• SpaceX firmó acuerdos con dos aerolíneas estadounidenses para ofrecer el servicio de internet en aviones.
  • Starlink tendrá que superar muchos retos para poder dar un servicio de calidad global.
  • Uno de los principales retos son los posibles problemas de ciberseguridad que puedan surgir.
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SpaceX, empresa del multimillonario Elon Musk, quiere proveer internet a bordo de los aviones mediante su cadena de satélites Starlink.

El internet de Musk es una cadena de unos 2,000 satélites en órbita baja que la compañía llama ‘megaconstelación’. Esta tecnología es especialmente adecuada para llevar la conectividad a lugares donde no está disponible, apunta SpaceX.

Además, su cercanía con la Tierra permite transmitir grandes cantidades de datos a cualquier lugar más rápido que los cables de fibra óptica.

La idea del nuevo propietario de Twitter ya convenció a dos aerolíneas estadounidenses. Estas son la regional semiprivada JSX y Hawaiian Airlines.

¿Necesitan los pasajeros internet en los aviones? Según el estilo de vida actual, sí. Esto da a Starlink la oportunidad de satisfacer una necesidad del mercado.

Para José González, CEO y fundador de Galgus, Starlink puede ser la solución a todos los retos del Wifi a bordo. Entre ellos está la cobertura global; la baja latencia ya que la altura es de 500 km; un alto ancho de banda, pues al volar en órbita baja un satélite da servicio a pocos usuarios. También abre la posibilidad de nuevos servicios a bordo más completos y que permitan una mejor experiencia del pasajero.

Sin embargo, a Starlink le queda mucho trabajo por delante, tanto en cuestiones de regulación como en producto.

La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) explicó que se realizan estudios de seguridad e interferencia electromagnética para revisar que estas señales no interfieren con equipos que afecten a sistemas de la aeronave y la seguridad del vuelo.

«La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) autorizó a SpaceX a transmitir en bandas ka (26-40 Ghz) y ku (12-18 Ghz). Al respecto, no parece haber diferencia frente a las redes comerciales existentes», dijo AESA.

¿Qué pasaría si la red Wifi es alterada por agentes externos?

Un ciberataque podría suponer un riesgo para los sistemas y dispositivos que estén expuestos a esta red como celulares y laptops. Ya sean propiedad de los pasajeros u otros equipos de la aeronave, como las pantallas con las que los usuarios interactúan.

En este punto, es crucial que la red de comunicación interna que se usa para el control de los sistemas de navegación de los aviones sea independiente de la red que proporcionará el servicio de internet.

Pero aún en este caso, según Miguel Tarascó, cofundador de Tarlogic Security, es posible un ciberataque. Este podría tener impacto en la seguridad del vuelo si se comprometen las televisiones.

De pasar esto se podrían enviar mensajes falsos para crear histeria, alterar su comportamiento y crear una situación de riesgo.

«Starlink pidió a los ucranianos no instalar las antenas cerca de zonas directamente habitadas. Esto ya que los rusos, grandes especialistas en sistema de localización y detección, podrían localizarlas. Con ello, tratar de destruirlas», recuerda Hervé Lambert, jefe de operaciones de Panda Security.

La seguridad para este tipo de infraestructuras es clave porque no existe una red inmune a los ataques. 

«Un sistema de seguridad estable y eficiente es esencial para proteger los datos de los clientes y a las tripulaciones y aviones», indica.

Por ello, afirma el experto, es crítico prevenir cualquier tipo de ciberataques. Desde los que pueden suponer robo de datos, hasta los que amenazan la estabilidad de la red y de la infraestructura.

La antena Wifi de los aviones e podría geolocalizarse para ser atacado

«Hay demasiados intereses en conseguir información para ganar en inteligencia», asegura Lambert. «Pensemos lo fácil que sería geolocalizar las antenas de los aviones y lanzarles un misil, que solo tendría que seguir la ‘estela’ de la antena para dar al blanco», añade.

Localizar la emisión de una antena —y más en este caso, que está en movimiento— no es una tarea sencilla.

«Las antenas tienen que estar orientadas hacia el satélite; o tiene que haber una constelación de satélites lo suficientemente grande como para que uno reciba esos datos», detalla el experto. 

«Por otro lado, a la hora de recibir la respuesta, el satélite refleja la información contra la tierra y la antena puede leer los datos. Esto permite que cualquiera a cierto radio de la transmisión también pueda leer estos datos de repuesta», afirma.

Una vez el satélite manda de regreso los datos solicitados a la antena, el avión distribuye la conexión a internet entre los pasajeros mediante puntos de acceso Wifi.

Por ello es importante que todas las comunicaciones vayan cifradas y que solo el receptor pueda decodificar esos datos para navegar en internet.

Tarlogic recuerda que en caso de que se comprometan las comunicaciones por satélite cualquiera podrá ver qué estás haciendo. Actualmente, 90% de las comunicaciones se encuentran cifradas, aseguran. 

«Los navegadores tienen mecanismos para detectar que algo extraño está ocurriendo», afirman.

Ofrecer acceso a internet en los aviones tiene más implicaciones

“Las actividades de las entidades no gubernamentales en el espacio ultraterrestre —incluso la Luna y otros cuerpos celestes— deberán ser autorizadas y fiscalizadas constantemente por el pertinente Estado Parte en el Tratado”, regula desde 1967 el Tratado del Espacio de Naciones Unidas.

Con base en esto, es legal que SpaceX establezca satélites para ofrecer acceso a internet en aviones, explica el abogado Jesús López.

Sin embargo, como es un servicio que no va dirigido a ciudadanos de un determinado país, no podrá ser invocada la ley de ciudadanía de cada uno de los usuarios.

El abogado explica que solo se regirá el servicio por la legislación norteamericana, que es «más permisiva».

Además de la sujeción a la legislación estadounidense, por tratarse de un proyecto espacial, el Tratado de Naciones Unidas lo sujeta a “fiscalización constante” del país.

«El Tratado no preveía abrir una puerta gigantesca a la fiscalización por parte de un estado soberano a los datos privados de las comunicaciones de cientos de miles de usuarios de aerolíneas, de todas las nacionalidades y en todas la ubicaciones del mundo», indica López. El abogado agrega que no nos encontramos ante una situación no regulada y ante un vacío legal.

Añade que «la situación tiene una norma que apoya el desarrollo de esta tecnología. No obstante es obsoleta y no protege la intimidad, el secreto de las comunicaciones ni la protección de datos de los usuarios», aclara.

El mayor problema está en el propio avión, donde los pasajeros se comunican vía tecnología Wifi con sus sistemas, según Tarlogic. Cualquiera que esté en ese vuelo puede poner a funcionar un punto de acceso falso para que los pasajeros en vez de conectarse al sistema del avión se conecten a este dispositivo. El peligro radica en que desde ahí sí se pueden realizar ataques más peligrosos.

Que SpaceX sea estadounidense genera otras dudas

Sobre el uso de esos datos por parte de SpaceX, hay muchos casos donde se demostró que empresas privadas de telecomunicaciones monitorearon y compartieron información de sus clientes. Por eso es razonable pensar que esto siga ocurriendo y que seguirá pasando.

«El que sea estadounidense hace sospechar que, aunque el proveedor de internet no contemple la monitorización de sus clientes, el gobierno puede obligar a la empresa a colaborar con ellos», comenta Fábregas.

«Seguramente pasaría lo mismo si se tratase de una empresa rusa, china o de cualquier país con una base tecnológica fuerte», añade.

Por eso, insisten, es importante no confiar nunca en el canal por donde se envían los datos y contar con los mecanismos necesarios para que nuestras comunicaciones estén cifradas en todo momento.

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