• El peso y otras monedas emergentes han aumentado su valor frente al dólar desde junio.
  • Existe incertidumbre si esto podría generar una guerra de devaluaciones competitivas ante la volatilidad.
  • Expertos descartan una guerra de divisas, pero se han dado "los primeros disparos".

Hoy el tipo de cambio se ubicó en 19.7 pesos por dólar. Esta es la mejor paridad que el peso mexicano ha alcanzado desde el 5 de marzo. También está en camino de conseguir su quinta alza semanal consecutiva, un comportamiento que se observa en varias divisas emergentes. Por lo tanto, existe incertidumbre si este auge en las economías emergente podría generar una guerra de divisas entre varias naciones.

Es más, el peso mexicano, el real brasileño, la lira turca, el rand sudafricano, el rublo ruso y el zloty polaco han subido entre 5% y 10% desde junio. Se sumaron a los avances de entre el 5% y 12% de las monedas de China, Taiwán y Corea del Sur en el mismo lapso.

La reacción eufórica de los mercados financieros a los recientes avances de las vacuna para el Covid-19 es uno de los factores. Pero también los resultados de las elecciones en Estados Unidos está fortaleciendo algunas divisas tan rápidamente que se ha comenzado a hablar de una posible nueva guerra cambiaria.

Hace una década el ministro de Hacienda de Brasil comparó la impresión de dinero de los bancos centrales occidentales con una guerra económica. Esta acción de los bancos centrales debilitó las monedas de varios países que intervenían imprimiendo más de sus propias divisas. Al parecer está tendencia está surgiendo de nuevo.

Pero en Corea del Sur, Taiwán y Tailandia ya están lo suficientemente preocupados por el súbito aumento de valor de sus monedas, y las posibles distorsiones económicas. A diferencia de Suecia, estas naciones no tienen la intención de intervenir en sus mercados o tomar otras medidas —como la impresión de más billetes para devaluar más su moneda— incluso como medida para reactivar su economía.

Las naciones podrían entrar en un ciclo de devaluaciones y detonar una guerra de divisas

En Suecia, cuya corona es la moneda de mejor rendimiento de este año, el banco central aumentó inesperadamente su programa de impresión de dinero la semana pasada, lo que podría disminuir su valor, y hacerse más atractiva. Este tipo de respuestas a su vez podría generar que otros países hagan lo propio para devaluar sus propias divisas y ser más competitivos.

«Creo que guerra de divisas sería una expresión un poco dramática para usar en este momento, pero se podría decir que ha habido algunos disparos de alerta», dijo el jefe de estrategia de mercados emergentes del banco suizo UBS, Manik Narain. «Y si la fortaleza de sus monedas continúan, estos países podrían empezar a presionar más fuerte».

Los economistas culpan a las devaluaciones competitivas de las monedas de exacerbar la Gran Depresión de la década de 1930. Así como de frenar el comercio mundial durante décadas fomentando el proteccionismo.

El ciclo suele comenzar con recortes de las tasas de interés e intervenciones «ojo por ojo» —con la impresión de billetes para devaluar las monedas. Pero puede escalar rápidamente hasta los controles de capital o los impuestos a las inversiones para impedir la entrada de dinero extranjero como el que ahora inunda los mercados emergentes.

Los datos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) del martes mostraron que los inversionistas volcaron un récord de 40,000 millones de dólares en acciones. Así como 37,000 millones de dólares en bonos a los mercados emergentes el mes pasado. Este total superó al de los tres meses anteriores juntos.

Existe margen para un auge sin una guerra de divisas

Este creciente afán de los inversionistas por comprar activos de riesgo le dio a las monedas de los mercados emergentes en noviembre su mejor mes en casi dos años. Esto extendió las ganancias que comenzaron en junio.

Una prolongación de esta tendencia alcista, se considera probable después de que el dólar alcanzó su nivel más bajo en dos años el jueves. Este sería el mayor ascenso ininterrumpido de las monedas emergentes desde el 2012.

No es sólo la expectativa de que las vacunas contra el Covid-19 normalicen el comercio. También una mayor expectativa de los viajes y los precios de las materias primas es lo que impulsa la tendencia.

Las bajas tasas de interés mundiales significan que los países en desarrollo se encuentran entre los pocos lugares que quedan donde los inversores obtienen beneficios por invertir en bonos. Por ejemplo, México tiene una tasa de referencia de 4.25%, mientras que en Estados Unidos es de 0.25%.

Además, el auge de los coches eléctricos y la automatización ha hecho que el dinero llegue a los grandes fabricantes de Asia.

Se espera que el comercio mundial tenga el próximo año la primera expansión en tres años. Esto con la esperanza de que también el gobierno del presidente electo estadounidense, Joe Biden, sea más predecible en ese frente.

«Si se observan las áreas en las que podrían estallar posibles guerras de divisas, serían las áreas que han atraído la mayor cantidad de flujos de capital o flujos a acciones», dijo el jefe de gestión de carteras de mercados emergentes de PIMCO, Pramol Dhawan.

Citó a Taiwán, Corea del Sur y China como los principales puntos calientes, y potencialmente la India. Han acumulado 85,000 millones de dólares en reservas este año, añadió Narain de UBS, ayudando a mantener la rupia bajo control.

No hay de que preocuparse, en este momento no hay una guerra de divisas

Cuando el brasileño Guido Mantega declaró que había estallado una guerra de divisas en septiembre de 2010, el dólar había perdido más del 10% en unos tres meses. Y no se detuvo ahí, cayó un 17% en junio de 2011.

Esta vez el dólar ha bajado un 11% en ocho meses. Pero el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley cree que todavía está sobrevalorado en un 10%. Citi pronostica una baja récord de 20% el año que viene mientras las economías se recuperan. En tanto, la Reserva Federal continúa con el estímulo.

El economista jefe del IIF, Robin Brooks, duda que incluso ese tipo de movimiento desencadene una guerra de divisas.

Quitando el alza del 8% del yuan de China, las monedas de los mercados emergentes llevan una baja de 5% este año. Algunas de las monedas más afectadas, como el real brasileño y la lira turca, han perdido 25%. Esto es solo una fracción de lo que valían hace una década.

«Honestamente, si yo fuera un político de una economía de mercado, cada día en que mi moneda se fortaleciera estaría feliz», dijo Brooks. Asimismo aseguró que una moneda más fuerte también hace más barato pagar la deuda denominada en dólares que se ha estado acumulando por la crisis.

Sin embargo, cree que el euro y el yen se fortalecerán. Esto requerirá que el Banco Central Europeo y el Banco de Japón respondan. La reacción de China también será observada de cerca. En tanto, la declaración de Tailandia de que está vigilando la subida del baht «24 horas al día» pone de relieve las tensiones.

Con información de Reuters.

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