• Intel Labs trabaja en varios algoritmos de inteligencia que ayudarían a optimizar las interfaces humano-maquina.
  • Esta tecnología se desarrolla en el Centro de Diseño en Guadalajara de Intel, impulsada por alrededor de 30 ingenieros mexicanos.
  • Realizamos una visita al CDG de Intel para conocer un poco más sobre estas innovaciones en robótica e IA.
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Si alguna vez fuiste a un arcade, es probable que te hayas topado con un Whack-a-Mole; un juego de destreza que reta a tus habilidades de reacción con un martillo y «topos» que debes eliminar mientras salen de su escondite. Me considero una persona con buenos reflejos; sin embargo, ahora me encuentro poniéndolos a prueba en una competencia directa con uno de los robots de Intel.

La prueba frente a mí es, precisamente, como un Whack-a-Mole mezclado con el clásico juguete «Fabuloso Fred». Esta consiste en presionar durante un minuto la mayor cantidad de unos botones que se iluminan al azar; la persona (o robot) que consiga presionar la mayor cantidad de botones iluminados con precisión en este tiempo será el ganador.

Mi rival es un brazo robótico desarrollado por ingenieros de Intel Labs que trabajan en el Centro de Diseño en Guadalajara (GDC); el dispositivo cuenta con prácticamente las mismas articulaciones que un brazo humano —codo, muñeca y hombro— lo que le permite un margen de movilidad casi idéntico al de una persona real.

Robots Intel
Brazo robótico desarrollado por Intel Labs. Héctor Cueto

El resultado final de nuestra competencia (en el modo «normal») fue de 37 aciertos para mí y 32 para el brazo robótico; mucho más reñido de lo que esperaba, pero al menos gané (por ahora).

Esta prueba de Intel no solo tiene como propósito ser divertida, detrás de ella existe un propósito científico que podría revolucionar la manera en que las personas y los robots interactuamos, derivando en grandes implicaciones para varias industrias y servicios.

Perfeccionando la relación entre robots y humanos

Intel Labs es la organización de investigación global dentro de la compañía, y tiene como objetivo descubrir y desarrollar nuevas tecnologías que tengan un uso práctico. En Latinoamérica, el único laboratorio de investigación de este tipo se encuentra en México, dentro del GDC.

El equipo de Intel Labs en México consta de unos 30 investigadores que desarrollan proyectos de robótica e inteligencia artificial (IA); arquitectura y diseño de computadoras; y de prototipado de silicio y sistemas computacionales.

En el campo de la IA y robótica una de las principales áreas de estudio para el equipo de Intel Labs en México es la visión por computadora, que es crucial para la navegación robótica. Básicamente, esta ayuda a los robots a saber dónde se encuentran e identificar objetos de manera intuitiva. Es aquí donde entra la prueba de botones iluminados con el brazo robótico.

La prueba forma parte de los esfuerzos de los ingenieros de Intel Labs por perfeccionar las interfaces humano-maquina, enfocándose en algo que llaman «programación por demostración».

«Actualmente solo un experto en robótica puede programar un robot; sin embargo, con estos algoritmos que estamos diseñando los podría programar cualquier persona, sin importar que no sepa nada de robótica o de inteligencia artificial», comenta en entrevista Julio Zamora, el científico que lidera el área de robótica e IA de Intel Labs en México. «Estamos creando estos algoritmos para que puedas ‘explicarle’ al robot que quieres que haga y pueda hacerlo solo con el ejemplo, sin códigos», agrega.

Básicamente, con estos algoritmos podríamos tener un robot en casa y asignarle todo tipo de tareas sencillas; desde limpiar los platos hasta acomodar los objetos de una una habitación, por ejemplo.

Esta prueba también tiene como objetivo ayudar al robot a tener la misma capacidad de reacción que una persona para mejorar las interacciones humano-máquina para labores conjuntas; dicho de otra manera, el algoritmo detrás de este brazo robótico haría más eficiente trabajar con robots. Por ejemplo: en una línea de producción, procedimientos quirúrgicos remotos o labores de logística (muy parecido a lo que Amazon ya implementa en sus almacenes).

«Cada vez surge más esta tendencia de que programemos menos y que las máquinas nos entiendan mejor, y estamos subidos en ese tren tratando de mejorar la interacción humano-máquina», puntualiza Zamora. «Queremos que tú puedas entrenar a la IA y enseñarle cosas para que pueda ayudarte. No son modelos preentrenados como lo que hay ahorita en IA, sino modelos capaces de aprender y evolucionar contigo», enfatiza.

Intel Labs también desarrolla algoritmos para drones y robots controlados a distancia

Robots Intel
Uno de los drones con IA desarrollados por Intel Labs en México. Héctor Cueto

La visión por computadora también se aplica en drones.

El laboratorio de Intel Labs dentro del GDC cuenta con un área de drones donde los ingenieros prueban este tipo de dispositivos (equipados con cámaras de profundidad y sensores) para ver qué tan eficientes podrían ser esquivando obstáculos o personas mientras vuelan.

«También hacemos aplicaciones de inteligencia artificial para reconocer acciones, personas, objetos, manipulación y hasta las manos para que los robots puedan identificarlos como cosas con las que no deben estorbar», comenta Zamora.

Sobre el entrenamiento de los drones, Zamora agrega: «Ponemos unas ‘trampas’ con hilos por las que el dron debe volar para llegar a una meta. También los soltamos en el bosque, en un ambiente completamente desconocido y sin los landmarks tradicionales. Si logra sobrevivir ahí, está listo para todo».

El experto dice que, al poder identificar su entorno, los drones podrían ser sumamente útiles en cierto tipos de escenarios; como misiones de búsqueda y rescate o incluso para la revisión de líneas eléctricas.

«Si quieres supervisar un daño en un cable, pero son kilómetros y kilómetros de estos y está en un lugar inaccesible, puedes lanzar al dron y este seguirá la línea hasta que encuentre dónde está el problema en el cable», comenta.

Algoritmos que ‘escuchan’

Intel Labs también estudia el uso de IA para el entendimiento del audio —desde el reconocimiento de voz, hasta de identificación de ambientes.

Para ello, el equipo de acústica de Intel Labs en México cuenta en el GDC con una cámara anecoica. Este es un espacio especialmente diseñado para absorber todas las ondas acústicas del sonido y las electromagnéticas. Este tipo de cámaras están completamente aisladas del exterior, impidiendo que cualquier sonido externo penetre en su interior. Solo aquí pueden hacerse grabaciones con una calidad perfecta, y se usa para recopilar todo tipo de datos para verificar que los algoritmos de audio funcionan.

Por ejemplo, en esta cámara se han desarrollado varios algoritmos que pueden detectar proactivamente mediante el sonido si los servidores (que son bastante ruidosos) necesitan ser ventilados de manera más eficiente.

También se llegó a usar la cámara para el proyecto de un grupo de ingenieros en el CDG que desarrollaron un sistema de detección que clasifica sonidos respiratorios y determina si son casos de Covid-19. El sistema logró identificar casos con la enfermedad con un porcentaje de efectividad mayor al 80%.

En el GDC de Intel se prueban más que algoritmos de IA

Además de trabajar en algoritmos de IA, el CDG también lleva a cabo la validación de algunos de los productos más importantes de Intel.

El GDC comenzó como una start-up mexicana y ahora representa uno de los centros de validación y diseño más importantes para Intel a nivel mundial. De hecho, es el sitio más grande de la compañía con actividades de validación fuera de Estados Unidos.

En 2001 el GDC desarrolló el primer chip para Intel llamado SOL y fue en el 2003 cuando se convirtió en centro de validación de nuevos procesadores para servidores de cómputo con 35 colaboradores, número que creció 10 veces para el 2008. Actualmente, el centro cuenta con con más de 1,800 empleados.

A su vez, en este lugar se realizaron las pruebas para el primer chip 5G de Intel, y también se validan los servidores que ayudarán a la supercomputadora Aurora a funcionar de manera eficiente, entre otros proyectos.

De acuerdo con la compañía, el GDC —al ser el único laboratorio de Intel en toda Latinoamérica que realiza labores de validación—tiene la capacidad de fortalecer la cadena de suministro de semiconductores y se ha posicionado como un referente para el desarrollo del talento mexicano.

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