Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

Las noticias sobre las variaciones del precio del petróleo durante las últimas semanas se han unido a la discusión sobre las energías limpias y renovables. Es un debate a nivel mundial sobre por qué debemos cambiar las emisiones de carbono; apostar a energías verdes; cuánto cuesta hacer este cambio; cómo va a impactar en nuestro día a día, y otras tantas variables que en este espacio no vienen mucho a cuenta mencionar.

Sin embargo, la razón por la que abordó el tema en esta ocasión, es por su aspecto financiero. El petróleo era un energético que históricamente se vendía bien; invertir en él significaba apostar a algo seguro que iba a incrementar su valor. En general se asociaba a las empresas petroleras con grandes negocios millonarios. Pero si vemos su valor hoy y la situación que atraviesa la industria, a muchos les sorprenderá la cantidad de problemas que tienen; así como la gran deuda que están arrastrando.

¿Por qué ocurrió esto? Se debe a una combinación de factores; su grado de contaminación; que sea un recurso no renovable, y que ahora hay más alternativas para generar energía o sustituirlo en la industria de la manufactura. Esta combinación le ha restado valor progresivamente. Por lo tanto, invertir en petróleo hoy en día no es la decisión más rentable del mundo.

Un cambio de paradigma global

Este acontecimiento se veía venir desde hace mucho tiempo. Fue advertido por expertos analistas varias veces; sin embargo, la idea de que el dinero es más importante que el medio ambiente prevaleció por mucho tiempo.

Ahora, industrias como la del tabaco están atravesando crisis similares. Grandes corporaciones como BAT y Phillip Morris, incluso, han declarado que cambiarán su modelo de negocio hacia otras verticales; con ello pretenden dejar o disminuir las afectaciones en la salud de la gente.

Esta situación ha provocado el surgimiento de la inversión socialmente responsable; es decir, aquella que no ve solamente por el crecimiento de los instrumentos y la rentabilidad económica. Esta inversión también evalúa los criterios de las empresas en cuanto a su impacto ambiental, social, de salud y gobierno. Estos criterios son conocidos como Environmental, Social and Corporate Governance, o ESG, y son característicos de los llamados “fondos responsables”.

Hoy en día no basta generar rentabilidad para que un negocio sea próspero. Vivimos en un mundo complejo e hiperconectado, en donde cada acción tiene una consecuencia directa sobre otros y esto se puede hacer público fácilmente; en el mundo financiero, una empresa que busca crecer sin importarle su impacto en la comunidad donde opera o sin responsabilidad hacia el uso de recursos, tarde o temprano caerá ya sea por la mala reputación que va a generar, o peor aún, porque va a ser cada vez más difícil y caro seguir explotando sus recursos y se volverá insolvente.

No se trata sólo de un tema moral, sino que la inversión socialmente responsable parte del hecho de formar parte de algo que tenga un impacto positivo, y así, logre perdurar. En los últimos 20 años, la perspectiva hacia esta visión en las inversiones se ha transformado, y más empresas lanzan programas o iniciativas con un impacto positivo.

El rol del inversionista

“Muy interesante, pero, ¿cómo afecta a mis finanzas?”. Seguro que más de uno ya se hizo esta pregunta al leer este texto. Dicho de forma simple (sólo para aclararlo, pues en un análisis profundo es mucho más complejo calcularlo), apostar a invertir en una empresa o industria sin fijarse en su impacto ambiental, en el largo plazo puede significar pérdidas difíciles de recuperar.

En su momento, quienes apostaron por Tesla y sus autos eléctricos asumieron un gran riesgo, pues no se tenía idea de si los autos eléctricos triunfarían o la empresa sobreviviría. Aunque no se han convertido en el nuevo estándar, ya es muy común ver vehículos eléctricos en cualquier ciudad, e incluso empresas de movilidad como Beat los utilizan para ofrecer opciones de transporte más ecológicas a los usuarios.

Se trata de procesos que la población adopta poco a poco y que terminan convirtiéndose en la norma. La separación de la basura en desechos orgánicos e inorgánicos, conservar las latas y el PET para llevarlos al reciclaje, o la política de dejar de dar bolsas de plástico en el súper, son ejemplos de medidas que en su momento parecía que no funcionarían, pero que eventualmente fueron adoptadas y ahora son parte del día a día como una responsabilidad más que todos cumplimos.

En el mundo de las finanzas a veces puede ser difícil que los inversores adopten una postura similar si antes no ven razones puramente económicas para hacerlo. El objetivo no es desear que ocurra un crack que perjudique a millones para comenzar a cambiar sus portafolios, por supuesto, pero sí hay otras medidas que puedes poner en marcha si te interesa formar parte de este cambio.

La más simple es hablar de esto con tus colegas y personas interesadas. Sin ánimo de autopromoción, puedes compartir esta columna y otras de este espacio para que comiencen a conocer la perspectiva de un inversionista a quien interesan estos temas, y de esta forma ganamos todos, pues se enriquece la discusión al respecto en un asunto que nos concierne en conjunto.

¿Cómo participar y diversificar a la vez?

Como en otras ocasiones, una gran opción es entrar a ETF’s para buscar alternativas socialmente responsables. Existen diferentes fondos que siguen los criterios ESG, donde de forma adicional a sus análisis financieros consideran los riesgos y oportunidades ambientales para sus evaluaciones y así armar diferentes canastas de acciones que pueden coincidir con tu visión.

Además del sector energético, puedes voltear a ver otras industrias, como el consumo, en donde empresas como Beyond Meat están creando alimentos con proteínas vegetales para sustituir el consumo de carne, con una huella de carbono menor y por ende, más verde; viene un auge de inversión inmobiliaria más amigable con el medio ambiente y sostenible y así, en cualquier industria que te interese, te aseguro que ya existen o están surgiendo una gran cantidad de alternativas sustentables a las que vale la pena echarle un ojo y darles la oportunidad.

Para cerrar y enfatizar la importancia de este tema, me gustaría compartirte la famosa frase de ​​Janez Potocnik, político europeo que durante su cargo como comisario europeo para el Medio Ambiente, advirtió a la comunidad europea sobre la importancia de cuidar el ambiente: “Si crees que la economía es más importante que el medio ambiente, intenta aguantar la respiración mientras cuentas tu dinero”.

inversión responsable | Business Insider Mexico
Inversión responsable | Jonás Cortés – Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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