• La mayoría de las mujeres emprendedoras tiene de 18 a 34 años.
  • Hay 23.2 millones de mujeres dentro de la Población Económicamente Activa (PEA).
  • Estos son los desafíos a los que se enfrentan las emprendedoras.
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Las mujeres impulsan tres de cada 10 pequeñas y medianas empresas (pymes) en México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Esto significa que 36.6% de este tipo de proyectos los encabeza el género femenino.

«El 49% de las emprendedoras tiene entre 18 a 34 años, mientras que 41% restante se encuentra entre los 35 a 54 años», según un comunicado de Chubb Seguros México.

Los motivos de las mujeres que crean una o varias pymes van desde tener un negocio propio hasta contar con ingresos tras perder su anterior trabajo.

Ellas forman parte de la fuerza laboral del país. Según la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), publicada por el Inegi a finales de febrero, las mujeres representaron 23.2 millones de la Población Económicamente Activa (PEA).

En total, en México hay 58.8 millones de personas en este rubro, lo que representa 59.7% de la población de 15 años y más.

Desafíos de las mujeres en las pymes

Sin embargo, las mujeres emprendedoras se enfrentan a desafíos como la vulnerabilidad de las pymes ante las crisis económicas y otros rubros como el robo de mercancía y equipos, incendios, abuso de confianza, entre otros.

“Las pymes son un pilar para la economía de México, ya que son una increíble fuente de ingresos de miles de familias y mujeres emprendedoras; sabemos que tomar la decisión de invertir y dedicar trabajo y esfuerzo en un proyecto puede ser difícil, por lo que ir acompañada de la tranquilidad que brinda un seguro con un respaldo sólido siempre será una mejora. Estarás protegiendo tu inversión en caso de alguna eventualidad”, comentó Jesús García, director pyme P&C, de Chubb Seguros México.

Otros de los retos, especialmente para las interesadas en iniciar un negocio de esta índole, es el acceso a créditos, la digitalización de la banca y la inclusión financiera.

«Los programas de inclusión financiera no solo deben buscar resultados económicos, como un mayor rendimiento del negocio, sino que deben atender a factores sociales y de bienestar y empoderamiento subjetivo, como la autonomía, la autoconfianza y el liderazgo, y trasmitirlos a las niñas o incluso considerarlas en ellos», refiere María José Roa en el estudio «Normas sociales: la barrera invisible de la inclusión financiera de la mujer», publicado en el sitio web de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

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