- La historia de Pinocho muestra la tensión entre la idealización y la realidad, algo que ocurre con frecuencia en las empresas familiares.
- La nueva película de Guillermo del Toro tiene lecciones importantes para los fundadores de empresas familiares.
- Guillermo Monroy, experto en herencias y legados explica que el cambio es inevitable y por qué la idealización es peligrosa.
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Guillermo del Toro es un maestro para darle una profundidad especial a las historias, y el caso de “Pinocho” tiene una muy interesante. Se trata de la tensión entre la idealización y la realidad; el hijo perfecto contra una marioneta hecha de madera apresurada, adolorida y rústicamente.
Esta tensión tiene distintas caras visibles y una de ellas es en las empresas familiares.
La estadística muestra que 80% sigue sin sobrevivir la tercera generación. Ello se debe a que, tanto la empresa como las familias, inician con una visión compartida; la tentación es actuar por idealización, desconociendo la realidad.
¿Qué enseña la historia de Pinocho a los fundadores de empresas familiares?
1. La idealización es peligrosa
Es una obviedad, pero he visto a decenas de familias poner en peligro su legado por la idealización de lo que “debería ser”. Con eso minimizan los potenciales conflictos, producto de resentimiento, ira, dudas o preocupaciones.
Quizá uno de los casos más públicos fue el de la familia Garza Sada. Cuando Roberto Garza Delgado asumió su cargo de albacea, la familia consideró que hubo un abuso para favorecerse. Esto derivó en demandas civiles, peticiones de órdenes de restricción, altercados y denuncias penales ante el ministerio público.
2. El cambio es inevitable
El aprendizaje de nuestros seres queridos es inevitable y deseable; no siempre será de la mejor forma ni en las mejores circunstancias. Eso no debe llevar a castigos o chantajes; se deben evitar acciones como otorgar un cargo para el que no están preparados, y con ello demostrarles que todavía necesitan aprender, o tomar decisiones que los excluyen sin darles una explicaciones.
Necesitamos valorar su camino y las personas en quienes se convierten.
3. Hay historias más grandes que nosotros
Al igual que el grillo escritor que se queda con Pinocho por considerarlo su casa —cuidarlo era también cuidar su patrimonio—, las empresas familiares nos ofrecen la posibilidad de desarrollar historias más allá de nosotros mismos. Esto también es crear un legado; una historia que nos conecta con las siguientes generaciones, que asombra y conmueve.
Aprovechemos que el cierre de año siempre viene acompañado de planes y estrategias. Recordemos que las empresas y nuestra propia familia responden al cuidado, responsabilidad y el deseo de un mejor futuro.
Necesitamos actuar con pasión y estrategia para que nuestro legado persista en el tiempo.
*Guillermo Monroy es experto en herencias y legados, CEO de Horizonte y fundador de Mento. Además, es autor del libro “Cómo hacer que su herencia trascienda”.
Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.
