• Existe el temor de que el millón de musulmanes uigures encarcelados en la región se encuentren indefensos ante la infección.
  • Las autoridades de salud locales han reportado dos casos de infectados en la región, de acuerdo con Radio Free Asia (RFA) y el Wall Street Journal.
  • Las condiciones en los campos de prisioneros son graves, con poca salubridad e higiene. Existen al menos 465 desperdigados en la región.
  • El coronavirus, también llamado 2019-nCoV, ha matado ya a 26 personas e infectado a más de 870.
 

El coronavirus de Wuhan QUE ha matado por lo menos a 26 personas en China ha llegado a la región de Xinjiang este jueves.

A las 6:00 pm, hora local, las autoridades reportaron que un hombre de 47 años de nombre Li, y uno más de 52 años, llamado Gu, fueron infectados, de acuerdo con Radio Free Asia (RFA) citando a China Central Television (CCTV).

Las autoridades también dijeron que ambos hombres habían visitado Wuhan, en Hubei, donde el primer caso fue reportado el 10 de enero. El Wall Street Journal también reportó un brote en Xinjiang, citando a las autoridades de salud.

Este desarrollo es significativo. Si el virus llega a Xinjiang podría dejar a cerca de un millón de musulmanes uigures detenidos en estos lugares expuestos al contagio.

Los campos son sucios, tienen poca infraestructura y están repletos de prisioneros, de acuerdo con el testimonio de expresos. Esto los hace altamente vulnerables a sufrir enfermedades e infecciones.

Mapa que muestra los campos de prisioneros para musulmanes uigures en Xinjiang, China occidental, también conocido como Turkestán del Este. East Turkistan National Awakening Movement/Google Earth

Existen por lo menos 465 de estos campos de prisioneros desperdigados por la región, de acuerdo con investigaciones del grupo activista Movimiento del Despertar Nacional de Turkestán del Este.

Cubetas de plástico como inodoros y habitaciones tan pequeñas que las personas tienen que tomar turnos para dormir.

Omir, un exprisionero de un campo en Karamay, al norte de Xinjiang, le dijo a la BBC en 2018 que él compartía una habitación con 45 personas y que tenían que tomar turnos para dormir porque había muy poco espacio.

Sayragul Sauytbay, quien escapó de uno de estos campos en marzo de 2018, le dijo a Haaretz: “La comida era mala, no había suficientes horas para dormir y el higiene era atroz.”

“Había cerca de 20 personas en una habitación de 16 metros cuadrados”, añadió. “Cada habitación tenía una cubeta de plástico como inodoro, mismo que se vaciaba solo una vez al día.”

Un “desastre masivo” se avecina

Si el virus de Wuhan llega a los campos, tendrá “serias implicaciones” para los detenidos, dijo Dolkun Isa, presidente del Congreso Mundial Uyghur, a la RFA. También advirtió que “la vida de millones de personas está en riesgo.”

James Millward, profesor de historia china y de Asia Central en la Universidad de Georgetown, escribió en Twitter que “las incómodas condiciones, pobre higiene, frío y sistemas inmunológicos estresados” podrían resultar en “un desastre masivo.”

“Proteger en contra de las epidemias era uno de los primeros requisitos en el manual Zhu Hailun para construir los campos de prisioneros”, añadió, refiriéndose al manual oficial que se filtró el año pasado al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

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El virus, conocido como 2019-nCoV, es una nueva sepa de coronavirus— puede infectar la nariz, la garganta y los senos paranasales— que no se había presentado en humanos.

El lunes las autoridades dijeron que el virus puede contagiarse entre humanos, a pesar de que pensaban que sólo podía transmitirse de animales a personas.

Se cree que puedo haber empezado con murciélagos, que a su vez lo contagiaron a serpientes que después se lo pasaron a humanos, de acuerdo con científicos.

A pesar de ser grave, el coronavirus aún no es declarado una emergencia de salud pública, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

“No se equivoquen. Esto es una emergencia en China, pero aún no se ha convertido en una emergencia de salud mundial”, dijo el director general Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Traducido de Business Insider.