• Amy Morin es psicoterapeuta, trabajadora social clínica licenciada, coach de salud mental y autora de bestsellers internacionales. Si estás luchando por encontrar la motivación para terminar un trabajo o un proyecto personal, Morin dice que hay varios trucos psicológicos que puedes usar para aumentar tu entusiasmo.
  • Morin recomienda usar la regla de los 10 minutos para darte un plazo para hacer algo rápidamente y desarrollar un régimen de hábitos para prepararte para el éxito si aspiras a alcanzar un objetivo a largo plazo.
  • También explica que imaginarse a sí mismo alcanzando la meta puede impedir que te mantengas incentivado. En cambio, Morin sugiere visualizar los pequeños y constantes avances que harás en el camino.

Es difícil hacer que tu cuerpo coopere cuando no tienes ganas de hacer algo. Ya sea que sigas posponiendo esa llamada telefónica que sabes que debes hacer o que estés luchando para obligarte a terminar un proyecto de mejoras en tu hogar. La falta de motivación puede ser un problema serio.

Afortunadamente, estos trucos psicológicos pueden hacer que tu mente y tu cuerpo cooperen para que puedas hacer esas temidas tareas.

1. Utiliza la ‘regla de los 10 minutos’

Cuando intentas convencerte de hacer algo que sabes que debes hacer, como limpiar la casa o enfrentarte a tu bandeja de entrada de correo, utiliza la regla de los 10 minutos. Di a ti mismo que solo tienes que hacerlo durante 10 minutos.

Una vez que llegues a la marca de los 10 minutos, date permiso para dejarlo. Hay elevadas posibilidades de que decidas seguir después de eso.

Empezar es normalmente la parte más difícil. Y una vez que pones las cosas en marcha, también es probable que logres seguir en acción.

2. Haz una lista de las razones por las que debes hacer algo

Tus emociones pueden convencerte de no hacer cosas que no quieres hacer. Crear una lista lógica de razones por las que deberías hacer algo puede ayudarte a ganar un poco de motivación extra.

Por ejemplo, es posible que quieras ir al gimnasio todos los días después del trabajo pero te encuentres pensando cosas como: «Estoy cansado. Debería irme a casa». Si este es el caso, haz una lista de razones por las que deberías hacer ejercicio.

Lee la lista antes de salir de la oficina. Recordando todas las razones lógicas por las que el ejercicio es bueno para ti, podrías convencerte de ir al gimnasio.

3. Prepárate para el éxito, es importante estar motivado

Si intentas establecer un hábito regular, como ir a correr a primera hora de la mañana, prepárate para el éxito.

Haz lo que puedas para hacer el buen hábito más fácil. Deja tus zapatillas al lado de la cama y ten tu ropa lista para salir. Coloca el despertador en la cafetera. Ve a dormir más temprano.

El objetivo es eliminar todos los obstáculos de tu camino. Esto dará carpetazo a todas esas excusas que intentas dar sobre por qué no puedes actuar.

4. Visualízate recorriendo los pasos

La gente a menudo se imagina a sí misma aplastando sus objetivos. Piensan que la imagen de sí mismos teniendo éxito los motivará a hacerlo bien.

Pero los estudios son claros: visualizándote a ti mismo cruzando la línea de meta o consiguiendo ese ascenso hace más daño que bien. Cuando te imaginas a ti mismo recibiendo una recompensa, tu cerebro reacciona como si realmente estuvieras logrando tu objetivo. Por lo tanto, tu motivación para trabajar duro para llegar a conseguirlo disminuye.

Es por eso que los tableros de visión tienden a fracasar en la motivación.

Así que en lugar de visualizarte cruzando la línea de meta, imagínate corriendo la carrera. Imagínate tolerando la angustia que se necesita para tener éxito y tendrás más probabilidades de alcanzar tu objetivo.

5. Establece plazos para «ahora»

Las investigaciones muestran que clasificamos nuestras tareas como cosas en las que tenemos que trabajar «ahora» o «más tarde». Cuando categorizamos algo con una fecha límite de «más tarde» es más probable que lo pospongamos. Y nuestro cerebro no siempre categoriza las cosas de una manera lógica.

Digamos que tienes que preparar un informe para el próximo miércoles. Y el miércoles cae en el último día del mes actual. Es probable que tu cerebro categorice esto como una fecha límite de «ahora».

Pero digamos que el miércoles cae en el primer día del mes siguiente. Es mucho más probable que vincule la fecha límite a una tarea que puedes guardar para «más tarde» simplemente porque cae en un nuevo mes.

Evita que tu cerebro te anime a aplazarlo creando pequeños objetivos que puedas empezar a abordar ahora. En lugar de decirte a ti mismo que tienes un informe de 10 páginas para el 1 de julio, comprométete a escribir una página cada día. O reserva 30 minutos cada día para trabajar en una tarea.

Pensando, «mi objetivo es escribir 3 páginas para el viernes», convertirás tu tarea en un plazo de «ahora». Tu cerebro estará más motivado para abordarla antes.

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