• La Generación Z parece necesitar más que nunca información que les ayude a entender lo que atravesarán en sus vidas adultas.
  • Un estudio revela que, en México, el interés por las noticias entre los más jóvenes ha caído 14% en solo cuatro años.
  • En opinión de Ignacio de los Reyes, aprender sobre este cambio exige un compromiso entre consumidores de noticias, creadores de contenidos, plataformas y líderes políticos y académicos.
  • ¡Nos vemos en TikTok!

No es un momento fácil para los jóvenes que quieren aprender del mundo por primera vez; acerca de guerra, devastación por el cambio climático, polarización política dentro y fuera de México, e incertidumbre por las perspectivas económicas en su futuro.

La Generación Z parece necesitar más que nunca información que les ayude a entender las distintas crisis y oportunidades que atravesarán en sus vidas adultas. Y sin embargo, cada vez más expertos muestran preocupación por lo que consideran una fatiga o hartazgo de los jóvenes con las noticias. 

Un reciente informe del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford alerta sobre la caída, tanto en el consumo habitual de información periodística, como en el interés por las noticias, especialmente entre los más jóvenes. Este es un cansancio y apatía que en algunos países se suman a una bajada en la confianza de la población en las noticias. Según este estudio, en México ha caído 14% en solo cuatro años, hasta 36% que dice confiar hoy.

Cómo informan las plataformas ante la desconfianza

El derrumbe de la fe en los medios no es nuevo; incluso las empresas dueñas de redes sociales —la principal fuente de información para los jóvenes durante la última década— están dejando de apostar por el contenido de carácter político y noticioso.

Meta recientemente anunció que tanto Instagram como Threads dejarán de recomendar “de manera proactiva” contenido político de cuentas que la gente no sigue. Una decisión que se suma a pasos dados anteriormente por la compañía para quitar prioridad al contenido político y noticioso en Facebook.

Mientras, en X (ex Twitter), una vorágine de cuentas verificadas a base de talonario comparten datos cuya autenticidad es difícil de comprobar. Esto es así ahora más que antes de la llegada de Elon Musk a la empresa, cuando la autenticación estaba limitada a periodistas, personajes públicos e instituciones.  

Pero incluso en tiempos adversos hay motivos para el optimismo. La Generación Z cuenta con más acceso que nunca a las noticias de todo tipo, y en todos los formatos —desde un resumen de las noticias del día en un video de un minuto hasta un podcast serial para tratar un tema en profundidad—; están expuestos a una diversidad de voces y puntos de vista envidiables para los que crecimos con solo una decena de estaciones de televisión, radio o diarios a nuestro alcance. 

Quizás como un antídoto contra el hartazgo por las noticias, una nueva generación de creadores y periodistas está aportando además una nueva manera de contar y explicar el mundo a través de sus redes sociales personales. Cuentan con un estilo propio, más conversacional; construyen una comunidad de seguidores que ya no son espectadores pasivos de las noticias, sino que utilizan herramientas como los comentarios de los videos, o los “en vivo”. Así preguntan al autor sus dudas sobre las historias, proponen temas nuevos que cubrir o incluso polemizar con otros usuarios.

El contenido de estos creadores a veces nos pueda resultar demasiado conciso para desarrollar temas complejos; sin embargo, puede ser una puerta de entrada al consumo de reportajes que aporten más contexto y profundidad, una chispa que pueda reavivar el interés de las audiencias por las noticias.

Los jóvenes toman la riendas

En las redacciones de los medios, muchos jóvenes periodistas han sabido aprovechar la oportunidad de tomar con éxito las riendas de los canales de redes sociales de sus empresas periodísticas; este es a veces un territorio desconocido —e incluso temido— por muchos de sus colegas. Algunos han lanzado además proyectos en solitario, como es el caso de la periodista británica Sophia Smith Galer, antes en VICE y ahora independiente con más de medio millón de seguidores en TikTok; ella creado su propio chatbot de Inteligencia Artificial para ayudar a otros periodistas con sus videos verticales.

Incluso en distintas partes del mundo han surgido nuevas empresas que ponen el foco en la personalidad del periodista o del creador; lo muestran como el principal vehículo para ganarse la confianza de la audiencia, sin que le importe tanto al consumidor el respaldo de tener una cabecera centenaria o una redacción llena de premios Pulitzer, como quizás podría ocurrir con generaciones anteriores. 

Ejemplos como The News Movement en Reino Unido y Estados Unidos. Tiene las redes sociales como principal espacio de distribución y consumo de noticias. Su fundador es William Lewis, quien fue recientemente fichado por The Washington Post como nuevo CEO. Otro ejemplo es Ac2ality, en España, una cuenta de TikTok con resúmenes de las noticias que ya tiene más seguidores que las de medios europeos legendarios como BBC News o Le Monde, animan a cuestionarse si los jóvenes no están hartos de las noticias, sino más bien cansados de cómo les habían contado las noticias hasta ahora.

Esta nueva realidad, aunque esperanzadora por la diversidad de nuevas voces que comparten información, también presenta nuevos desafíos. En esta ola de creadores calificados, entrenados en periodismo y llenos de buenas intenciones también viven propagandistas y personas con fines loables pero sin el suficiente conocimiento o preparación sobre los temas que abordan (aunque, para ser justos, también esto podía ocurrir en el ecosistema de la noticia tradicional). 

Por eso, más que nunca es esencial considerar la alfabetización mediática como parte de la formación de los más jóvenes. Ya no solo deberán aprender acerca de cómo funcionan los medios tradicionales y cuáles son sus motivaciones editoriales, comerciales o políticas; sino también sobre los procesos e impulsos por los cuales los creadores eligen los temas, editan y publican sus videos, y cómo las plataformas comparten los contenidos noticiosos y políticos, priorizando o penalizando temáticas en su infinito ecosistema y siempre cambiante algoritmo.

Informarse bien en la era de la desconfianza y aprender sobre este cambiante paisaje mediático exige un compromiso entre consumidores de noticias, creadores de contenidos, plataformas y liderazgos políticos y académicos, que nos permita, al fin y al cabo, dejar de pensar solo en jóvenes usuarios para considerarlos como auténticos ciudadanos. 

Ignacio de los Reyes es especialista y consultor en comunicación digital e innovación en las plataformas de contenido, con experiencia profesional en Instagram (Meta), YouTube (Google) y Snapchat y organizaciones como UNICEF.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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