• La mente en blanco es cuando la atención se desacopla de la percepción y no trae ningún estímulo a la conciencia.
  • Este estado mental es relativamente nuevo para la ciencia, que en los últimos años ha encontrado múltiples hallazgos.
  • Cuando tienes la mente en blanco, el cerebro se organiza de una manera en la que todas sus regiones se comunicaban entre sí al mismo tiempo.
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La mente es una máquina maravillosa de la que aún no sabemos muchas cosas. Por ejemplo, qué pasa cuando hay una falta total de atención y el flujo de la conciencia se detiene, lo que se conoce popularmente como tener la mente en blanco. 

Aunque se trata de algo que todas las personas han experimentado alguna vez, la ciencia no siempre ha tenido muy claro si algo así realmente existe ni qué implicaciones cognitivas conlleva. 

En los últimos años, la ciencia ha arrojado un poco más de luz al respecto, sugiriendo que durante este lapsus en el que la mente está “perdida”, el cerebro se pone en un modo similar al del sueño profundo.

Claro que, en realidad, sigues despierto.

La mente en blanco y la mente que divaga

Tienes una reunión de trabajo o estás viendo Netflix. En un momento estás muy atento a lo que pasa y, un segundo más tarde, te sorprendes pensando en otra cosa. No sabes muy bien cómo, pero, de repente, estás repasando una lista de tareas, recordando algo del pasado o planeando tu futuro.

A esto se le conoce como “mente errante” y es algo bueno. Varias investigaciones han demostrado que dejarla divagar tiene importantes beneficios sobre la creatividad.

Otras veces, en cambio, tu cabeza vaga sin llegar a ninguna parte concreta, y cuando vuelves a ti mismo no sabes muy bien dónde estabas. En ese caso, dejaste la mente en blanco. Este estado mental es cuando “la atención se desacopla de la percepción y no trae ningún estímulo a la conciencia”.

La mente errante y la mente en blanco son fenómenos de la vida cotidiana. Ambas ocurrencias aumentan con el cansancio del trabajo cotidiano o una tarea que exige una concentración profunda, como conducir o dar una presentación.

También aumentan con la privación de sueño, explicó Tomás Andrillón, exinvestigador asociado de Psicología en Monash University.

Su investigación, publicada en 2021 en Nature Communications, trató de comprender mejor qué sucede en el cerebro cuando la atención falla. Su enfoque fue la relación entre la mente que divaga, la que se queda en blanco y el sueño.

Para ello examinaron la actividad cerebral de individuos jóvenes sanos al realizar una tarea aburrida. La atención se dedujo a partir del desempeño. También se les interrumpió en momentos aleatorios para preguntarles si estaban concentrados en la tarea, distraídos o con la mente en blanco. 

Paralelamente, se registró su actividad cerebral con un electroencefalograma, detectando la aparición de ondas lentas similares a las del sueño. 

Ninguno de los pacientes tenía falta o trastorno del sueño. No obstante, sin darse cuenta, partes del cerebro se desconectaban. 

“Seguramente, el hecho de que la tarea que les ordenamos realizar fuera extremadamente aburrida y repetitiva ayudó”, afirmó Andrillón.

La ubicación dentro del cerebro de estas ondas influyó en el tipo de lapsus. 

“Las ondas lentas en las partes frontales del cerebro, involucradas en el control de nuestras acciones y pensamientos, se asociaron con menos control: más impulsividad y más divagaciones mentales. Las observadas en las partes posteriores del cerebro, las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento de la información sensorial, se asociaron con la lentitud y la mente en blanco”.

La frontera entre sueño y vigilia podría no ser tan marcada

Los resultados de la investigación sugieren que las intrusiones de lo que llamaron “sueño local” podría representar un fenómeno cotidiano y participar para dar forma a la corriente de conciencia.

Recientemente otro estudio reveló conclusiones similares: cómo el sueño y la vigilia pueden entremezclarse en el cerebro humano. 

Publicada el 4 de octubre en Proceedings of the National Academy of Sciences, la investigación muestra que la fenomenología de la mente en blanco desafía la creencia de que la mente humana siempre está pensando.

Usando el aprendizaje automático, los investigadores de la Universidad de Lieja, el EPF Lausanne y la Universidad de Ginebra indicaron que en realidad el cerebro no está saltando constantemente de un pensamiento a otro. Necesita “desconectarse” por algunos momentos, que podemos experimentar como espacios en blanco en la mente.

De acuerdo a sus hallazgos, durante estos episodios, el cerebro se organiza de una manera en la que todas sus regiones se comunicaban entre sí al mismo tiempo.

Este patrón cerebral ultraconectado se caracterizó por una alta amplitud de la señal global de resonancia magnética funcional. Este es un indicador de baja activación cortical.

En otras palabras, cuando la mente está en blanco, el cerebro parece estar en un modo similar al del sueño profundo, fase en la que el cuerpo aprovecha para configurar la memoria.

“Después de todo, es posible que los límites del sueño y la vigilia no estar tan separados como parecen”, señaló en nota de prensa el investigador principal, el doctor Demertzi Athena del FNRS en GIGA ULiège.

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