El uso de anticonceptivos y el cuidado de la salud reproductiva está casi completamente a cargo de las mujeres en todo el mundo. México no es la excepción.

Siete de cada 10 mexicanas en edad reproductiva utilizan algún método anticonceptivo, de acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID). 

Sin embargo, muchas mujeres terminan por abandonar el uso de estos anticonceptivos. En ocasiones, esto se debe a que existen más problemas que beneficios, dados sus efectos secundarios y los obstáculos que existen para tener acceso a ellos. Esto ha sido documentado en un estudio publicado por Ginecología y Obstetricia de México. 

El estudio encontró que las mujeres que usan anticonceptivos de larga duración —como los implantes o los dispositivos intrauterinos (DIU)— tienen una tasa de abandono más baja en comparación con aquellas que usan anticonceptivos orales.

Además, las mujeres que recibieron información adecuada sobre los efectos secundarios y los beneficios de los anticonceptivos también tuvieron una tasa de abandono más baja.

Saber y entender sobre anticonceptivos

El conocimiento previo a su uso es fundamental para desmitificar los conceptos erróneos que muchas veces se encuentran arraigados por ignorancia en el tema o falta de acceso al sistema de salud.

Según el estudio, el principal efecto secundario —y por el que se deja de lado el uso de anticonceptivos, a pesar de su eficacia— es la alteración en el patrón de sangrado: abundante o prolongado, manchado irregular o amenorrea (ausencia de menstruación).

Otros factores pueden ser las alteraciones de peso, náuseas, cambios de humor, eso a nivel biológico. No obstante, también existen otras barreras. Por ejemplo, la educación, la religión, imposiciones sociales y familiares, la falta de recursos económicos, entre otros más. Estos hacen que el cuidado y el control natal sea aún más difícil. 

Si analizamos los datos, en 2020 había 29.1 millones de mujeres en situación de pobreza; es decir, 44.4% de todas las mujeres que residen en el país, según los datos del CONEVAL.

Casi la mitad de las mujeres en México no tienen los recursos necesarios para llevar un control natal de manera independiente. 

El personal médico también debe capacitarse sobre el uso de anticonceptivos

Si a esta situación le sumamos la falta de personal médico capacitado que tenga el tiempo y la experiencia para explicar de mejor manera el uso, efectividad y los efectos secundarios de los anticonceptivos a las pacientes, difícilmente el panorama podría cambiar.

En este sentido, como profesionales de la salud, podemos convertirnos en agentes de cambio. Así creamos ese espacio donde las pacientes puedan sentirse libres de expresar sus miedos e inquietudes, para poder encontrar de manera conjunta un método adecuado.

Hay que tener presente que siempre el mejor método es el que la paciente elija y lo considere como tal (siempre y cuando no haya contraindicaciones medicas), y no el que nosotros podamos recomendar de manera aleatoria como muchas veces sucede.

El mejor método será el que se adapte al estilo de esa paciente y pueda ser sostenido en el tiempo para la prevención del embarazo no deseado. 

Tener anticonceptivos accesibles

Asimismo, la accesibilidad a los métodos anticonceptivos es esencial para todas las mujeres, sobre todo para aquellas de bajos recursos económicos o que viven en zonas con acceso limitado.

De acuerdo con datos de Choiz, plataforma digital que ofrece consultas y tratamientos anticonceptivos, 33.6% de las mujeres que utilizan este método buscan tomar anticonceptivos por primera vez.

Por su parte, 25.6% de las mujeres que ya tomaban anticonceptivos buscan una recomendación médica. Esto refleja que existe un interés por parte de las mujeres en atender su salud sexual y explorar nuevas alternativas de cuidado. 

Como médica, considero que las mujeres deben tener acceso a métodos anticonceptivos asequibles y tener la oportunidad de discutir las opciones que existen para recibir recomendaciones personalizadas basadas en su historial médico y estilo de vida.

Es decir, debemos poner las necesidades e inquietudes de las mujeres en el centro de nuestra labor.

Por último, el apoyo constante de médicos puede ayudar a las mujeres a utilizar correctamente los anticonceptivos y a abordar cualquier preocupación o efecto secundario que pueda surgir.

Con información y atención oportuna sabemos que el panorama podrá cambiar a favor de las mujeres y podremos sentirnos libres de elegir cómo y cuándo cuidarnos.

*Maria Cecilia Pascual es médica ginecóloga en Choiz.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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