- Silicon Valley parecía ser el lugar correcto para revolucionar y cambiar a la humanidad, con una ambición clara de crear.
- Sin embargo ahora los líderes que salieron de aquel lugar han cambiado el rumbo hacia la riqueza y fama.
- El síndrome del complejo de Dios se presenta con la confianza excesiva, creer que es más inteligente que los demás y que no puede cometer un error.
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Silicon Valley parecía ser el lugar correcto para revolucionar y cambiar a la humanidad, con una ambición clara de crear; sin embargo, ahora los líderes que salieron de aquel lugar han cambiado el rumbo hacia la riqueza y fama.
Vivek Washwa, autor de «The Driver in Driveless Car», asegura que dentro de Silicon Valley se tiene la idea de estar creando el futuro, por lo que se consideran más inteligentes y que deberíamos confiar en sus decisiones.
«Ellos creen que pueden hacer lo que quieran, creen que deberían tener un trato especial. Pero no, cuando tienen una salida a bolsa, tienen una responsabilidad con el público, deben estar bajo las mismas reglas que otras compañías», dijo en una entrevista con Wall Street Journal.
«No es más que arrogancia pura», agregó Washwa. Y esta arrogancia, muchos analistas lo explican como el síndrome del complejo de Dios, donde la confianza excesiva, creer que es más inteligente que los demás y que no puede cometer un error son características.
¿Qué ocasiona el complejo de Dios?
El poder de hacer realidad todas las ideas que tuvieron, acceder a tanto dinero y tener un éxito exponencial puede conducir a este complejo de Dios.
Aunque el complejo no está dentro del Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, el primero que usó el término fue Ernest Jones en su obra «Essays un Applied Psycho Analysis», donde lo describe como alguien que se cree un dios.
De acuerdo con New York Post, este complejo se puede ver en ciertos millonarios como Jeff Bezos, Elon Musk o Travis Kalanick que piensan que son más inteligentes que los demás y fueron puestos ahí por una razón.
«Cuando un individuo está expuesto a un exceso de riqueza y poder durante un periodo prolongado, puede alterar toda su visión del mundo; creen que son especiales y mejores que los demás debido a su capacidad de amasar y acumular dinero», dijo la doctora Bethany Cook, a New York Post.
Adam Neumann y Uber podrían ser ejemplos claros del complejo de Dios
Otro gan ejemplo es Adam Neumann, fundador y ex CEO de WeWork, que en sus discursos aseguraba que quería elevar la conciencia del mundo un escritorio a la vez.
Además, sus extrabajadores mencionan que Neumann se tomaba fotografías como Jesús, con las palmas hacia arriba y en su reporte para salir a la Bolsa hablaba de «un nosotros más poderoso que cualquiera».
Ninguna industria había sido tan poderosa como la tecnológica
Washwa también sostiene que en la historia jamás se había tenido una industria tan poderosa como la tecnológica, donde pueden incluso hasta cambiar leyes a favor de sus productos, tal y como lo hizo Uber al entrar en cada mercado del mundo.
El analista asegura que estas enormes compañías como Facebook, Google y Amazon saben todo de las personas, desafiando su privacidad, al medio ambiente y las reglas de cada gobierno.
«Son dioses en su propio patio de recreo, con sus oficinas de última generación y autobuses privados», se lee en portal de la publicación del complejo de Dios.
Los grandes avances tecnológicos pueden llevar un mundo distópico
La doctora Andrea Blaylock-Johnson agrega que se le conoce como «complejo de Dios» porque creen en la idea de ser «el final de todo y no consideran cómo sus acciones pueden afectar a los demás».
Además, el sitio The Culture Crush asegura que la innovación de la tecnología no puede tratarse de solo buenas intenciones, también hay implicaciones sociales y ser responsable de ellas.
A lo anterior se suma, Washwa, para el analista el mundo que han creado estás empresas fuera de ser el mundo utópico que mencionaban, parece cada vez un futuro más oscuro, refiriéndose al escándalo de Cambridge Analytics y la filtración de documentos de Uber.
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