Dentro de todas las malas noticias sobre la economía mexicana este año, hay algunas que casi parecen consoladoras. Un ejemplo es la contracción de 1.2% del Producto Interno Bruto (PIB) durante el primer trimestre del año, que resultó más moderada de lo que calculaban los analistas — en el orden de 1.6%.

Lo que puso freno a la caída, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), fue un incremento en las actividades agropecurias, o primarias. Estas presentaron un crecimiento de 1.7% respecto al último trimestre de 2020, mientras que las actividades industriales y de servicios se contrajeron en 0.9% y 1.2% respectivamente.

Sin embargo, este crecimiento no es ni suficiente para compensar la contracción de la economía mexicana ni tampoco está garantizado en el mediano o largo plazo.

Las actividades primarias aportaron en el primer trimestre de 2020 apenas 3.34% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, de acuerdo con cifras del Inegi. Esto implica que aunque hayan ayudado a aminorar la contracción económica, su crecimiento es insuficiente para mantenerla a flote mientras los sectores industrial y de servicios atraviesan su peor momento en más de una década.  

 “Tuvo un efecto positivo, pero solo en una pequeña parte. Si no hubiera habido un crecimiento del sector primario la caída habría sido peor”, explica Jesús López, subdirector de análisis económico y financiero de Banco BASE.

Entre enero y marzo, las actividades industriales, también conocidas como secundarias, aportaron 28.5% de la economía, mientras que las de servicios, o terciarias, 63.9%, de acuerdo con el Inegi.

Las actividades agrícolas no se vieron afectadas por la pandemia, pero su comportamiento es absolutamente impredecible

En gran parte, la aportación de las actividades agropecuarias creció entre enero y marzo por que su comportamiento no está ligado al ciclo económico. Es decir, este tipo de actividades no resulta afectado por los mismos factores que las industrias y los servicios — como la baja demanda, la suspensión de actividades o las interrupciones en las cadenas de producción por una pandemia.

De hecho, la producción de alimentos y bebidas es considerada actividad esencial para el funcionamiento de la sociedad, por lo que no se puede suspender, tal y como quedó de manifiesto en la declaratoria de emergencia sanitaria en México a fines de marzo.

En cambio, este sector de la economía “está muy determinado por factores aleatorios” como el clima y las temporadas agrícolas, explica López. Por ello, es difícil hacer proyecciones sobre qué ocurrirá trimestre a trimestre.

“El sector tiende a ser volátil en sus datos de crecimiento”, dice el experto de Banco BASE.

El comportamiento de las actividades primarias no cambia el panorama económico para México este año

A pesar de que las actividades primarias hayan mitigado la contracción de la economía mexicana en los primeros tres meses del año, es improbable que cambien el panorama de la economía mexicana.

El sector agropecuario “es muy importante para el país, pero no es tan importante para la economía”, dice López.

Por su aportación pequeña a la economía y todos los factores aleatorios e incontrolables que le rodean, para los especialistas es difícil pensar que el sector contenga el desplome previsto para este año. Banco BASE cree que para finales de 2020, México habrá perdido 8 puntos del PIB.

Y ese descenso no es ni siquiera el escenario más pesimista para el país, aquejado por la recesión mundial derivada de la pandemia de coronavirus y por otros factores como la falta de confianza de los inversionistas, o el nulo crecimiento que se alcanzó en 2019. Goldman Sachs augura que el PIB de México se contraerá 8.5% este año, mientras que otros analistas creen que la caída será de doble dígito.

En cualquier caso, se espera que el segundo trimestre refleje el peor impacto por la suspensión de las actividades secundarias y terciarias en todo el país. Se espera que los comercios comiencen a reabrir a mediados de junio en la Ciudad de México, aunque depende de cómo se comporte la curva de contagios.

Hasta la noche del martes, México tenía 74,560 contagios registrados acumulados y una cifra de 8,134 personas fallecidas por coronavirus.

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