• Airbus ya trazó el mapa para poner a volar los aviones sostenibles alimentados con hidrógeno en los próximos 10 años.
  • Su plan contempla un proyecto piloto en Francia que podría extenderse a otros aeropuertos de Europa.
  • Expertos de Airbus y del sector subrayan las dificultades técnicas y la gran inversión que necesita un cambio así.

Una avión emite unos 285 gramos de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera por kilómetro y pasajero.

Por ejemplo, un vuelo entre Londres y Nueva York emite unos 670,000 kilogramos de CO2. Es decir, 11% de lo que emite una persona en Reino Unido y casi el total de lo que emite una persona en Ghana en un año, explica la BBC.

Además según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo: la aviación supone 2% de las emisiones de CO2 al año en el planeta.

Es por ello que muchas empresas del sector pusieron manos a la obra para tratar de desarrollar tecnologías que ayuden a reducir o eliminar las emisiones.

Entre ellas —desde hace tiempo destaca Airbus— que avanza con paso firme en su proyecto de poner a volar en unos 10 años un avión de hidrógeno cero emisiones.

Es un ritmo de introducción mucho más rápido que el pronosticado en junio por Boeing; que de hecho aún tiene aviones particularmente antiguos y ruidosos.

Así es como Airbus planea introducir los aviones sostenibles

David Calhoun, presidente de la empresa, dijo entonces que los aviones de hidrógeno no se generalizarán al menos hasta 2050, según Actualidad Aeroespacial.

Esta semana, Airbus informó en un comunicado su plan los próximos años para que el ZEROE, nombre de este avión, vea la luz.

Este incluye el despliegue de una estación de distribución de hidrógeno en el aeropuerto de Lyon-Saint Exupéry (Francia) a partir de 2023.

Esta, explica la compañía, abastecerá a los vehículos de tierra del aeropuerto —autobuses, camiones y equipos de manipulación, entre otros— y a los de sus empresas asociadas. También a los vehículos pesados que circulan por el aeropuerto.

Será solo un primer paso. La empresa concede una importancia capital a esta primera fase de su estrategia, que servirá para probar las instalaciones y la dinámica del aeropuerto como centro de hidrógeno en su zona de alcance.

Entre 2023 y 2030, Airbus acompañará estas estaciones con la creación de las infraestructuras de hidrógeno líquido. Ya que serán necesarias para suministrar este gas en los depósitos de los futuros aviones.

Después de 2030 el aeropuerto contará con una estructura de hidrógeno que le permitirá la producción y la distribución masiva de hidrógeno líquido en el aeropuerto.

Mientras se lleva a cabo esta prueba piloto en Francia, Airbus, Air Liquide (la compañía proveedora de hidrógeno) y VINCI Airports (la empresa que gestiona el aeropuerto) analizarán las posibilidades de exportar el modelo a otros lugares de Europa.

«No necesitamos cambiar las leyes de la física para apostar por el hidrógeno. Este tiene una densidad de energía tres veces superior a la del queroseno. Está hecho para la aviación», explicó Guillaume Faury, consejero delegado de Airbus, en Finantial Times —un evento sobre sostenibilidad celebrado en Toulouse.

Faury advirtió que para lograr usar esta tecnología el sector necesitará apoyo gubernamental y normativo. Sobre todo a partir de 2027 y 2028, cuando la empresa decidirá si apuesta definitivamente por el hidrógeno.

Airbus no es el único que quiere hacer aviones sostenibles

En España, por ejemplo, Skydweller, una empresa estadounidense, está probando un avión propulsado únicamente por energía solar.

Esto puede permitir a las aeronaves permanecer durante meses volando sin necesidad de recargar combustible.

En Noruega, Rolls-Royce y Tecnam están construyendo un avión totalmente eléctrico.

«En Airbus decidimos tomar al toro por los cuernos», afirma Faury. «Vimos que los fabricantes de motores cambiaron significativamente su opinión sobre el hidrógeno, lo cual es muy positivo».

Los retos técnicos son numerosos. Sabine Klauke, directora técnica de Airbus, explicó que la necesidad de licuar hidrógeno y almacenarlo a -253º es un obstáculo evidente. Y que requiere una importante inversión.

Los expertos señalan por otra parte, que la verdadera reducción de la huella de carbono del sector solo se producirá si hay menos vuelos de media y larga distancia.

Alan Epstein, exejecutivo del sector, dijo a FT que los combustibles de aviación sostenibles son la única solución práctica para hacer más ecológica la aviación comercial.

«La viabilidad económica de los aviones de hidrógeno en los próximos 20 años está más influenciada por la política y la normativa nacional que por la realidad técnica o financiera. Son esas normativas las que establecerán cualquier base económica», añade.

Por otro lado, David Joffe del Comité de Cambio Climático del Reino Unido —órgano asesor del Gobierno— se muestra escéptico ante el FT con respecto a que el hidrógeno sea la única respuesta posible.

«Necesitamos soluciones antes», dice, señalando que los aviones comprados hoy «seguirán funcionando en 2050».

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