• Los trabajadores en Ciudad Juárez temen por reanudar actividades, aunque saben que tendrán que hacerlo en cuanto las plantas de Estados Unidos reabran.
  • En la planta de Lear en Rio Bravo, 18 trabajadores fallecieron por Covid-19; los otros empleados aseguran que las medidas sanitarias fueron mínimas.
  • La empresa dice que volverán cuando los trabajadores se sientan cómodos y el gobierno lo permita.
  • Para muchos empleados, esta incertidumbre por su salud se mezcla con la desesperación por recibir su salario completo otra vez.

Los empleados de la maquiladora de autopartes de Lear Corp en Ciudad Juárez no tienen fecha para regresar al trabajo, pero saben que será pronto. Y mientras que la desesperación por recuperar su salario completo crece, muchos temen que volver no sea seguro todavía.

Sus temores son fundados.; al menos 18 trabajadores de la planta fallecieron a causa del coronavirus, en medio del peor brote en cualquier fábrica de América.

Como parte de una cadena de suministro internacional más amplia, crucial para el sector automotriz, el personal sabe que las presiones pueden acelerar su regreso.

«Cuando Estados Unidos abra el automotriz, tenemos que regresar», dijo Dagoberto Galindo, de 42 años, uno de los 10 empleados de Lear en el parque industrial Río Bravo que Reuters entrevistó desde mediados de abril.

Galindo ha trabajado 14 años en la maquiladora, confeccionando fundas para asientos de automóviles para Mercedes-Benz, Mustang y Ford Explorer.

«Yo volvería por cuestiones económicas, porque me quedaría sin dinero. Pero no porque estuviera seguro en regresarme», dijo Galindo. El trabajador vio una reducción de 35% en su salario por el cierre de la planta, lo que le dificulta mantener a su familia.

Los trabajadores mexicanos tienen razones para preocuparse

Como Galindo, miles de personas trabajan en las maquiladoras del norte de México. En esas fábricas, las empresas estadounidenses se benefician por los salarios bajos y las laxas regulaciones en salud, seguridad y medio ambiente que obtienen en México, frente a las de su país.

Las maquiladoras forman parte de grande cadenas de suministro entrelazadas entre Estados Unidos y México, que impulsaron 614,500 millones de dólares de comercio binacional el año pasado, según la Oficina de Censo estadounidense.

No obstante, que el país sea ya el primer socio comercial de Estados Unidos ha tenido un costo para los trabajadores mexicanos; ganan menos que sus contrapartes estadounidenses y tienen sindicatos más débiles, que no siempre los protegen.

Ahora, con la curva de infección mexicana varias semanas detrás de la estadounidense, los expertos dicen que los empleados tienen razones para preocuparse. Hasta el martes, Ciudad Juárez tenía la mayor concentración de contagiados en Chihuahua, con 418, y casi 100 muertes.

«La industria maquiladora fue un factor en el contagio», dijo la activista de derechos humanos Cecilia Espinosa en Ciudad Juárez. Instó a las autoridades sanitarias y laborales a inspeccionar las maquiladoras antes de permitir que los trabajadores regresen.

En la frontera, protestan por mejores condiciones de trabajo ante la pandemia

Reuters

A mediados de abril hubo protestas exigiendo condiciones de trabajo seguras luego de la muerte de trabajadores en Honeywell International y Lear. Esos hechos destacaron la fricción sobre qué maquiladoras deberían permanecer abiertas en la pandemia.

10 trabajadores de la planta de Río Bravo le dijeron a Reuters que Lear tomó medidas de protección mínimas en las semanas previas al cese de operaciones. Eso ocurrió un mes después de que México detectara sus primeros casos del virus y de que el número de muertos en Estados Unidos superó los 1,000.

Lear, que emplea a 24,000 trabajadores en 10 plantas distintas en Ciudad Juárez, dijo que los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos no recomendaron el uso de mascarillas para cubrir la boca para personas no positivas Covid-19 hasta inicios de abril.

La compañía dijo que no había signos de un aumento en las visitas a la enfermería de la maquiladoras en las semanas previas al cierre; también, que se enteró de la primera hospitalización por coronavirus el 3 de abril.

«Estamos realmente y profundamente tristes por la situación», dijo Frank Orsini, vicepresidente ejecutivo de Lear. «No hemos visto algo así en ningún otro lugar del mundo».

Orsini dijo que las familias le dijeron a Lear que las causas oficiales de muertes fueron neumonía. Lear no estaba al tanto de que se hubiesen realizado pruebas para Covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus; señaló también que las pruebas en México han sido limitadas.

La compañía hizo un «extenso estudio» para buscar vínculos entre los trabajadores que murieron, incluidos turnos, pausas para almorzar y autobuses, pero no encontró puntos en común, dijo Orsini.

La falta de información no está ayudando a calmar las preocupaciones de algunos trabajadores sobre el reinicio de maquiladoras. Los empleados entrevistados por Reuters dijeron que la compañía nunca les dijo directamente si algunos de sus colegas estaban enfermos o si habían muerto.

«Somos una familia, y de un minuto a otro, ya no van a estar», dijo Lorenza Piña, de 59 años, refiriéndose a su muy unido grupo de colegas.

Orsini dijo que personal de recursos humanos de Lear trató de comunicarse con los empleados por teléfono y les dijo que había infecciones y muertes, sin revelar cuántas.

Las medidas de seguridad ante la reapertura

La semana pasada, algunos trabajadores de Lear publicaron videos en las redes sociales de los preparativos para reabrir la planta de Río Bravo.

Cubículos altos ahora protegen las máquinas de coser, y se muestra a una persona con un traje hazmat rociando paredes y pisos con desinfectante. Aparecen las palabras «la seguridad se construye paso a paso» estampadas en letras grandes a través de unas escaleras.

En las últimas semanas Lear ha promovido un manual detallado para reabrir maquiladoras de manera segura. En él, incluye instrucciones para instalar soportes de piso para gel desinfectante, la entrega de mascarillas y guantes; o tomarse la temperatura al comienzo de los turnos.

Ahora en su segunda edición, el «Manual de trabajo seguro» de buenas prácticas laborales se ha descargado del sitio web de Lear unas 18,000 veces, según la compañía.

Orsini dijo que Lear volverá a abrir en México cuando «los empleados se sientan cómodos con las precauciones que hemos tomado»; y las regulaciones gubernamentales lo permitan.

En una señal del apetito de la administración Trump por una rápida reactivación, el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, también ha pedido que se reinicie el trabajo allí para que coincida con Estados Unidos y Canadá.

«Estoy haciendo todo lo que puedo para salvar las cadenas de suministro que se crearon a través de las últimas décadas», dijo en Twitter a fines de abril. «Es posible e imprescindible cuidar la salud de los trabajadores sin destruir esas cadenas. La integración económica de Norteamérica exige coordinación». 

Con información de Reuters.

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