- Taylor Swift desafió las teorías de los fanáticos sobre otro lanzamiento de "Taylor's Version" y dijo que su nuevo álbum, " The Tortured Poets Department ", llegará en abril.
- La autora, que es swiftie, no estuvo de acuerdo en verla aceptar el trofeo histórico (sobrepasando a músicos legendarios como Stevie Wonder, Frank Sinatra y Paul Simon) por un álbum que no exhibe su verdadero genio.
- Para la autora, Midnights carece de la meticulosa cohesión de "Fearless", el ingenio de "1989" y la maestría lírica de "Folklore", sus tres anteriores ganadores del premio al álbum del año.
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La 66ª edición de los premios Grammy iba bien, hasta que llegó el final, con Taylor Swift ganando Álbum del Año con su disco aclamado Midnights.
Por primera vez en la historia, las mujeres lideraron las categorías de rock. Miley Cyrus estaba encantada de ganar su primer Grammy, y luego ganó el segundo.
Victoria Monét dedicó su premio de Mejor Artista Revelación a los 15 años de arduo trabajo. La oda de Billie Eilish a la feminidad, «What Was I Made For?» ganó el máximo premio de composición. Por último, la primera actuación de Joni Mitchell en el legendario escenario hizo llorar a todos.
Lo más sorprendente es que Taylor Swift desafió las teorías de los fans sobre otro lanzamiento de «Taylor’s Version» en los premios Grammy y dijo que su nuevo álbum, The Tortured Poets Department llegará en abril.
Hizo el anuncio mientras aceptaba el premio al mejor álbum vocal pop por Midnights, bastante temprano para un anuncio tan importante. Fiel a su forma, Swift se aseguró de que el discurso de los Grammy de este año estuviera dominado por su música, incluso si no ganaba un premio importante.
Quizás asumió que sería su última vez en el escenario durante el resto de la noche. Ojalá hubiera sido de esa manera.
Lamentablemente, la velada terminó con Taylor Swift logrando su cuarta victoria récord en los premios Grammy ganando la categoría Álbum del Año.
¿Es Midnights merecedor de este premio frente a otros artistas talentosos?
En cierto modo, fue un final apropiado para una ceremonia dominada por mujeres y, más específicamente, para mujeres que estaban compitiendo arduamente para ser vistas y tomadas en serio.
La victoria de Swift reforzó las preocupaciones sobre los guardianes de la industria musical que se niegan a evolucionar.
Taylor Swift tiene una fuerza cultural dominante desde cualquier punto de vista. Se podría argumentar que en una sociedad patriarcal, permitir que una mujer alcance su nivel de éxito es un acto inherentemente progresista.
Pero Swift también es una favorita de los Grammy de toda la vida y aprendió a hacer un álbum pop seguro. Midnights es un éxito comercial, pero no reveló ningún lado de Swift que no hubiéramos visto ya. Carece de la meticulosa cohesión de Fearless, el ingenio de 1989 y la maestría lírica de Folklore, sus tres anteriores ganadores del premio al álbum del año.
Como fiel seguidora de Taylor Swift, me decepcionó verla aceptar el trofeo histórico (sobrepasando a músicos legendarios como Stevie Wonder, Frank Sinatra y Paul Simon) por un álbum que no revela su verdadero genio.
Me decepcionó aún más ver a Swift ganarle a SZA, cuyo segundo álbum, SOS, obtuvo el reconocimiento universal. SOS reinó en el puesto número 1 del Billboard 200 durante 10 semanas (más que cualquier otro nominado) y ha sido aclamada por la crítica como una obra maestra multifacética.
El álbum posicionó a SZA como «un talento entre su generación» y «una voz clave en su generación», dijeron Pitchfork y Rolling Stone, respectivamente. Sus canciones la posicionaron en la misma conversación que Beyoncé y Lauryn Hill, escribió Mikael Wood para Los Angeles Times.
La derrota de SZA se produjo poco después de que Jay-Z criticara a la Academia por su larga historia de cancelación con Beyoncé.
A pesar de ser la persona más premiada en la historia de los Grammy, Beyoncé solo ganó una vez en una categoría general (canción del año por «Single Ladies» en 2010). Solo 11 artistas negros han ganado el álbum del año.
Al igual que el año pasado, cuando Renaissance de Beyoncé perdió álbum del año frente a Harry’s House de Harry Styles, es imposible ignorar el sesgo racial en juego en estas decisiones. Los artistas blancos son celebrados de manera desproporcional en las principales categorías, a menudo por trabajos que son menos vitales pero más aceptables.
La culpa no es directamente de Taylor Swift, ni de Styles, ni de ningún otro artista blanco que se lleve a casa un premio que no necesitaba; pero como fanáticos, si continuamos aceptando este patrón como aceptable, la culpa será nuestra.
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