- La educación forma no solo a profesionistas, sino una mejor sociedad.
- Por ello, se debe prestar atención a diversos temas, como el acceso en comunidades sin internet, por ejemplo.
- Rosa Wolpert, oficial de Educación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en México, detalla este tema.
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La educación es uno de los rubros que más relevancia tiene no solo en México, sino a nivel mundial.
El acceder al conocimiento permite a la población no solo tener mejores oportunidades en el ámbito laboral, sino contar con una calidad de vida adecuada; es un derecho humano.
En México, alrededor de 30 millones de personas están en las aulas; forman parte de la educación básica, media superior, superior y normales, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
No obstante, hay desafíos que aún faltan por enfrentar en el país, donde la pandemia y las condiciones económicas juegan un papel relevante.
Rosa Wolpert, oficial de Educación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en México, comenta el tema en entrevista para Business Insider México, en el marco del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) 2023.
Un nuevo paradigma social
La Unesco lanzó en 2021 el informe Reimaginar juntos nuestros futuros: Un nuevo contrato social para la educación, en el que establece lineamientos para gobiernos, instituciones y población para avanzar en la materia.
Este documento muestra la relevancia de la profesionalización de los docentes; del disfrute de las actividades educativas en diversos entornos sociales y culturales; que la pedagogía se centre en cooperación, colaboración y solidaridad, entre otros rubros.
En México, «hay varios estados que han adoptado (la iniciativa) y han hecho este contrato. Han traído a la mesa al sector educativo junto con otros, tanto públicos como el de salud o bienestar, como los privados, como la academia (incluyendo universidades) para hacerlo», comenta la experta.
Pero, agrega, un reto es aplicar los planes.
«Una cosa es decir que nos sentamos y nos comprometemos y otra es quién lleva la ‘batuta’ y qué significa la concreción de esas acciones. A nivel federación, ha sido un poco más complejo este razonamiento porque estamos en medio de una reforma educativa que ya tenía una idea de origen que no es exactamente esta; (aún no se ha dado un diálogo con el gobierno federal) acerca de que es importante que todos nos comprometamos (en el ámbito educativo). Aún falta (ese paso)», señala.
Políticas públicas
Para Wolpert, aún falta un mayor análisis en las políticas públicas relacionadas con la educación en México, debido a que por tiempo y los entornos, hay una brecha en el tema.
«Hay distintas calidades en los diversos contextos de educación. ¿Cómo cerramos (esta brecha)? No se cierra desde un currículo. El nuevo tiene unas muy buenas aportaciones en términos de contextualización, y autonomía. No es rígido y cerrado; cuenta con apertura, pero necesita tener evidencia y conocimiento de los retos y necesidades de los distintos lugares, que (eso) ayude a aterrizar (lo que se plantea para mejorar)», refiere.
Para que eso también pueda aplicarse, se requiere la participación del personal docente.
«En las capacitaciones hay mucha esperanza y apertura de hacer algo distinto, por ejemplo, en Chiapas, Guerrero o Nuevo León. He escuchado esa buena disposición, pero me parece que la evidencia de lo que sucede y de las modalidades que hay, nos permitiría tomar mejores decisiones y más contextualizadas», puntualiza.
¿Qué pasa con la inclusión y la diversidad?
La inclusión y diversidad son temas clave en todos los sectores y la educación no es la excepción.
Si bien siempre han existido espacios heterogéneos, se debe pensar en más realidades tanto del alumnado como del profesorado, así como en rubros como el covid-19.
«La inclusión y la diversidad te obliga a voltear a ver otros estudiantes a aprender, a entender. (En ello se suma la pandemia, donde se refleja), el que tuvo apoyo, el que tuvo internet o nada y, como docente, le tengo que dar atención a todos y reaccionar rápido a eso. Ojalá se les pueda apoyar para el enorme esfuerzo que están haciendo (los profesores); debe ser reconocido», indica.
En este tenor, Unesco tiene iniciativas como el Laboratorio de Innovación Educativa para el Desarrollo de Políticas Públicas que, de la mano con el gobierno local impulsa trabajos en la materia, pero aún falta capacitar a los profesores para que puedan inculcar los tópicos en las aulas.
«Intentamos con otros países de la región tener contenidos de apoyo para que hagan valer esa inclusión, porque es fácil decirles (a los docentes) que lo hagan, pero otra es apoyar y no han sido preparados para una situación más compleja», asevera la oficial de Educación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en México.
Llegar a más lugares
La educación debe estar en todos los rincones del planeta. Ante el auge de la innovación y la tecnología, ¿qué se puede hacer en los sitios donde aún no cuentan con luz e internet?
«Lo primero es entender que eso ha cambiado mucho; cada vez hay más población en contexto urbano que rural. Eso nos tendría que permitir llegar al rural con propuestas específicas, diferenciadas, de calidad. El reto es llevar a los maestros a estos lugares y tecnología. Si bien no es impensable que tengamos el acceso en el lugar más remoto; si hubiera voluntad, se lograría», asegura Wolpert.
Para ello, destaca, hay opciones como los contenidos fuera de línea o asincrónicos.
«Cuando desarrollas algo, no lo tienes qué proponer para la mayoría, sino para los que tienen los mayores retos. Ahí es la clave (para que más personas tengan educación)», precisa.
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