• El crimen organizado en México han sabido adaptarse a la realidad del Covid-19.
  • A pesar de que sus operaciones fueron interrumpidas por el cierre comercial que los dejó sin precursores químicos, han sabido expandir sus operaciones.
  • Los homicidios repuntaron después del confinamiento y se espera que la violencia sea comparable con la de los últimos años.

El crimen organizado en México no tuvo que esperar a la vacuna para adaptarse al Covid-19. Aprovechó la pandemia para expandir sus negocios en medio del confinamiento, advirtió el Grupo Internacional de Crisis (ICG, por sus siglas en inglés). Esta es una organización independiente que se dedica a la prevención de conflictos armados.

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) fue señalado como una de las organizaciones criminales que mantuvo su actividad intacta durante la pandemia. Expandió su territorio para la venta de drogas y el cobro de piso, indicó el ICG, organización que nació en respuesta a conflictos armados en Somalia, Rwanda y Bosnia.

«Después de meses en confinamiento, con la transmisión de la enfermedad sin poder controlarse y con el riesgo de un nuevo repunte, se manifestó la amenaza del crimen en la región», indicó el reporte que también analizó la violencia en Centroamérica.

El confinamiento sacudió al crimen organizado, pero la violencia regresó en la «nueva normalidad»

Durante el confinamiento sanitario de abril y mayo el narcotráfico sufrió un impacto en sus operaciones. El cierre económico interrumpió el suministro de precursores químicos desde China, lo que impactó su producción, indicó el ICG.

En tanto, los huachicoleros disminuyeron sus actividades debido al desplome de los energéticos durante el confinamiento. Esto representó otra golpe a los ingresos de los grupos criminales.

Pero a finales de mayo, los químicos provenientes de China volvieron a fluir, de acuerdo con declaraciones de operativos del propio CJNG. También se observó una recuperación en los precios del petróleo, lo que significó una recuperación de sus ingresos.

Este comportamiento de las organizaciones delictivas se comprobó al observar que el decomiso de heroína en la frontera se mantuvo relativamente estable durante los primeros meses de la pandemia.

En el caso del fentanilo y la metanfetamina el tráfico aumentó, mientras que el consumo creció en Estados Unidos, lo que apunta a una demanda constante.

El ICG indicó que existe la posibilidad de que la violencia en 2020 sea uno de los peores episodios registrados, debido a que los homicidios en el país han aumentado al nivel previo a la pandemia.

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