Llegó ese temido día tan temido. Tu jefe te llama por privado y te comunica una decisión grande. Estás despedido. Muchas cosas pasan en tu cabeza al momento de afrontar el despido: ¿hice algo mal? ¿Cómo voy a pagar mis cosas? ¿Cuánto me costará encontrar un nuevo trabajo? ¿Es mi culpa?

Estas emociones pueden nublar el juicio al momento por lo que es muy importante que guardes la calma ya que necesitarás la cabeza fría para continuar con los procesos necesarios para cerrar un ciclo y comenzar uno nuevo. 

Lo primero es finalizar la relación laboral tras el despido.

¿Despido justificado o injustificado?

Este detalle es de suma importancia, ya que de esto depende si tendrás un finiquito o una liquidación. También si necesitarás asesoría legal para afrontar el despido.  

El despido justificado cuando el trabajador incurre en alguna de las causales que señala el artículo 47 de la Ley Federal del Trabajo (LFT) como:

  • Engaño: utiliza certificados falsos o referencias que atribuyan capacidades que no posee.
  • Faltas de probidad u honradez: comete actos de violencia, deshonestidad o falta de ética.
  • Acoso laboral: hostiga o acosa sexualmente a cualquier persona en el lugar de trabajo.
  • Daños materiales: provoca perjuicios a edificios o maquinarias relacionadas con el trabajo de forma intencional o negligente.
  • Insubordinación: desobedece al patrón sin causa justificada.
  • Estado de embriaguez o drogas: se presenta en el trabajo bajo la influencia de alcohol o narcóticos.
  • Faltas de asistencia injustificadas: acumula más de tres faltas en un período de treinta días sin permiso.
  • Revelación de secretos: expone información confidencial de la empresa en perjuicio de la misma.
  • Compromete la seguridad: pone en riesgo la seguridad del establecimiento o de las personas debido a imprudencia o negligencia.
  • Sentencia penal: es condenado a prisión, lo que imposibilita cumplir la relación laboral.

El despido injustificado por su parte es la terminación unilateral de la relación de trabajo por parte del patrón, sin motivo alguno que lo justifique.

¿A qué tengo derecho luego de un despido?

Si es un despido justificado, el patrón otorga un finiquito al trabajador. Usualmente este se entrega en un cheque e incluye el pago por los días trabajados después del pago que antecede al término del contrato laboral, así como la parte proporcional de las prestaciones de ley generadas como el aguinaldo y la prima vacacional.

En caso de despido injustificado, el trabajador tiene derecho a:

  • Tres meses de salario
  • Prima de antigüedad
  • Partes proporcionales de aguinaldo, vacaciones, prima vacacional y prestaciones vigentes

También existe la opción de demandar para ser reinstalado en el puesto bajo los mismos términos y condiciones en las que lo desempeñabas y el pago de las prestaciones de los días no laborados. La Procuraduría de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) se encarga de asesorar legalmente y de manera gratuita en estos casos.

Terminé el ciclo del despido… y ¿luego?

El terminar una relación laboral, particularmente la primera, hace que atravieses un duelo. Lo primero y más importante es separar tu identidad del trabajo y recordar tus fortalezas, pues no eres tu empleo.

Organiza tu tiempo para dar espacio a tu salud mental, preparar tu currículum, aprender nuevas habilidades y tener claridad sobre el próximo rol que quieres intentar. Esta fue tu primera chamba y lo más importante es que ya sabes que el aprendizaje nunca termina.


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