca, pero ella me decía: ‘no sé cómo vender’. Yo por mi parte sí tenía mucha experiencia en ventas y entonces en las pláticas salió que lo hiciéramos juntas», contó Regina.

Calis, corales y nereidas

Cortesía de Calista

Así, Calista inició su emprendimiento en julio de 2019, con una primera colección dedicada a la nereidas, criaturas mitológicas y consideras como las ninfas del mar mediterráneo.

Por lo que los anillos, brazaletes, aretes y collares tenían motivos marinos y de corales que atraen justo como una Nereida lo hace.

«Queremos darle un significado a cada pieza, que tenga un significa y un trasfondo. Que vean que está hecha a mano por artesanos y diseñada por una mexicana», dijo Regina.

La producción de las piezas se realizan en lotes de aproximadamente 20 a 45 unidades, sin embargo algunas son tan especiales que se hacen 10 y terminan por agotarse.

Calista enfrentó también diversos obstáculos

A pesar que Calista va hacia buen puerto, el inicio también tuvo complicaciones.

Por ejemplo, la selección de proveedores fue para Regina un reto, debido a todo lo que implicaba. Al ser un diseño, las emprendedoras debían proteger que no robaran la idea, los prototipos y conseguir que los empaques quedaran perfectos.

Además, Calista, como todos los emprendimientos, tuvieron que sortear los cierres de la pandemia y aprender a entrar a un nuevo canal de venta que es el e-commerce.

«Apenas íbamos pasando la primera etapa cuando llego 2020 y fue un shock, porque habíamos empezado a operar de una forma. Nosotras estamos muy enfocadas en trabajar en tiendas físicas; teníamos 10 puntos de venta a finales de 2019, y de repente todos cerraron de la noche a la mañana», dijo Regina.

Esto derivó en que dos de los mejores puntos de venta de la marca cerraran, debido a un quiebre económico.

Pero Regina y su hermana vieron como una ventaja llevar solo seis meses dentro del mercado, por lo que lo aprovecharon y le dieron la vuelta para iniciar su canal con Amazon.

La solución fue lo digital y Calista logró adaptarse

Cortesía Calista

Y es que los cierres en México iniciaron justo una semana después de que la marca lanzara su segunda colección, dejando a las emprendedoras entre la incertidumbre de si avanzar o esperar aguas más tranquilas.

Pero la decisión fue quedarse, adaptarse e impulsar las ventas en línea, a través de Amazon.

«Ni Laura ni yo sabíamos el ecosistema que hay detrás de las ventas en línea, por lo que nos metimos a tutoriales, cursos y a platicar con proveedores para entender lo más que pudiéramos e iniciar una estrategia digital» dijo Regina.

Así, 2020 se convirtió para Calista el momento preciso para sentar las bases de su canal digital.

«Justamente cuando hay movimientos tan drásticos siempre se abren huecos, porque una marca que lleva 50 años no se puede ajustar tan rápido a diferencia que tiene un año», dijo.

Ahora Calista quiere retomar los puntos de venta físicos que quedaron y sumar esfuerzos hacia la importación, canal donde ya tienen presencia en una tienda de Bélgica, un showroom de Los Ángeles y en Nueva York.

«Como emprendedor estás en un posición ideal para capturar esas oportunidades que se abren, cuando el mundo cambia tanto», agregó.

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