• Los estados que califica Moody's, aumentaron en promedio 15% su gasto no asignado en el sector salud.
  • Entidades como Tlaxcala y Nuevo León duplicaron su gasto en este rubro con respecto al año pasado.
  • Aunque se espera que el gasto en salud sea menor en 2021, la nueva ola de Covid-19 podría repuntar el gasto como en 2020.

Los gobiernos de distintos estados sienten la presión en sus finanzas públicas por la crisis sanitaria del Covid-19. Aunque el gobierno federal aumentó su gasto en salud, no proporcionó más recursos para los sistemas de atención estatales y, con la tercera ola de Covid-19 ocasionada por la variante Delta, el gasto en salud podría remontar, advirtió la agencia de calificación crediticia Moody’s.

El gasto público en salud aumentó significativamente en varios estados por la respuesta ante el Covid-19; no obstante, sus ingresos se han estancado y, en algunos casos, han disminuido, indicó la calificadora.

El gasto con recursos no asignados aumentó 15% en 2020 en las entidades que califica Moody’s: Tlaxcala, Nuevo León, Tabasco; Yucatán, Puebla, Querétaro, Sonora; Chiapas, Tamaulipas, Jalisco, Hidalgo, Sinaloa, Nayarit; Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Oaxaca y Veracruz. Este es un porcentaje superior al repunte de 3% promedio registrado en todo el demás presupuesto.

En estados como Tlaxcala y Nuevo León, el presupuesto no asignado para salud se duplicó en 2020, con respecto al año anterior, muy por encima del promedio de 15%. El problema es que estas entidades «no recibieron transferencias extraordinarias significativas para cubrir los gastos relaciones a la pandemia de 2020», advirtió Moody’s.

Gobierno apuntala solamente el presupuesto de la SSA

El gobierno federal aumentó el gasto en salud 26%, pero lo hizo directamente al presupuesto de la Secretaría de Salud. Los gobiernos estatales tuvieron que responder con sus propios recursos para atender a las personas que dependen de los servicios de salud locales. Algunas entidades lograron reducir este gasto en salud, como es el caso de Veracruz y Oaxaca.

«Incrementos en el gasto en salud estuvieron dirigidos a un rango de necesidades que iban desde la compra de equipo de protección personal y materiales de sanitización contra el Covid-19, hasta equipo médico, incluyendo ventiladores. El incremento en gasto no asignado subraya el impacto crediticio de la pandemia, que consideramos un riesgo social», explicó Moody’s.

Uno de los problemas generados es que, los estados, al depender de las transferencias federales que cubren la mayor parte del presupuesto, tuvieron que utilizar recursos de otros rubros de gasto para salir adelante con la pandemia durante 2020. Aunque se espera que este gasto disminuya en 2021 por la caída de casos «olas adicionales de contagios podrían generar un repunte en gasto de salud pública similar a 2020».

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