• Intel trabaja en una supercomputadora que impulsará la investigación científica en prácticamente cualquier campo imaginable.
  • Llamada Aurora, esta supercomputadora podría usarse para descubrir el origen del universo, desarrollar tecnologías más limpias o encontrar tratamientos contra el cáncer.
  • Ingenieros mexicanos en el Centro de Diseño en Guadalajara de Intel ayudan a validar tecnología clave para el funcionamiento de la supercomputadora.
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El poder de procesamiento de la computadora llevó al Apollo 11 a la Luna es nada comparado con los telégonos que hoy llevamos en los bolsillos. Sin embargo, el procesamiento computacional del smartphone más potente es nimio comparado con el de una supercomputadora.

Los brincos tecnológicos que la humanidad ha dado para llegar a las supercomputadoras no ha sido fácil; pero estas podrían ayudarnos a desbloquear avances científicos inimaginables. Y, lo mejor de todo, es que ya son una realidad.

Intel, en asociación con el Departamento de Energía de Estados Unidos, el Laboratorio Nacional de Argonne y HPE desarrolla desde hace años la supercomputadora Aurora Exascale. Utilizando computación de alto rendimiento e inteligencia artificial (IA), Aurora impulsará la investigación científica en prácticamente cualquier campo imaginable.

La construcción de esta tecnología es una labor monumental y ha requerido el apoyo de miles de ingenieros de todo el mundo para hacerla realidad. Y el equipo de Raffael Mendez, Customer Engineering Manager en Intel, localizado en el Centro de Diseño en Guadalajara de Intel (GDC, por sus siglas en inglés), también juega un papel importante en su desarrollo.

¿Qué tan poderosa es una supercomputadora?

Una supercomputadora funciona técnicamente de la misma manera que una común y corriente, con la diferencia de que puede realizar millones de cálculos por segundo.

«Una supercomputadora se compone de muchísimos servidores o computadoras interconectadas funcionando como una sola para resolver problemas que requieren el procesamiento de datos masivos», comenta Mendez en entrevista con Business Insider México.

De acuerdo con Mendez, las computadoras personales tradicionales o para gaming ya son equipos poderosos; sin embargo, si un científico quisiera desarrollar la simulación del tratamiento para una enfermedad, por ejemplo, necesitaría de muchísimo más poder computacional para procesar datos masivos.

«En una computadora normal, procesar estos datos podría tomar años, pero con una supercomputadora, esto podría hacerse en segundos», agrega Mendez.

El valor con el que se mide el poder de rendimiento de una supercomputadora se conoce como exaFLOPS. Básicamente, con un exaFLOPS se pueden calcular al menos un trillón (1018) de operaciones de punto flotante por segundo.

Aurora será capaz de entregar más de 2 exaFLOPS de poder de cómputo; o sea, podría realizar 2 billones de billones de cálculos por segundo, en su punto más alto de actividad.

Una de las características distintivas de Aurora será su capacidad para integrar a la perfección herramientas científicas de análisis de datos, modelado y simulación e IA.

Con todas estas capacidades combinadas en una sola máquina, investigadores de todo el mundo podrían construir modelos infinitamente más precisos en una diversidad de dominios científicos; desde la ciencia del clima y los materiales, hasta el almacenamiento de energía y desarrollar una posible cura contra el cáncer.

Ingenieros de Intel en Guadalajara ayudan a validar tecnología clave para el funcionamiento de Aurora

El GDC de Intel es clave para el desarrollo y validación de tecnología diseñada por el gigante de la computación. Y el equipo de Raffael trabaja arduamente para probar y perfeccionar los servidores que utilizará la supercomputadora Aurora.

El sistema Aurora se basará en el procesador escalable Intel Xeon de próxima generación, arquitectura discreta Intel Xe, DAOS, memoria persistente Intel Optane de próxima generación, todo vinculado con el software oneAPI para ofrecer un rendimiento de exaescala.

Aurora equipará de 9,000 a 10,000 nodos interconectados con procesadores Intel, desarrollados para soportar tecnología de IA. El mantenimiento de los servidores que albergará toda esta tecnología será clave para el funcionamiento adecuado de la supercomputadora.

«Nuestra principal responsabilidad es que tenemos que aprender del proyecto desde que se está desarrollando y seguir todo su ciclo de vida. Esto para ayudar a los clientes cuando tengan preguntas técnicas. Incluso nos ha tocado dar entrenamientos y asistir a eventos de marketing», comenta Mendez.

En el GDC, el equipo de Raffael entra en acción validando los servidores que permitirán almacenar y procesar rápidamente todos los datos que se utilicen en la supercomputadora. Tan solo en 2022, su equipo viajó tres veces a Estados Unidos para realizar labores de apoyo en el proyecto.

«Los ingenieros que tenemos aquí en Intel Guadalajara se han encargado de validar que funcionen estos equipos; de diseñarlos e incluso de hacer pruebas y, cada vez que hay una mejora, publicar en internet un paquete de mejora con los clientes para que puedan actualizar sus servidores y tengan las últimas ventajas del mercado», enfatiza.

¿Para qué puede usarse una supercomputadora?

La supercomputadora Aurora abre el potencial de resolver miles de problemas en los campos de la neurociencia, la medicina, el modelado, la simulación aeroespacial e incluso la investigación de los orígenes del universo.

«Un cálculo sencillo sería, por ejemplo, una suma. Cualquiera lo puede hacer y ni se diga toda computadora. Pero si quieres hacer una predicción de cómo debería ser un tratamiento para el covid con información de miles de millones de personas; estos son muchísimos datos y variables. Todo esto, valiéndose incluso con IA, la supercomputadora con los procesadores de Intel se encarga de procesarlos de manera eficiente», explica Mendez.

Este ejemplo aplica también para el desarrollo de un posible tratamiento contra el cáncer. «Combinando IA con todo este poder de cómputo nos puede ayudar a predecir cómo responderían [las personas] a ciertos tratamientos para el cáncer. Se podría ver las reacciones o complicaciones de cierto medicamento, por ejemplo. Y todo estos en pocos segundos», agrega.

Otras aplicaciones de Aurora citadas por el experto incluyen investigar tecnologías bajas en carbono, estudiar partículas subatómicas, transporte, etc. «Realmente el uso de uno supercomputadora puede ser para cualquier cosa que se le ocurra a una persona. Además, la ventaja que tienen estos equipos es que pueden usarse no solo por gobiernos como el de Estados Unidos; también están disponibles para toda la comunidad científica», puntualiza.

La supercomputadora se encuentra a las afueras de Chicago y se espera que sea operacional para algún momento de 2023. A su vez, su desarrollo tendrá un costo esperado de 500 millones de dólares.

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