• Los científicos utilizaron una técnica llamada optogenética para ayudar a un ciego a ver.
  • El tratamiento combinó la terapia genética con células sensibles a la luz y gafas especiales.
  • El primer uso exitoso del tratamiento permitió a un hombre percibir objetos borrosos con las gafas puestas.

Después de 13 años de trabajo, un equipo de científicos alcanzó un hito importante en el tratamiento de la ceguera hereditaria mediante terapia genética.

Los científicos utilizaron una técnica de vanguardia para construir proteínas que captan la luz en un solo globo ocular, lo que le permitió a un hombre de 58 años percibir algunos objetos usando gafas especiales. Podía ver contornos borrosos en un campo de visión estrecho, lo que califica como restauración parcial de la visión.

Los resultados—el primer uso exitoso de un nuevo tratamiento— se publicaron en Nature Medicine el lunes.

Aunque el equipo está muy lejos de restaurar la visión completa a las personas con ceguera hereditaria, este pequeño éxito es prometedor para tratamientos más efectivos en el futuro.

«Obviamente no es el final del camino, pero es un hito importante», dijo al New York Times José-Alain Sahel, un oftalmólogo que trabajó en el estudio.

El tratamiento combinó la terapia genética con gafas futuristas

El procedimiento se basa en una técnica de terapia genética llamada optogenética, que se utilizó anteriormente para explorar el funcionamiento interno del cerebro.

Los científicos han inyectado previamente a animales con virus programados para convertir células normales en fotorreceptores o células que responden a la luz.

El equipo de Sahel fue el primero en probar esta técnica como forma de curar la ceguera. Tenían que asegurarse de que llegara suficiente luz al ojo para activar esas proteínas optogenéticas, sin amplificar tanto la luz que dañaría la delicada retina.

Para lograrlo, optaron por trabajar con luz ámbar, que es relativamente agradable a la vista. Usaron la terapia genética para crear proteínas que solo captan ese tipo de luz, luego inventaron gafas que pueden traducir el mundo en pulsos de luz ámbar.

El procedimiento restauró la visión parcial de un participante

Con las gafas especiales puestas, un voluntario pudo ver las franjas de un paso de peatones, alcanzar un cuaderno que estaba sobre una mesa y contar la cantidad de tazas que tenía frente a él. Su percepción de los objetos era borrosa y limitada a un campo de visión estrecho.

El equipo también inyectó a varios otros voluntarios los virus portadores de genes con la intención de entrenarlos para usar las gafas, pero el proyecto se detuvo debido a la pandemia.

Después de que un voluntario probó las gafas por su cuenta durante siete meses, comenzó a ver resultados. Una vez que terminó el encierro en Francia, pudo ingresar al laboratorio, donde los científicos confirmaron que las gafas activaban la corteza visual de su cerebro.

El equipo planea traer a los otros voluntarios para entrenar pronto, dijo Sahel al Times. Por ahora, tienen la prueba de concepto de su lado.

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