- La NASA planea usar su nave espacial Orion para llevar astronautas a la Luna.
- Pero primero, los ingenieros tienen que descubrir cómo hacer que el inodoro de la cápsula sea menos apestoso.
- Un modelo del inodoro se lanzó este jueves a la Estación Espacial Internacional, donde los astronautas lo probarán.
Este jueves la NASA envió un nuevo inodoro de 23 millones de dólares a la Estación Espacial Internacional (EEI).
Está pensado como una prueba: los astronautas de la EEI probarán el inodoro antes de que la NASA instale una versión mejorada en su nave espacial Orion, que está programada para llevar una tripulación a la Luna a partir de 2023.
El inodoro, denominado Universal Waste Management System (UWMS), está diseñado para que las mujeres lo utilicen más fácilmente que los inodoros espaciales anteriores. También está hecho de metales fuertes que pueden soportar una solución altamente ácida que la NASA usa para tratar la orina de los astronautas.
Pero Jason Hutt, el líder de ingeniería de la nave espacial Orion, dijo que todavía hay un problema con el UWMS: es demasiado apestoso.
«Si desea recrear ese olor a nave espacial usada, tome un par de pañales sucios, algunos envoltorios de comida para microondas, una bolsa para el mareo usada y algunas toallas sudorosas, colóquelas en un bote de basura de metal de la vieja escuela y déjelo hornear en el sol de verano durante 10 días», escribió Hutt en Twitter en agosto. «Entonces ábrelo y respira profundo».
La orina de los astronautas podría flotar en el espacio para siempre
En la estación espacial, el UWMS está programado para instalarse junto a uno de los baños actuales de la EEI. Aunque es un modelo de demostración, se espera que el inodoro permanezca en la estación y se use allí indefinidamente.
Debido a que no hay gravedad en el espacio para ayudar a eliminar los desechos hacia abajo, el UWMS utiliza ventiladores motorizados para succionar la orina y las heces de los astronautas. En Orion, el excremento permanecerá almacenado hasta que la nave regrese a la Tierra. Pero no habrá espacio para almacenar la orina, y la nave espacial no puede reciclarla en agua como lo hace la estación espacial; no hay suficiente espacio para un sistema de filtración.
Entonces, el plan es que los astronautas de Orión ventilen su orina en el espacio, donde podría flotar congelada para siempre (la temperatura es de -455 grados Fahrenheit).
La NASA ha expulsado la orina de los astronautas al espacio antes: el inodoro del transbordador espacial hizo lo mismo. Pero durante esos vuelos, la orina se congeló en el respiradero. Esta vez, los ingenieros están agregando calentadores al sistema para evitar el congelamiento inmediato.
Debido a que los requisitos de peso para cualquier lanzamiento desde la Tierra son extremadamente estrictos, todos los inodoros espaciales deben ser livianos. Pero confiar en motores pequeños para una succión potente los obliga a trabajar duro. Eso significa que son ruidosos. Debido a que Orion está hecho principalmente de aleación de aluminio, es «una gran lata de aluminio», dijo Hutt a Business Insider. El ruido de los ventiladores del inodoro, el chasquido de las válvulas y el ruido de la maquinaria resonará por toda la nave.
Pero hay una ventaja: el sonido fuerte le da al baño algo de privacidad, ya que el baño de Orion solo tiene una puerta delgada.
Los astronautas no pueden usar Febreze
Debido a que Orion tiene solo la longitud de una pequeña lancha motora y debe albergar a cuatro adultos que expulsan desechos durante casi un mes, su inodoro debe ser compacto y relativamente inodoro. La perspectiva de almacenar desechos humanos durante semanas a la vez también requiere que los ingenieros encuentren formas de controlar el hedor.
Los ingenieros han logrado los dos primeros elementos, pero están luchando con el tercero, según Hutt.
«El olor es realmente causado por los compuestos químicos liberados de los desechos humanos que se rompen a través del filtro que se supone que elimina esos compuestos», dijo.
Por supuesto, cualquier filtro que utilice la NASA también debe ser ligero y compacto. Si los olores escapan, los astronautas tienen muy pocas opciones para combatirlos.
«No puedes simplemente abrir una ventana cuando algo huele mal», dijo Hutt.
La NASA tampoco puede permitir desodorantes químicos, como Febreze, en las naves espaciales, ya que contaminarían el aire demasiado rápido y dañarían potencialmente a los astronautas que se encuentran dentro. Además, los botes presurizados no están permitidos dado el riesgo de que exploten.
«El vuelo espacial tiene su parte de baches y no queremos nada en la cabina que pueda convertirse en un peligro», dijo Hutt.
Entonces, su equipo ha estado probando muchas opciones potenciales de desodorantes. Las pruebas requieren narices humanas, por lo que la NASA tiene «oledores certificados» en su instalación de pruebas de White Sands en Nuevo México. Fieles a su título, a estos empleados se les paga por oler los inodoros después de haberlos utilizado para evaluar si las medidas de control de olores están funcionando.
Estos rastreadores son los «héroes olvidados del programa espacial», dijo Hutt.
Hasta ahora, el desodorizante más seguro con el que el equipo ha experimentado es el carbón activado, un carbón en polvo que absorbe los olores sin requerir electricidad ni productos químicos. La sustancia se puede colocar en un filtro en el sistema de ventilación del barco.
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