• La digitalización de los datos y su uso para gestionar el sector agrícola aumenta la capacidad de un desarrollo empresarial más sostenible económica y ecológicamente.
  • Para ello se requiere una buena cobertura de internet en las zonas rurales, así como alianzas interinstitucionales que permitan la capacitación de los productores.
  • Otra de las necesidades es una política de desarrollo agropecuario y territorial, que fomente el acceso al servicio financiero y tenga un componente tecnológico.

La inserción de la tecnología en la agricultura ha logrado agilizar y automatizar procesos que satisfacen a un mercado más exigente. Además, el control inteligente de la información que se genera en el campo es clave para la gestión eficiente del sector y una mayor productividad.

“La digitalización de los datos y su uso para gestionar el sector agrícola permite mantener una visión mucho más amplia, enfocada en la modernización. Esto aumenta la capacidad de un desarrollo empresarial y de nuevos modelos de negocio cada vez más sostenibles económica y ecológicamente”, reflexiona Aristóteles Vaca Pérez, especialista en el sector agroindustrial.

Sin embargo, señala la necesidad de asegurar que el sector agroproductivo de pequeña y mediana escala tenga acceso a las tecnologías digitales. Para ello, debe haber cobertura de internet de bajo costo y buena calidad en zonas rurales. Además, se requiere capacitar a productores y extensionistas en torno a la agricultura digital para que puedan tener una mayor productividad.

“Se han dado grandes avances en la digitalización del campo. Pero aún existe una buena parte de este sector, específicamente los productores, que no han tenido acceso completo a la tecnología”, dice Vaca Pérez.

El especialista añade que se necesitan teléfonos inteligentes con subsidio para los productores de pequeña escala. Asimismo, alianzas interinstitucionales, particularmente con universidades y centros de investigación, para pilotear estrategias de asistencia técnica digital a los productores.

Aunado a ello, Aristóteles Vaca Pérez coincide con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en la necesidad de una política de desarrollo agropecuario y territorial, que fortalezca el sistema de extensionismo rural (con un componente tecnológico) y fomente el acceso a servicios financieros.

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