- El maquillaje debe escogerse dependiendo de la edad de la persona y su tipo de piel.
- Al ser productos que se colocan en zonas sensibles de la cara, es importante estar al tanto de sus ingredientes.
- Se recomienda que las personas comiencen a maquillarse hasta los 15 o 16 años.
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El maquillaje fue uno de los regalos estrella en la pasada Navidad, y probablemente lo volverá a ser este 14 de febrero, Día de San Valentín.
Sin embargo, aunque conozcamos los gustos y necesidades de la persona a la que vamos a dar un regalo, hay que tener cuidado. Elegir los productos adecuados para cada edad y tipo de piel es esencial si queremos mantener una piel sana.
Tanto el maquillaje como el resto de los productos de cosmética decorativa —labiales, delineador, sombras de ojos, polvos faciales, rubor, rímel, etc.— contienen fórmulas complejas que podemos encontrar en diferentes formatos y texturas.
Hay líquidos, semisólidos y sólidos (normalmente en forma de polvos) y se deben seleccionar teniendo en cuenta la edad, el tipo de piel, el fototipo, la sensibilidad, la elasticidad, el grado de hidratación, la posibilidad de sufrir alergias y otros parámetros.
Por ejemplo, los polvos pueden deshidratar la piel fácilmente, por lo que las personas con piel seca deben inclinarse por otro tipo de presentación.
Puertas de entrada al organismo
Un aspecto en el que hay que prestar atención es que estos productos se aplican frecuentemente en zonas sensibles: alrededor de los ojos, donde la piel es más fina; y sobre los labios y mucosas, que carecen de un estrato córneo que dificulte la penetración.
Además, el potencial de ingerir un labial es más grande, ya que con la saliva y la lengua se puede arrastrar al interior de la boca fácilmente.
Otra zona crítica es alrededor de la nariz, donde los productos en polvo o en spray —como el rubor, los brillos e iluminadores— pueden ser inhalados, penetrando en el organismo con gran facilidad.
Tomando en cuenta lo anterior, la seguridad de los ingrediente utilizados en las fórmulas es extremadamente importante.
Metales pesados, nanomateriales y otras sustancias dañinas
Los productos de maquillaje pueden incluir sustancias nocivas como metales pesados. A pesar de su conocida toxicidad, algunos de estos compuestos aparecen en algunas fórmulas como impurezas o trazas, por lo que no se incluyen en la lista de ingredientes.
Así, se han detectado artículos que incluían arsénico, cadmio, cromo, cobalto, plomo, mercurio y níquel. Hay cierta alarma con determinados compuestos, como el plomo en algunos brillos labiales o la elevada concentración de níquel, cromo y cobalto identificada en ciertas sombras de ojos, algunas de ellas importadas de China.
Los metales pesados incluso aparecen en los juguetes de maquillaje para niños. Aquí existe el agravante de que la piel infantil es más fina y todavía está en desarrollo. Por lo tanto, resulta más vulnerable al paso de sustancias y a la reacción frente a las mismas.
Otro motivo de preocupación es la presencia de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS). Estas aumentan la durabilidad, mejoran la extensión de una emulsión y tienen la capacidad de formar una película.
Se ha observado que la exposición reiterada a estos agentes químicos es perjudicial para la salud humana. Un estudio reciente ha revelado que los mayores niveles de PFAS se detectan en maquillajes resistentes al agua, el aceite o la ropa y en productos de larga duración.
Los nanomateriales también han colonizado el glamuroso mundo del maquillaje, ya que mejoran la textura y la experiencia sensorial. Aunque su seguridad sigue en proceso de estudio, hoy sabemos que se quedan en la epidermis, sin llegar a penetrar al organismo.
Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando estas partículas diminutas son inhaladas. Entonces pueden producir problemas a nivel pulmonar. El peligro radica en aquellos productos en polvo o en spray que se aplican cerca de la zona nasal.
¿A qué edad es recomendable empezar a maquillarse?
Esta respuesta depende de la madurez de la persona y de los conocimientos que adquiera sobre estos productos. En general, no se recomienda que sea antes de los 15 o 16 años. A esa edad no se tiene conocimientos sobre los ingredientes, el modo de uso de los diferentes artículos o la limpieza de la piel al desmaquillarse.
La persona también debe tener hábitos de higiene, como lavarse las manos antes y después de maquillarse, lavar correctamente las brochas y otros aplicadores y no compartir los productos. Además, debe estar atento a la aparición de posibles problemas en la piel.
Los adolescentes y los jóvenes que comienzan a maquillarse deben adquirir artículos específicos para su piel, que suele ser más grasa. Utilizar productos inadecuados puede producir o exacerbar cuadros de acné u otras disfunciones.
En general, ellos deben inclinarse por opciones sencillas, hipoalergénicas, libres de aceites y sin aromas para evitar la irritación cutánea.
También es ideal escoger artículos que no prometen ser de larga duración o resistentes al agua, al igual que evitar una aplicación continúa.
Y no olvides utilizar siempre productos específicos si tienes piel sensible, ya que esta tiene un mayor riesgo de sufrir reacciones al maquillaje que no está formulado adecuadamente.
Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.
*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.
*Estefania Hurtado Gómez es profesora del Master en Dermofarmacia en la Universidad Miguel Hernández. Isabel González-Álvarez es profesora titular grado en farmacia del Area de Farmacia y Tecnología Farmacéutica del Departamento Ingeniería de la Universidad Miguel Hernández. Marta González Álvarez es directora del Master en Dermofarmacia y Cosmética UMH de la Universidad Miguel Hernández.
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