- William Karspeck es el alcalde de Berthoud, Colorado, una ciudad de unos 12,000 habitantes.
- Solo tiene un ingreso anual de 6,000 dólares como alcalde, por lo que estaba buscando otras fuentes de ingresos.
- Cuando llegó la pandemia, y con pocas opciones de comida a domicilio en la ciudad,tuvo una idea.
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William Karspeck de 35 años, es alcalde de Berthoud, un pueblo de Colorado de unos 12,000 habitantes y también es el único repartidor de una app de entrega que el mismo creó.
Por una tarifa de entrega de seis dólares, el alcalde entrega personalmente la comida de pequeños negocios de la ciudad.
En marzo de 2020, Karspeck creó su propia app de entrega llamada Berthoud Marketplace para ofrecer el servicio a domicilio a los locales cuando llegó la pandemia, debido a que muchos restaurantes familiares no podían permitirse el lujo de asociarse con aplicaciones que llegan a cobrar 30% de comisiones.
«No me he tomado un solo día libre desde que empecé», dijo Karspeck, que como alcalde gana 6,000 dólares al año.
Berthoud se encuentra a 50 minutos en automóvil al norte de Denver, que se ubicó entre las diez principales ciudades a las que acudió la gente durante la pandemia.
Como resultado, Karspeck ha experimentado un crecimiento demográfico rápido. En los últimos 10 años, la ciudad duplicó su tamaño, de 5,100 en la década de 2010 a más de 10,000 en 2020.
Cómo un alcalde se convirtió en el principal repartidor de la app de entrega de la ciudad
Cuando dejó su carrera anterior en recursos humanos y se convirtió en alcalde de Berthoud, donde nació y se crió, buscaba ingresos adicionales.
Sabía que había un mercado para la entrega de alimentos que las corporaciones nacionales no podían satisfacer, o simplemente no priorizaban.
Así que se encargó de investigar a los desarrolladores de aplicaciones, quienes lo ayudaron a crear una plataforma básica que permitía a los residentes enviar pedidos de alimentos de tres restaurantes y cafeterías locales que él incorporó. Desde entonces, ha conseguido que 10 negocios ingresen a la aplicación.
El alcalde le paga a una empresa de creación de apps una suscripción de 120 dólares por mes para mantener en funcionamiento la aplicación.
Además, no cobra una comisión a los restaurantes, pero cobra a los clientes una tarifa fija de entrega de 6 dólares y una tarifa de procesamiento del 8%.
«Me encantaría decir que ha sido un cuento de hadas desde entonces, pero al igual que cualquier pequeña empresa, hay un montón de contratiempos», dijo Karspeck.
Los desafíos al crear una app de entrega para la comunidad
La aplicación es básica y a menudo tiene fallas, por lo que si el pedido de un cliente no se procesa o hay un problema con él, Karspeck llama al restaurante él mismo para volver a realizar el pedido.
«Soy un terrible hombre de negocios», dijo Karspeck. «Es muy divertido, pero también da miedo y es un desafío. Para pagar una mejor aplicación significa un aumento significativo en la inversión, y eso no puedo pagarlo en este momento. Así que espero que algún día pueda actualizar pero en resumidas cuentas, funciona».
Karspeck ha realizado más de 2,500 entregas en la ciudad desde 2020 y ha contratado la ayuda de medio tiempo de otro propietario de un negocio local para realizar las entregas durante las horas particularmente ocupadas, como los viernes o sábados por la noche.
Pero, en su mayor parte, si alguien en la región quiere que le entreguen comida, es el propio alcalde quien la dirige.
Karspeck quiere escalar, pero sabe que no puede competir directamente con las grandes aplicaciones nacionales
El alcalde dijo que es consciente de que su experiencia limitada en negocios y tecnología significa que las empresas nacionales de entrega podrían vencerlo fácilmente si quisieran invertir en las ciudades rurales de Estados Unidos.
Pero ese tampoco es su objetivo principal; quiere que los lugareños sepan que tiene su bienestar en mente.
Recientemente, ha estado trabajando con una mujer que cultiva productos locales en las afueras de la ciudad para ayudar a entregar sus alimentos de cosecha propia.
«Lo que puedo hacer es tratar de mantener las cosas locales tanto como sea posible. La idea de que puedas cultivar algo en suelo nativo, sin tratar con productos químicos, y que te lo traigan increíblemente fresco por el precio al que podemos hacerlo. Eso me emociona», dijo.
«Hubo una cuestión de ego al principio porque nunca en mi vida pensé que estaría cargando una bolsa de entrega, pero es trabajo», agregó Karspeck.
«Aquí hay una comunidad».
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