- La ciencia ha demostrado que, al igual que los humanos, los mamíferos tienen preferencia por usar una pata por encima de la otra.
- En el caso de los perros, las hembras son más propensas a usar la pata derecha, mientras que los machos se inclinan por la izquierda.
- Los estudios también descubrieron que hay una relación entre la preferencia de las patas y la actividad emocional en los perros.
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La mayoría de las personas usan una mano específica para relaizar la mayoría de las actividades. Para casi 90% de la población humana, esta es la mano derecha.
Entre 10% y 13% de los humanos son zurdos. Los hombres son tres veces más propensos a ser zurdos que las mujeres, aunque muy pocas personas son ambidiestras.
Anteriormente, se suponía que la “mano derecha” era exclusiva de los humanos. No obstante, los estudios en animales sugieren que la “mano derecha” puede ser una característica fundamental de todos los mamíferos. Lo que está menos claro es cómo se muestra en los animales y si es lo mismo que la mano humana.
Se ha desarrollado una amplia gama de pruebas en un esfuerzo por determinar si el perro doméstico muestra alguna evidencia de uso preferido de la pata. Las tareas incluyeron estabilizar un juguete, alcanzar un premio colocado dentro de un recipiente o quitar un objeto, como una manta o un trozo de cinta adhesiva, del cuerpo del animal.
Otros indicadores incluyen registrar el primer paso que se da para bajar las escaleras o la pata que se le da a una persona que lo solicita.
Los hallazgos de los estudios que utilizan estas tareas difieren hasta cierto punto. No obstante, un metanálisis reciente concluyó que, en general, es más probable que los perros prefieran las patas que los ambilaterales (lo que llamamos ambidiestros cuando hablamos de humanos), o que no muestren una pata favorita.
Sin embargo, a diferencia de los humanos, la preferencia de las patas parece estar dividida de manera más o menos uniforme. Por lo tanto, la destreza en los perros es específica del individuo, más que de la población.
Los estudios apuntan a diferencias en el uso de la pata entre tareas. Además, el uso de las extremidades depende de factores, como la complejidad de la tarea.
Por ejemplo, la tarea de “pelota Kong” de uso común —que requiere que el animal estabilice una pelota cónica— generalmente produce un número aproximadamente igual de respuestas ambidiestras, zurdas y derechas.
En contraste, la tarea de “dar una pata” —un ejercicio que implica un componente de entrenamiento y repetición— genera considerablemente más respuestas de preferencia de pata que ambidiestras.
Varios estudios apuntan a fuertes diferencias sexuales en la preferencia de las patas caninas. Las hembras son más propensas a tener la pata derecha, mientras que los machos son más propensos a tener la pata izquierda. Esta diferencia de sexo fue descubierta en otras especies no humanas, incluyendo el gato doméstico.
Todavía no está claro por qué los animales machos y hembras difieren en el uso de sus patas. Las explicaciones incluyen factores hormonales y diferencias en la anatomía del cerebro.
La preferencia por el uso de una pata tiene un vínculo emocional en los perros
Puede ser muy divertido tratar de averiguar si un perro es zurdo o diestro. Al mismo tiempo, establecer las preferencias de un animal también podría ser importante desde la perspectiva del bienestar animal.
Esto se debe a que las preferencias de las patas pueden darnos una idea de las emociones que siente un animal.
Al igual que en los humanos, el lado izquierdo del cerebro de un perro, que controla el lado derecho de su cuerpo, se ocupa más del procesamiento de las emociones positivas. En contraste, el lado derecho del cerebro de un perro, que controla el lado izquierdo del cuerpo, se enfoca más en las emociones negativas, como el miedo o la ansiedad.
Por lo tanto, evaluar qué pata está usando un perro puede darnos una idea de cómo se siente. Un perro que usa su pata izquierda para realizar una tarea podría experimentar más emociones negativas que el individuo que usa su pata derecha.
Recientemente, los estudios descubrieron una relación entre la preferencia de las patas y la reactividad emocional en los perros.
Nuestra investigación apunta que los perros con patas izquierdas son más “pesimistas” (en este caso, son más lentos para acercarse a un plato de comida vacío colocado en un lugar ambiguo en una tarea de sesgo cognitivo) que los animales con patas derechas o ambilaterales.
Mientras tanto, se ha demostrado que los perros con preferencias de patas más débiles reaccionan con más fuerza a los sonidos grabados de tormentas eléctricas y fuegos artificiales que los animales con preferencias de patas más fuertes.
También encontramos evidencia de un vínculo entre las preferencias de las patas caninas y la personalidad, con perros ambilaterales que obtienen una puntuación más alta en rasgos de agresión y miedo que los animales con fuertes preferencias de patas.
Esto puede tener implicaciones para el entrenamiento de animales. De hecho, existe cierta evidencia de que las pruebas de preferencia de patas pueden ser un predictor útil de qué perros se convertirán en guía exitosos.
La evaluación de las preferencias de las patas también puede servir para identificar a los vulnerables en situaciones estresantes. Se descubrió que los perros con patas izquierdas muestran mayores signos de estrés en las perreras de rescate que los animales con patas derechas.
En esta etapa, sería temerario confiar únicamente en las pruebas de preferencia de patas como medida del riesgo para el bienestar animal. No obstante, tiene el potencial de ser una herramienta útil, particularmente si se considera junto con otras pruebas de bienestar o si se emplea junto con otras medidas de asimetría. Por ejemplo, el movimiento de la cola, el comportamiento de olfateo y la dirección del cabello.
Los perros suelen mover la cola hacia la izquierda (lo que indica más emociones positivas) cuando ven a sus dueños. No obstante, la mueven hacia la derecha (lo que sugiere más emociones negativas) cuando ven a un perro dominante desconocido.
El trabajo adicional en esta área ayudará a desarrollar nuestra comprensión de la cognición canina. También permitirá cuidar y apreciar mejor al mejor amigo del hombre.
Este artículo se publicó originalmente en inglés.
*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.
*Deborah Wells es lectora y académica de la Escuela de Psicología del Queen’s University Belfast.
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