• Debilidad en el consumo y el segundo semáforo rojo disminuyó la afluencia de consumidores al cierre de 2020.
  • CDMX, Monterrey y Guadalajara fueron las ciudades más afectadas, además de las playas y la franja fronteriza.
  • Este choque y el cambio en la dinámica de consumo favoreció la venta de bienes y servicios importados.

En todas las regiones del país, se registró una menor afluencia en tiendas y centros comerciales al cierre de 2020, de acuerdo con un reporte de Pongen, empresa de sensores para medir el paso de clientes en los comercios. Esta fue la antesala de uno de los peores escenarios para el sector retail: una recuperación en «W», lo que representa un doble golpe a sus ventas en menos de un año.

El primer impacto sobre la actividad comercial se experimentó en abril y mayo a causa de la llegada del Covid-19 a territorio nacional. Este confinamiento fue uno de los factores que propició el cierre de 1 millón de negocios entre 2019 y 2020, según Inegi. Pero después de varios meses de recuperación sostenida durante la segunda mitad del año pasado, la afluencia de consumidores volvió a disminuir.

Algunos de los aspectos a destacar, de acuerdo con José Carlos Pueblita, economista y socio fundador de Pondera Lab, fue la menor afluencia en tiendas, con una caída de 42% en 2020. Mientras que en centros comerciales el descalabro se ubicó en -34%.

Este es un nuevo golpe para los comercios minoristas

La recuperación en «W» o «double-whammy» representa un doble golpe para el comercio al por menor. Este es un efecto derivado de la falta de apoyo proveniente del gobierno federal. Un mayor paquete de estímulos fiscales hubiera ayudado a más empresas durante la crisis, indicó Pueblita.

La mayor caída en afluencia de consumidores se registró en las grandes ciudades: Guadalajara, Monterey y CDMX. Y aunque las poblaciones más pequeñas fueron las que menos resintieron el impacto por el cierre de comercios; las playas y las franja fronteriza sufrieron un descenso de 74% y 66% respectivamente durante 2020, destacó el economista.

En los establecimientos de ropa casual y formal; de joyería y accesorios; cosméticos y cuidado de la piel; así como el segmento de regalos; la afluencia comenzó a declinar por igual en diciembre de 2020, a pesar de ser la temporada fuerte de los comerciantes. Este descenso se experimentó a la par del semáforo rojo en al menos 10 estados por el nuevo repunte de Covid-19.

A esta menor afluencia de clientes, le siguió una disminución en las ventas en tiendas de autoservicio y departamentales con más de un año de operación. En enero y febrero, se registraron caídas anuales de 8% y 2% respectivamente, para después recuperarse en marzo con un repunte de casi 7%, de esta forma trazando el efecto «W», según datos de la Asociación de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD).

El efecto «double-whammy» en las ventas de autoservicios y tiendas departamentales

sector retail | Business Insider México
Fuente: ANTAD

Disminuye el consumo de bienes nacionales y se disparan las importaciones en el sector retail

La menor afluencia de consumidores y esta segunda caída en ventas iguales se refleja en la desaceleración del consumo privado que mide el Inegi. En enero, el repunte mensual de este indicador fue de apenas 1%, con una caída de casi 6% en términos anuales.

Pero esta debilidad en el consumo solo afectó a los bienes y servicios de origen nacional. Contrario a lo esperado, los productos importados, se han recuperado por completo, registrando un crecimiento sólido y sostenido por encima de los niveles prepandemia.

En enero, el consumo de bienes y servicios importados aumentó casi 9% con respecto al mismo lapso de 2020. En contraste, el consumo nacional disminuyó a un ritmo de 7% en el mismo periodo.

De acuerdo con Bárbara Carrillo, economista y académica del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) este fenómeno se podría deber al cierre de micro y pequeños negocios durante la pandemia.

Entre más pequeño es el comerciante, más vende productos nacionales, lo que pudo reducir su oferta. Los consumidores tuvieron que acudir a los grandes almacenes que tienen la capacidad para importar sus mercancías, y reducir costos, aprovechando su alta integración al comercio internacional.

La economista también señaló que otra posible explicación es la pérdida de ingreso en estratos más pobres. Mientras los mexicanos con menores ingresos disminuían la compra de productos nacionales, aquellos con altos ingresos continuaron consumiendo al mismo ritmo, lo que mantuvo a flote la importación.

Además, la pandemia obligó a un cambio en la dinámica del consumo a través del comercio en línea. Esto pudo servir además como un canal adicional para ofrecer mercancías de fuera en grandes sitios como Mercado Libre o Amazon, explicó Carrillo.

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