• Los luchadores de sumo consumen hasta 7,000 calorías al día y pesan hasta 180 kilogramos.
  • Sin embargo, no sufren ataques cardíacos, derrames cerebrales u otros problemas por obesidad.
  • Su secreto está en su nombre: luchador de sumo. El ejercicio intenso y regular previene la acumulación de grasa visceral, que causa enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Los luchadores de sumo consumen hasta 7,000 calorías al día y pesan de 140 a 180 kg. Esto es dos o tres veces más que un adulto promedio, lo que podría generar problemas de salud.

Si bien eso puede no parece saludable, no debemos juzgar un libro o un cuerpo por su portada. Si echa un vistazo más de cerca descubrirá que lo que realmente cuenta es lo que hay en el interior.

Normalmente, las personas con obesidad almacenan una parte de su grasa extra en lo profundo del abdomen, donde envuelve el páncreas, el hígado y otros órganos vitales. A esto lo llamamos grasa visceral. Contamina la sangre con moléculas que pueden causar inflamación, y es por eso que la obesidad puede provocar problemas de salud como presión arterial alta, diabetes tipo 2 y ataques cardíacos.

Pero los luchadores de sumo no suelen sufrir estos síntomas. Entonces, ¿cuál es su truco? Las tomografías computarizadas revelan que los luchadores de sumo no tienen mucha grasa visceral. En cambio, almacenan la mayor parte de su grasa justo debajo de la piel.

Por eso los científicos creen que los luchadores de sumo son saludables. Tienen niveles normales de triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre, y niveles inesperadamente bajos de colesterol, los cuales reducen el riesgo de cardiopatía, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Entonces, ¿cómo es que lo logran? El secreto está en su nombre: luchador de sumo. Los estudios demuestran que el ejercicio intenso puede prevenir la acumulación de grasa visceral.

La química del ejercicio mantiene la salud de los luchadores de sumo

Básicamente, tiene que ver cómo el ejercicio aumenta una hormona llamada adiponectina. La adiponectina guía las moléculas de glucosa y grasa fuera de nuestro torrente sanguíneo, donde podrían acumularse como grasa visceral. En su lugar las coloca debajo de la piel.

Eso sí, los luchadores de sumo hacen mucho ejercicio. En un establo de sumo, o bueno, en Japón, el entrenamiento comienza a las 5 a.m. y puede durar hasta cinco horas seguidas. No se parece en nada a lo que esperarías encontrar en tu clase de gimnasia.

Por ejemplo, durante un ejercicio llamado butsukari-geiko, los luchadores se turnan repetidamente para golpearse y empujarse unos a otros hasta que caen al suelo por agotamiento.

Y luego, por supuesto, está el combate, donde los luchadores intentan empujar a su oponente fuera del ring o forzarlo a tocar el suelo con cualquier parte del cuerpo que no sea la planta de sus pies.

Pero tan pronto como el ejercicio se detiene, también lo hacen sus beneficios. Cuando los luchadores de sumo se jubilan, tienen que reducir seriamente las calorías o corren el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

Eso podría explicar por qué, según los informes, los luchadores jubilados mueren aproximadamente 10 años más jóvenes que el ciudadano japonés promedio. Entonces, aunque la idea de comer 7,000 calorías al día puede ser atractiva, probablemente no debería. A menos que pases la mayor parte del día tratando de derribar a un hombre de 180 kilos.

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