• La economía mexicana ha tardado alrededor de dos años en volver al estado previo de crisis como las de 1995 o 2008.
  • La gran incertidumbre del tamaño del golpe económico del coronavirus abre la posibilidad de que volver a la normalidad tome más de 2 años, dice Banco BASE.
  • México requiere dar apoyos también a grandes empresas con medidas en impuestos a cambio de que conserven empleos.
  • De esas políticas conocidas como fiscales y que países como EU han puesto en marcha dependerá el tiempo de recuperación, dicen.

La vuelta a la normalidad para la economía mexicana va para largo.

Hasta dos años o un poco más tomará a México lograr que su economía se recupere de la inminente recesión y vuelva al punto previo a que el coravirus pusiera al país en la antesala de una de sus peores crisis en la historia reciente, de acuerdo con analistas.

“Hasta ahora la expectativa es que la recuperación se dé hasta finales de 2021 y que regrese a los niveles anteriores hasta 2022”, dijo Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, en conferencia de prensa virtual.

Escenarios pesimistas para el PIB

Los pronósticos más recientes apuntan todos a que el Producto Interno Bruto (PIB) de México caerá por segundo año consecutivo pero mucho más que el 0.1% que se contrajo en 2019. Y el punto previo era ya una economía que no creció y que desde antes se encontraba estancada.

Banco BASE prevé en su escenario pesimista una contracción de 5% para el PIB en 2020. El consenso del mercado prevé una caída de 3%, según la encuesta del Citibanamex más reciente entre analistas.

La historia reciente de las crisis económicas en México dice que a la economía le ha tomado alrededor de dos años salir del bache. Así ocurrió en 1995 y luego en la crisis de 2008-2009.

Una crisis sin precedentes

Pero lo que ocurre ahora no tiene precendentes en la historia reciente y la incertidumbre es tanta que hay potencial para que la recuperación demore más tiempo, según Banco BASE.

“Existe el potencial para que en el caso de México haya un periodo más amplio que el que tuvimos en 2008-2009”, dijo Jesús López, subdirector de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Banco BASE.

México requiere usar como remedio una política fiscal desde Hacienda que incluya no sólo transferencias de dinero a grupos vulnerables y micronegocios sino apoyos a las grandes empresas también, coincidieron los analistas.

“Si México aplica la política adecuada puede tener una recesión en V, de lo contrario tardará más en recuperarse”, dijio Siller.

¿Recesión tipo V o U?

Una recesión significa que la actividad económica se paraliza en todos sus áreas (agropecuario, industria y servicios) y por más de dos trimestres seguidos.

La recesión en forma de V ilustra una caída abrupta y de un solo golpe de la economía y luego un rebote y ascenso desde su punto más bajo de manera rápida.

Si México no toma medidas fiscales de apoyo a las empresas todos tamaños atado a la conservación del mayor número de empleos la crisis tomará más una forma de U, que significa mayor tiempo en la etapa más difícil.

¿Y el plan?

El gobierno federal prevé anunciar en los próximos días un plan para mitigar los efectos económicos del coronavirus. Hasta ahora sólo ha adelantado que dará un millón de créditos directos para pequeños negocios tanto formales como informales o la promesa de reducción de sueldos de altos funcionarios.

Los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) pidieron este martes al gobierno federal facilidades temporales en el pago de impuestos como diferir la declaración anual para poder tener recursos con que operar, pagar salarios y mantener empleos.

Hasta ahora la declaración de impuestos para personas físicas y morales se mantiene en los plazos previstos.

Crisis 2008 vs. Crisis 2020

La crisis más reciente en la memora ocurrió en 2008-2009 que para México incluyó los efectos de la enfermedad de influenza AH1N1, pero la realidad de ahora es muy distinta a ese entonces tanto en en salud como en economía.

En la parte económica, las afectaciones comenzaron por el lado de la oferta, es decir, de lo que se produce no por el lado de la demanda o lo que se consume.

“Las afectaciones iniciaron en la cadena de suministros”, dice Jesús López de Banco BASE.

Cuando China paró actividades para contener el coronavirus también se interrumpió el envío desde ese país de insumos para producir en el resto del planeta. Con ello, hubo una baja en la oferta.

Ese es una de las primeras diferencias.

Ahora el golpe fue de inmediato. Como si fuera un coma inducido, los gobiernos comenzaron a ordenar el cese de actividades económicas y el flujo de personas, lo que comenzó a afectar el consumo.

Y más aún, fue de carácter global.

“(Es) es un evento global y con expectativas mucho más nubladas que en aquella ocasión”, dice López.

Ese freno al consumo y el freno en la actividad de las empresas hace necesario que el remedio para miniminar los efectos económicos adversos pase por medidas fiscales.

Esto es que se apoye a empresas con facilidades en el pago de impuestos, de servicios con el fin de que tengan recursos para operar y mantener la mayor cantidad de empleos, coinciden los analistas.

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