• Jonathan Bazán es el creador de BioMakers Industries, el emprendimiento con el que ha llegado a 5.5 millones de seguidores en TikTok.
  • La meta de este joven, que recientemente terminó su Maestría en Inteligencia Artificial, es poner en el mercado sus prótesis.
  • Mientras tanto se enfoca en la creación de contenido y en los cursos que surgieron gracias a la curiosidad de cientos de seguidores.

Este joven emprendedor de 27 años conjugó la tecnología con su gusto por los circuitos y ahora es un biomédico que realiza prótesis biomecánicas para mejorar la calidad de vida de personas.

Jonathan Bazán es el creador de BioMakers Industries, el emprendimiento con el que ha llegado a 5.5 millones de seguidores en TikTok, 146,000 en Instagram y 306,000 en Facebook.

La meta de este joven, que recientemente terminó su Maestría en Inteligencia Artificial en la Universidad de Valencia, España, es poner en el mercado sus prótesis y más personas tengan más acceso a esta tecnología.

Aunque la primera opción de estudio era ser físico-matemático, los circuitos y la curiosidad lo llevaron a la ingeniería biomédica, donde podía hacer que las cosas se movieran o crear robots.

El fracaso y el propósito de reivindicarse con Biomakers

El inicio de Bazán fue con un dispositivo que suprimía el dolor menstrual y se basaba en la estimulación nerviosa transcútanea, es decir, bloqueaba el sentir de los nervios.

A pesar de estar avanzados en su investigación con el estudio clínico y la realización del producto, la inversión se vino abajo, debido a que el inversionista, desafortunadamente, falleció.

«Con lo poco que nos quedó y con lo poco que teníamos desarrollado se replanteó la estrategia. Y al final un dispositivo médico requiere certificación ante Cofepris y licitaciones que son costosas, por lo que era crucial seguir con el proyecto biomédico«, dijo Bazán.

Los primeros 1,000 seguidores en Facebook

Tras ese primer fracaso, el joven —que usa post-its para sus pendientes— decidió continuar con el desarrollo de la tecnología, a través de proyectos con empresas y enfocados en una estrategia completamente diferente, enfocada en redes sociales.

«Siendo honestos yo no me veía cómo influencer, solo dijimos hay que publicarlo en redes e ‘igual y pega’. Mira que funcionó a la primer semana teníamos los primeros 1,000 en Youtube o Facebook, eran las redes que existían», comentó.

En las redes de Biomakers, Bazán comparte con sus seguidores cómo crea las prótesis en las que trabaja, los circuitos que realiza o simplemente cómo logra hacer que la máscara de un traje Spider-Man pueda parpadear.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, el biomédico influencer dice que en ese entonces ya se había quedado solo, el equipo que lo acompañó en el primer dispositivo ya se había desintegrado y solo quedaba él.

«Me gusta mencionar estos puntos claves para que los chicos o las personas sepan que en ocasiones te vas a quedar tal vez solo o el proyecto se termina y se cierra. Pero no acaba la vida es el momento para reivindicarse», dijo.

Las redes sociales le ayudaron a demostrar que la robótica no es aburrida

Aunque no se considera el alma de la fiesta, sus redes sociales le dan la oportunidad de poder mostrar el lado «divertido de la robótica».

Las redes sociales le han permitido a Bazán tener contacto con instituciones privadas y de gobiernos que piden su colaboración en los proyectos.

Además ha tenido el acercamiento de jóvenes entusiastas que desean aprender todo lo que publica Bazán y dieron lugar a BioMakers University.

En cientos de comentarios, usuarios siempre cuestionan a Bazán sobre qué estudio, dónde y cómo pueden llegar a crear lo que él hace.

Así, el emprendedor vio una oportunidad para dar cursos.

Actualmente, el emprendedor da cursos de: visión artificial por computadora para vehículos autónomos, inteligencia artificial en prótesis biomédicas y circuitos profesionales.

Y hasta ahora tiene 200 a 300 alumnos activos, a quienes personalmente les da algunas clases.

«Esto surge de la demanda de las personas que me decían que querían aprender y fundamos esta especie de universidad digital, que es un sistema complejo y enorme. Y este es uno de los pilares para Biomakers», aclaró Bazán.

Otros de sus ingresos se sostienen con los proyectos empresariales y kits que lanzan con la propia marca.

Un futuro de biomakers y para las personas con prótesis

Por otro lado, Bazán se encuentra en proceso de los estudios clínicos para obtener las regulaciones ante Cofepris y tener el registro sanitario necesario para comenzar a comercializar.

Sin embargo, hasta ahora el emprendedor ha creado de manera filantrópica 5 prótesis y se prepara para lanzar una que se maneja con biosensores.

«Nos basamos completamente en escuchar a nuestros pacientes, porque ellos nos dan toda la retroalimentación, qué sienten, qué puede cambiar o mejorar. Hemos aprendido mucho ha escuchar al paciente», dijo.

Además, sus pacientes siempre piden que los mecanismos de sus prótesis sean sencillos y funcionales, haciendo que el costo baje para que puedan ser accesible.

«Nosotros buscamos que sean estéticas, que sean bonitas y que todo lo que hacemos trate de ser estético para generar un impacto», concluyó.

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