• El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios podrían facilitar recursos federales a través del cambio de comportamiento de ciertos patrones de consumo, según un investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
  • Aunque los recursos del IEPS no aumentan sustancialmente la recaudación y se crearon para cambiar patrones de consumo, es un buen punto de inicio que se debe incluir en una reforma fiscal.
  • Los impuestos a productos como a la comida chatarra y al transporte público deben venir acompañados de políticas públicas para ofrecer servicios accesibles a la mayoría de los consumidores.

El aumento a ciertos impuestos especiales a productos que tienen un efecto nocivo para la salud, como al tabaco, o al ambiente —gasolina— podría ayudar a las finanzas públicas. Así lo comentó en entrevista Adrián García, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

«El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), como su nombre lo dice lo que buscan es cambiar patrones de consumo y no precisamente para recaudar impuestos», señaló el investigador.

«Pero los recursos son bienvenidos porque los impuestos en México son bastantes limitados. Sin embargo todos los IEPS, no solamente para la salud, como en el caso del tabaco, pero también aquellos para proteger el ambiénte como las gasolinas o pesticidas, tienen consecuencias negativas», añadió.

De estos patrones de consumo negativo, podrían generarse recursos de fuentes progresivas —que cobren a los que más tienen— como es el caso del tabaco. En este producto, se podrían generar casi 17,000 millones de pesos para el presupuesto de los estados.

Este presupuesto para los estados, llamado gasto federalizado, tiene proyectado caer 5.8% en términos reales en 2021, con respecto a lo aprobado en 2020.

El IEPS a productos como el tabaco o el alcohol, tiene un efecto progresivo, debido a que motiva a las personas a tomar decisiones de consumo más saludables, y omitir la compra de productos que adquieren por su precio restrictivo al subir el gravamen.

En el caso del tabaco, el CIEP calcula que se podría subir el precio del tabaco en 43% y que el gobierno obtenga recursos por la venta de este producto; además de que menos personas, solo con el poder adquisitivo suficiente, puedan adquirirlo. Esto alejaría a la mayoría de la población de un problema de salud pública.

Aunque un impuesto no resolvería todos los problemas

García indicó que en el caso de otros productos como la comida chatarra, el IEPS tiene que venir acompañado de políticas públicas que permitan el acceso a alimentos saludables.

De lo contrario, se pone al ciudadano en una posición difícil, sin las opciones en el mercado para cambiar su patrón de consumo.

«El IEPS por sí solo en algunos casos no resuelve todo el problema social. Las personas tienen que tener acceso para compar alimentos saludables a un bajo costo», añadió.

En el caso de las gasolinas, advirtió que además del IEPS para desincentivar el uso del automóvil, esta acción debe venir acompañado de políticas públicas que permitan el acceso a transporte público.

«Si una persona no tiene como moverse, el consumidor al final tendrá que usar la gasolina si o si», añadió.

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