- Alrededor de 100,000 civiles ucranianos, incluidos ancianos, se han movilizado para reforzar el ejército activo del país.
- Los niños también se han involucrado en la preparación de Ucrania para una posible invasión rusa.
- Rusia ha acumulado más de 150,000 soldados fuera de la frontera de Ucrania.
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A medida que se avecina la amenaza de guerra con Rusia, el ejército civil de Ucrania se agita.
Algunas de las poblaciones más vulnerables de Ucrania —los ancianos y los niños— se están uniendo a los civiles de mediana edad para tomar las armas en preparación para un posible conflicto con Rusia.
Según AFP, alrededor de 100,000 civiles se movilizan para reforzar el ejército activo de Ucrania.
Mientras tanto, Rusia acumula más de 150,000 soldados armados con tanques, aviones de combate y artillería. Los funcionarios estadounidenses afirman que el despliegue es una preparación para que las fuerzas rusas «arrasen» en la ciudad capital de Kiev, que alberga a tres millones de personas, según Associated Press.
“El enemigo está en nuestra frontera”, dijo Serhiy Kalinin, residente de Kiev, a la BBC en febrero. «Así que todos deben estar preparados».
Algunos de estos ancianos civiles comenzaron a trabajar como voluntarios en el ejército en 2014 cuando estalló el conflicto en Donbas, en el frente de batalla de Ucrania
Genya Savilov/Getty Images
El pensionista Dmytro Bellykov, de unos 60 años, es uno de estos soldados. Regresó al centro de reclutamiento en febrero para unirse a los preparativos para contrarrestar la inminente invasión de Rusia, según Reuters.
«Quiero asegurarme de que todos mis datos estén en orden, para que no se olviden de mí», dijo a la agencia de noticias. «Sé de armas, no soy un mal tirador, puedo reparar armas».
Estos batallones de voluntarios se formaron en 2014, cuando los separatistas prorrusos intentaron tomar el control de Donbas, una región en el este de Ucrania, según Spiegel.
El conflicto dejó 13,000 muertos, muchos de los cuales eran soldados que luchaban en las trincheras.
Más de 900,000 ancianos se ven afectados por el conflicto en las ciudades fronterizas de Ucrania, según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.
Uno de los grupos que capacitan a niños y ancianos es una unidad de voluntarios vinculada a un grupo de extrema derecha
Un video de AP muestra a civiles de todas las edades, incluidos niños de hasta cuatro años y adolescentes, mientras soldados de la Guardia Nacional de Ucrania les enseñan cómo insertar un cargador en un rifle.
Según Radio Free Europe, el grupo en el video tiene conexiones con el Batallón Azov de extrema derecha. Según los informes, el grupo ultranacionalista se suscribe a la ideología neonazi, según Al Jazeera.
El medio noticioso informó que personas como Liudmyla Smahlenko, de 65 años, se encuentran entre las «babushkas» o abuelas, capacitadas por el grupo.
«Ya somos un batallón babushka. En 2014, cavamos trincheras, establecimos bases de campo y, dado que donamos nuestras almohadas y mantas, platos, tazas, les traemos todo lo que podemos», dijo a Al Jazeera en febrero.
Según AFP, los soldados voluntarios entrenan con réplicas de fusiles Kalashnikov y granadas de humo.
Los adolescentes también han participado en la defensa de Ucrania
Uno de estos adolescentes es Mykhailo Anopa, de 15 años.
«Cuando nuestro padre, el pastor, dijo que podría haber bombardeos, que Putin podría atacar, empecé a tener pesadillas porque eso es lo que pensaba antes de dormir», dijo Anopa a la AFP en febrero.
Anopa le enseña a un grupo de unos 40 niños cómo cavar trincheras, informó el cable.
«Cavamos trincheras para ayudar a los soldados ucranianos. Ahora, los estamos reforzando. Esto se ha convertido en nuestra responsabilidad», agregó.
Según UNICEF, unos 430,000 niños han sufrido las consecuencias del conflicto en el frente de batalla de Ucrania
Los niños en zonas de conflicto a menudo crecen con traumas psicológicos y emocionales debido a la violencia que los rodea, según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
«Tuvimos que correr a casa como siempre lo hacemos cuando disparan», dijo Sergey, de 16 años, a Foreign Policy en febrero . «Me gusta jugar afuera, pero nunca sé si alguien me matará a tiros».
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