• Las canciones virales de Charli XCX, Sabrina Carpenter y Tinashe apuntan a una tendencia más grande en la música pop.
  • Hasta ahora, el verano está dominado por canciones que estimulan el “cerebro tranquilo”. Son divertidas, tontas y cargadas de buenas vibras.
  • Esto puede ser una reacción a la reciente avalancha de malas noticias, lo que genera una mayor necesidad de escapismo.
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El año pasado por estas fechas, me despertaba todas las mañanas y ponía The Record de boygenius y escuchaba el álbum completo.

Después de que terminaba con «Letter to an Old Poet» —una canción sobre el duelo por una relación tóxica y la súplica a la luna por un poco de felicidad— generalmente con canciones de Mitski, Noah Kahan o Ethel Cain. Ellos tienden a escribir sombríamente sobre la soledad, la depresión y, ocasionalmente, el asesinato.

Ahora, en un giro encantador, me despierto todas las mañanas y escucho Brat de Charli XCX. Ella lo describe como “una chica que va a fiestas 365 (días)”.

El sexto álbum de estudio de Charli es un buffet de éxitos hiperpop iluminados con luces de neón que van desde alardes vertiginosos sobre usar ropa de diseñador y ser icónico hasta confesiones crudas sobre la imagen corporal y la envidia femenina.

A diferencia de las obras de Mitski o Kahan, las confesiones de Charli no pretenden detenerte a llorar. Sus canciones, poco pulidas e impulsivas, son arrojadas al éter con abandono y luego eclipsadas ​​por ritmos pesados.

El estilo de corriente de conciencia de Charli refleja una noche en una discoteca: surgen emociones feas, pero cuando el DJ toca tu canción favorita, se disuelven con la misma rapidez.

Brat —junto con éxitos virales como «Espresso» de Sabrina Carpenter, y «Nasty» de Tinashe— han marcado el comienzo de una temporada de placer y ligereza. Mis amigos y yo hemos la estamos llamando “el verano tranquilo para el cerebro”.

Las claves de ello son simples: no pensar demasiado, no analizar mucho y no matar la vibra.

El “verano del cerebro tranquilo” puede ser una reacción al ciclo de noticias

Esta tendencia puede parecer incongruente con la cantidad de sufrimiento que hay en el mundo en estos días, particularmente en los últimos meses.

Sin embargo, tal vez, en cambio, sea una correlación directa. Hay una demanda que nació del agotamiento. A esto se le suma la fatiga por las malas noticias y el impulso fatalista de festejar.

Todavía no es octubre. Después de todo, si el apocalipsis se acerca, nuestra ventana para la pura fantasía se está cerrando.

El principal atractivo de la música pop siempre ha sido el escapismo. La difunta productora Sophie —amiga y colaboradora frecuente de Charli, que tiene una canción dedicada a ella en Brat— dijo que su objetivo con la música pop era hacer “lo más ruidoso y brillante”.

“Eso, para mí, es un desafío interesante, musical y artísticamente”, declaró a Rolling Stone. “Y creo que es un desafío muy válido, tanto como quién puede ser el más crudo emocionalmente”.

De hecho, hemos vivido en un mundo pop dominado por Taylor Swift y remodelado a su semejanza durante varios años. La marca de composición confesional y verbosa de Swift ha influenciado a una nueva generación de músicos que alcanzaron la mayoría de edad tras su estela.

Esto incluye a favoritas de los fans como Phoebe Bridgers hasta rostros más jóvenes como Olivia Rodrigo y Gracie Abrams. Todas ellas priorizan la honestidad cruda e inquebrantable en sus letras.

Hoy, es habitual que un artista promocione su próximo álbum como su “trabajo más personal hasta el momento”. Es como si se tratara de una virtud indiscutible o un hechizo mágico para el éxito comercial. La estrategia está quedando obsoleta, si no lo está ya.

Por supuesto, eso no quiere decir que artistas como Rodrigo y Abrams ya no tengan éxito. La primera se encuentra en medio de una gira mundial con boletos agotados para promocionar su segundo álbum número uno, Guts; mientras que la segunda apunta a un gran debut en las listas de Billboard con su propio segundo álbum, The Secret of Us, reforzado por un dúo con Swift.

Algunas canciones deberían ser tonterías

Escribir canciones sacadas de la rutina diaria no es la única manera de hacer buena música, subir en las listas de éxitos o captar el espíritu de la época.

No todo el mundo puede escribir un éxito al estilo de Swift. De hecho, la mayoría de la gente no debería intentarlo. Hay música que debería ser simplemente divertida, incluso si las letras son una tontería.

Como nos recordaron este año, algunas canciones son en realidad más divertidas si las letras son tontas. Tomemos como ejemplo a Carpenter, quien plantea en Espresso que sus encantos son tan adictivos, tan distraídos, que mantienen a su amante despierto como una inyección de cafeína.

“Ese es mi espresso” es una frase gramaticalmente incorrecta y ahí radica la belleza. Un concepto simple se convierte en un eslogan, infinitamente citable y compulsivamente compartible. Hace que el coro parezca una broma interna entre todos los que cantan.

Charli y Tinashe tienen sus propias versiones de este descarado truco. En el estribillo de «360» —la canción que abre Brat— Charli canta: “Estoy en todas partes, soy tan Julia”.

La frase es una referencia poco clara a Julia Fox , que la mayoría de la gente nunca entendería, incluso si la han visto en el vídeo musical.

El lenguaje de “Soy tan Julia” raya en lo absurdo. Aun así, esa es la frase que se quedará grabada en tu cerebro reptil, la parte alimentada por las vibraciones, no por la lógica.

En redes sociales como TikTok e Instagram se puede encontrar gente disfrutando de una nueva forma de elogiar a sus amigos e ídolos: “Eres tan Julia”.

Para Tinashe, cuyo catálogo rebosa de canciones inteligentes y elaboradas por expertos que deberían haber sido éxitos, una pregunta ridícula finalmente le dio un gran avance: “¿Alguien va a igualar a mi monstruo?”

Se convirtió en una tendencia de baile, luego en un meme y ahora, la canción es un verdadero éxito comercial. “Nasty” alcanzó recientemente el puesto número 69 en el Billboard Hot 100, la primera entrada en solitario de Tinashe, más de una década después de firmar su primer contrato con un sello discográfico.

Estas canciones peculiares forman la base perfecta para una banda sonora de “verano relajante”, aunque ten en cuenta que eso no significa que carezcan de valor o significado.

Más bien, su valor y significado están expuestos a simple vista, listos y ansiosos de ser consumidas. Se requiere muy poco análisis o introspección para disfrutarlas.

Todavía existe un apetito (y una necesidad) de metáforas complejas, lecciones de historia y revelaciones personales en la música pop. No obstante, ahora no es el momento.

Estamos demasiado ocupados bebiendo espresso.

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