- El metano es un gran problema en la industria agrícola debido a la creciente demanda de proteínas animales.
- El almacenamiento de estiércol y la digestión del ganado producen más metano que la industria estadounidense del petróleo y el gas.
- Varios suplementos alimenticios esperan reducir significativamente la producción de metano del ganado.
Uno de los mayores problemas de sostenibilidad de la agricultura es relativamente invisible e inodoro, pero tiene un efecto aún mayor en el clima que el dióxido de carbono: el gas metano.
Según la Organización de las Naciones Unidas, el gas metano tiene un poder de calentamiento 80 veces superior al del dióxido de carbono en un periodo de 20 años. Se encuentra en el gas natural utilizado en las cocinas y en la calefacción de las casas; también en la vegetación en descomposición y en los gases de escape de los volcanes. Pero las principales fuentes de origen humano son la industria del petróleo y el gas, los vertederos y el ganado.
Los esfuerzos para reducir el metano se consideran una solución crucial para la crisis climática porque tarda solo una década en descomponerse; comparado con los cientos o miles de años que el dióxido de carbono puede permanecer en la atmósfera. Los expertos en clima afirman que un aumento de las temperaturas globales de incluso medio grado centígrado provoca graves efectos.
«La manera más rápida de mitigar parte del cambio climático que ya estamos viendo a corto plazo es reduciendo el metano», dijo a CNN Charles Koven, uno de los autores del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicado en verano. «Si redujéramos las emisiones de metano, actuaría para compensar una de estas fuentes de calentamiento».
En 2019, 32% del gas metano de origen humano en Estados Unidos fue por la combinación de la actividad de digestión del ganado doméstico —conocida como metano entérico— con el almacenamiento de estiércol. Más que la cantidad procedente de los productores de combustibles fósiles.
Estas son las medidas que algunas empresas ya están tomando para reducir el metano producido por la agricultura
Las empresas y los gobiernos están invirtiendo en programas de reducción del metano en la industria agrícola. Esto como parte de las estrategias de sostenibilidad y los objetivos de reducción de las emisiones de carbono.
El gobernador de California, Gavin Newsom, incluyó 60 millones de dólares para programas de reducción de metano en los productos lácteos en su presupuesto revisado para el Departamento de Alimentación y Agricultura del estado.
El mes pasado, la empresa química holandesa Royal DSM obtuvo la aprobación reglamentaria para comercializar un aditivo para piensos que puede reducir las emisiones de metano hasta en un 90% en el ganado vacuno.
Una empresa conjunta dirigida por la agencia nacional de investigación de Australia está comercializando un suplemento para alimento que contiene algas marinas. Y que reduce las emisiones de metano entérico hasta en un 80%.
La empresa británica-suiza de tecnología agrícola Mootral también ha producido un suplemento reductor de metano basado en extractos de ajo y cítricos. Se calcula que las vacas alimentadas con su suplemento producen una tonelada menos de dióxido de carbono por vaca al año; una reducción que Mootral convirtió en créditos de carbono que otras empresas pueden comprar para compensar sus emisiones.
¿Qué se puede hacer en cuanto a infraestructura?
En cuanto a las infraestructuras, un informe de la fundación sin fines de lucro Farm Journal Foundation concluyó que la instalación de digestores de metano en explotaciones ganaderas grandes y medianas podría convertir el metano emitido por el estiércol en gas natural.
Esto proporcionaría una fuente adicional de electricidad para hasta 10% de los hogares estadounidenses. Pero el informe subraya la necesidad de más incentivos gubernamentales y recursos de investigación para hacer realidad este cambio.
Las emisiones de metano son un problema de la agricultura mundial. La cuestión de cómo reducirlas será una parte importante de cómo muchas empresas siguen diseñando y aplicando sus estrategias de sostenibilidad.
Pero requiere un nivel de acción e inversión generalizado que va mucho más allá de comer menos hamburguesas.
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