- El metaverso será una de las creaciones tecnológicas más revolucionarias de la historia que afectará la vida de millones de personas en el mundo.
- Sin embargo, la llegada de este mundo virtual también supone diversos retos que, como usuarios, tenemos que tomar en cuenta.
- La privacidad, la ciberseguridad y la infraestructura serán algunos de los principales retos del metaverso en Latinoamérica.
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El metaverso será una de las creaciones tecnológicas más revolucionarias de la historia; una que impactará de manera considerable en nuestra relación con el internet al permitirnos llevar gran parte de nuestra vida cotidiana a un espacio virtual.
Sin embargo, más allá de las cuestiones técnicas para poder hacerlo realidad, la llegada de este mundo virtual también supone diversos retos que, como usuarios, tenemos que tomar en cuenta.
Durante una mesa realizada por C Minds y Meta Platforms, un grupo de expertos ahondó en los principales desafíos que el metaverso enfrentaría en Latinoamérica.
Mauricio París, socio director de la firma ECIJA en Costa Rica, enumeró cinco retos básicos:
- Las limitaciones del sistema legal actual para aportar soluciones de alcance global sobre el metaverso.
- Los retos en materia de propiedad intelectual, por el hecho de que el sistema actual que la protege se rige en concepciones territoriales y analógicas y el metaverso habla de una «hiperrealidad» que «borra fronteras».
- Los retos derivados del derecho de la competencia, que está pensado para un comercio o actividades comerciales de activos físicos y no digitales. «Será necesario ver como el metaverso, o los metaversos, tendrán que abordarse desde perspectivas como infraestructura esencial en donde vayan a coexistir distintas plataformas, aplicaciones, empresas sin mayores barreras de entrada», dice París.
- Los retos desde la perspectiva de la ciberseguridad y la protección de datos.
- La moderación del contenido y el control de actividades ilícitas. «Una cosa es el abordaje de la moderación de contenidos que podríamos llamar ‘estáticos’, como una foto o el comentario en una red social, y otra cosa es la moderación de contenido en tiempo real de millones de avatares, operados desde distintas partes del mundo y sujetos a diferentes regulaciones», agrega el experto. «Algo muy importante es plantear quién va a regular, pero otra discusión actual es: ¿quién va a regular al regulador?».
Estos son solo algunos de puntos a contemplar en cuestiones regulatorias cuando hablamos del metaverso, pero existen aún más por abordar.
La falta de infraestructura y la brecha digital serán retos relevantes para el metaverso en Latinoamérica
Uno de los principales retos que enfrentará el metaverso en la región de Latinoamérica tiene que ver con la falta de infraestructura necesaria para adoptar propiamente esta tecnología.
«La construcción de estos espacios virtuales presupone una expectativa de tráfico de datos sin precedentes. Algunas estimaciones hablan que el metaverso supone un crecimiento en el tráfico de datos de por lo menos 20 veces para los próximos 10 años», sostiene Paola Cicero, directora general de la Oficina del Comisionado Javier Juárez en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
De acuerdo con Cicero, construir la infraestructura necesaria para soportar un mundo digitalizado y mantenerlo actualizado a las últimas tecnologías resulta esencial para que cualquier empresa o país pueda mantener su competitividad en un mundo post covid.
Sin embargo, Cicero comenta que para explotar al máximo sus beneficios, primero deben hacerse dos cosas: invertir en desplegar la infraestructura adecuada para modernizar las redes actuales (pasar del cobre a la fibra óptica, por ejemplo) y continuar trabajando para abatir las distintas brechas digitales en la región.
«En México tenemos avances importantes; 67% de los hogares tiene acceso a banda ancha fija, y de esos más del 90% se consideran de banda ancha; desde la conectividad móvil, 83 de cada 100 personas tiene acceso a banda ancha móvil; los servicios de 4G cubren el país en poco más del 90%; e incluso ya tenemos en algunas zonas del país, y concretamente en la CDMX, servicios 5G», dice.
Cicero agrega que todo esto ayuda a generar un ecosistema que permita el desarrollo y aprovechamiento del metaverso; sin embargo, sigue sin ser suficiente.
«Tenemos todavía un 33% de hogares que carecen de una conexión fija o móvil, por lo que no podrían beneficiarse de cosas como los metaversos. Tenemos también un déficit de infraestructura, como torres y fibra óptica; por poner un ejemplo, para avanzar en las redes de quinta generación se va a requerir redensificar las redes con pequeñas celdas que implican más o menos hasta 10 veces más de la infraestructura que tenemos actualmente para 4G», explica.
Ciberseguridad, biométricos y otros datos personales
Por supuesto, uno de los temas que genera mayor preocupación sobre el metaverso es la ciberseguridad; específicamente ligada a la protección de datos personales de sus usuarios.
Ante ello Katitza Rodríguez, directora global de políticas de privacidad de EFF, sostiene que hay que pensar en distintos puntos para mitigar riesgos. Para empezar, hay que voltear a ver a lo que significa la tecnología detrás de los metaversos; así como poner atención a los dispositivos de realidad virtual (VR) o realidad aumentada (RA) que nos permitirán explorarlos.
Específicamente, Rodríguez dice que debemos enfocarnos en los siguientes puntos:
- El tipo de datos que recogen los sensores de los equipos de realidad virtual o aumentada y los riesgos presentes cuando estos sean sobre acciones de nuestro cuerpo
- Los riesgos de la creación de mapas en 3D de nuestro espacio privado y público
«Para hacer al metaverso real, inmerso e interesante, uno tiene que grabar y mapear tanto nuestro espacio privado como público en una dimensión en 3D. A su vez, para que estos sistemas se sientan más reales y crear inmersión y funcionen en tiempo real se tienen que grabar nuestras reacciones como personas; es decir, como nuestro cuerpo, nuestros ojos, nuestra voz va a reaccionar a ciertos estímulos cuando interactuamos con algo en el metaverso», explica.
El riesgo de digitalizar nuestra vida y espacio
Cuando se trata de la recolección de datos biométricos, Rodríguez explica que estos se pueden correlacionar para inferir emociones o actitudes mentales y médicas. Debido a ello, será importante entablar una conversación entorno a cuál sería el nivel de protección de los mismos.
«Al crear un clon de tu casa o de donde interactúas con el dispositivo, quienes recolectan los datos van a saber cómo estructuras tu casa. Si usas los lentes tiempo completo vana saber qué tanto tiempo pasas en tu sala, tu cuarto o la cocina; van a saber si tu casa está ordenada o desordenada y qué tan seguido la limpias. Van a poder inferir información que antes estaba limitado a tu espacio privado», dice.
Esto se traslada a la privacidad de las personas que se encuentren en la calle y que podrían ser grabadas sin su consentimiento con los dispositivos de RA que traigamos puestos. «Si estos lentes de RA van a llegar a reemplazar el teléfono, entonces estamos diciendo que todo el mundo los va a usar. Esto significa que puede afectar la privacidad de los espacios públicos», dice.
«Cada uno de estos retos tiene distintas soluciones. Algunas legislaciones ya se aplican; sin embargo, para otros habrá que pensar cómo resolverlos no solo desde el punto de vista legal, sino también desde el técnico», agrega.
Por su parte, Luiza Brandão, directora en el Institute of Research on Internet and Society, sostiene que existirán diversos metaversos que podrán intercomunicarse mediante la interoperabilidad. Con ello, también se tendrá que enfrentar el desarrollo de distintos protocolos y de estándares desde el punto de vista legal y técnico.
«No estamos exactamente frente a una tecnología súper nueva; sino con tecnologías que se han ido agrupando y que revelan algo todavía más grande y que, a su vez, revelan desafíos más grandes. En respuesta a estos grandes desafíos, tendremos que trabajar aún más en la interoperabilidad para desarrollar estándares y protocolos», explica.
¿Está Latinoamérica preparada para hacer frente a los retos de privacidad que derivan del metaverso?
Tanto con la RA como la VR surgen nuevos riesgos para la privacidad y la seguridad de los datos personales, debido a la enorme cantidad de los mismos que circularan.
«En el metaverso no solo va a existir una mayor cantidad de datos, sino que también existe la posibilidad de que las tecnologías utilizadas recaben datos cada vez más sensibles. Y es claro además que, en una economía de la atención como la que vivimos, todos estos datos probablemente van a ser monetizados de alguna forma», explica París.
«Estos dispositivos de realidad virtual y aumentada van a tener una altísima capacidad de captar información personal y biométrica; estamos hablando de algo sumamente invasivo y adherido al cuerpo con la capacidad de captar datos muy sensibles. Los datos que no capte, probablemente los podrá inferir: ya sean nuestros deseos, nuestro sexo, edad, etnia, peso corporal, hábitos de consumo, si estamos felices o tristes, a qué le tenemos miedo, preferencias sexuales, etc», enfatiza.
París agrega que todos estos datos también podrán usarse para identificar a los individuos detrás del avatar, entre otros usos.
Sobre qué tan lista se encuentra la región de Latinoamérica pare enfrentar los retos de privacidad y seguridad que implica el metaverso, París comenta que incluso documentos como el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea —el más completo en cuestión de protección de datos a nivel mundial— podría quedarse corto frente a lo que se requiere para proteger la privacidad de los usuarios en el mundo virtual. Esto solamente expone el enorme reto que una región como Latinoamérica tiene enfrente en cuanto a temas de privacidad.
El metaverso será exitoso si los usuarios consideran que su privacidad está garantizada
«Al día de hoy, aproximadamente 65% de la población mundial está cubierta por leyes de protección de datos; sin embargo, son leyes que no necesariamente son compatibles entre sí y que adicionalmente generan niveles de protección muy disímiles entre los ciudadanos de distintos países. Por ello, necesitamos reglas uniformes para abordar tecnologías globales», dice.
«El sistema de autogestión de la privacidad que tenemos actualmente en vigor —donde yo tengo un tablero de control donde decido qué se puede hacer con mis datos— se está quedando corto. Ante nuevas tecnologías vamos a requerir regulaciones más intensas que aborden los temas de fondo; es decir, ¿cuáles son los usos permitidos y los prohibidos de los datos personales?», explica.
París agrega que el éxito del metaverso dependerá en buena medida de la percepción que los usuarios tengan de sus tecnologías. A su vez, enfatiza que uno de los componentes que será determinante será si la gente considera que su privacidad está garantizada en este mundo virtual.
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